Foto de equipo de la Sección ambulatoria y domiciliaria del Instituto del Cáncer y enfermedades de la sangre del Hospital Clínic.
España ha abierto un universo de oportunidades en relación al
trasplante domiciliario a nivel europeo. Un modelo que, pese a ser pionero en el Viejo Continente, no acaba de echar raíces en el ecosistema hospitalario nacional. Uno de los promotores de este sistema -revolucionario al transportar los cuidados del receptor oncohematológico fuera de las cuatro paredes del hospital- es el
Clínic de Barcelona. Como jefe de la Sección ambulatoria y domiciliaria del
Instituto del Cáncer y enfermedades de la sangre del centro,
Francesc Fernández, aprovecha el
Día Nacional del Trasplante para reclamar un mayor apoyo por parte de la Administración si se quiere conseguir que este modelo capilarice en el Sistema Nacional de Salud.
En estos momentos, España cuenta con doce Unidades de Trasplante domiciliario - en las que el profesional de Enfermería se desplaza a casa del paciente- o ambulatorio, donde la persona trasplantada acude periódicamente unas dos o tres veces por semana al
Hospital del Día de Hematología "para hacer la visita analítica o atender las complicaciones que el paciente pueda desarrollar".
Una cifra que, a ojos de Fernández, deberá aumentar ya que "enfoca muy bien los tres pilares de la definición de salud que la Organización Mundial de la Salud (
OMS) estableció, como es el
bienestar físico, mental y
social”. Por ello, invita tanto al
Ministerio de Sanidad como a las
consejerías de salud de las distintas comunidades autónomas a dar el paso y "abrazar estos escenarios cuanto antes”, para lograr "mejores estándares de salud".
En la práctica, el
paciente trasplantado que aterriza en esta Sección, en vez de permanecer cuatro semanas en una habitación aislado de su familia, "está en su su casa o a 30 minutos del hospital en caso de que el trasplante sea ambulatorio, por lo que recupera esa connotación de la salud, que es el bienestar global”.
Ahorro de costes hospitalarios
Y es que, en opinión del hematólogo, el modelo asistencial actual resulta "inviable
inviable a 10 años vista", por lo que "se tendrá que pensar en un nuevo flujo de recursos para hacer partícipe a toda la sociedad en el cuidado de la salud de los pacientes”. Este tipo de modelos, dice, permiten descubrir “la potencialidad que tienen los cuidadores a la hora de
ayudar al equipo sanitario a llevar a cabo procedimientos complejos. Cuando se entra en casa de un paciente y se tiene a una familia como cuidadora, esa potencia permite generar sinergias con los profesionales para llevar a cabo
el seguimiento de un trasplante”.
"La Administración debe contemplar estas unidades para lograr mejores estándares de salud."
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A nivel gestor, el hecho de localizar este tipo de
trasplantes en el domicilio, permitiría además liberar una cama precozmente, consiguiendo “acelerar los procesos de ingreso de aquellos que lo necesitan", y con ello, "reducir el
coste por procedimiento”. Sin embargo, pese a los beneficios que presente tanto a nivel logístico como clínico este modelo "no ha sido aún implantado para iniciar un cambio de paradigma asistencial".
Historia de los trasplantes domiciliarios en España
El especialista echa la vista atrás y recuerda que el
primer trasplante domiciliario autólogo tuvo lugar en el año 1997, “siendo realizado por el
Hospital Marqués de Valdecilla de Santander”. Luego, fue el Clínic el pionero en configurar y estadárizar este modelo a través de una U
nidad monográfica en Hematología: “Se demostró que, además de ser factible,los recursos necesarios para un solo procedimiento eran infinitamente inferiores cuando se hacía bajo un
paraguas de especialización respecto a cuando se hacía en un paraguas asistencial más transversal”.
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