Ramón García, presidente de la SEHH.
Septiembre es conocido como el Mes del
Cáncer Hematológico porque en él se concentran los días mundiales más importantes de este ámbito de la especialidad de Hematología y Hemoterapia. Como cada año, la
Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) se suma a todas estas celebraciones con el objetivo de
concienciar a la población sobre los cánceres hematológicos (o hemopatías malignas), un grupo de enfermedades con características clínicas bien establecidas, aunque con perfiles muy heterogéneos.
Además, el
conocimiento molecular y genómico de este grupo de enfermedades ha contribuido a que se afinen algunas definiciones y nomenclaturas, así como al descubrimiento de nuevas entidades. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica las hemopatías malignas en 17 amplias categorías diferenciadas principalmente según el linaje de las células afectadas.
Los resultados del trabajo “Estimaciones de la incidencia de las neoplasias hematológicas en España, 2021: estudio de la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan)”, publicado este año en la revista
Medicina Clínica, muestran que
cerca de 26.000 nuevos casos de hemopatías malignas deberían haber sido
diagnosticados en España en 2021. Sin embargo, la actual situación pandémica, así como los primeros resultados publicados sobre el
impacto del Covid-19 en el cuidado de la salud, en general, y en el diagnóstico del cáncer, en particular, indican que puede haber un retraso en la identificación de nuevos casos de cáncer.
En el caso de los
tumores hematológicos, dicho retraso supone detectar la enfermedad en fases más avanzadas, caracterizadas, por ejemplo, por leucocitosis, en el caso de las
leucemias agudas, y por
masas tumorales voluminosas, en el caso de los linfomas. Esta publicación también incluye datos del trabajo “Incidencia y tendencias de las hemopatías malignas en España, 2002-2013”, el primer informe del
grupo de trabajo Hematoredecan que presenta la incidencia de los distintos subtipos de cáncer hematológico según la clasificación de la OMS correspondiente a 2008 y en base al esquema propuesto por Haemacare (proyecto financiado por la Comisión Europea con el objetivo de mejorar la estandarización y disponibilidad de datos poblacionales).
Precisamente, el próximo
Congreso Nacional de Hematología, Hemoterapia, Trombosis y Hemostasia de Barcelona acogerá una sesión especial en la Rafael Marcos Gragera, de la Unidad de Epidemiología y Registro de Cáncer de Gerona (ICO-Gerona), expondrá las principales conclusiones de este trabajo y propondrá líneas futuras de colaboración con la SEHH.
Creciente arsenal terapéutico frente al cáncer hematológico
Ramón García, presidente de la SEHH, ha destacado el “amplio e importante
arsenal terapéutico con que cuenta la hemato oncología (
quimioterapia, inmunoterapia, inhibidores de vías celulares y trasplante hematopoyético), que genera respuestas espectaculares y está incrementando la supervivencia de los cánceres hematológicos”, y ha recordado que “el pronóstico de estas enfermedades neoplásicas ha experimentado una mejora extraordinaria en los últimos 40 años”.
Estos avances “han sido posibles gracias al fácil
acceso a las células tumorales a través de un análisis de sangre -biopsia líquida- o mediante el examen de la médula ósea, que ha permitido un gran desarrollo en su conocimiento celular”, añade. “A medio y largo plazo, los hematólogos seremos capaces de aplicar una verdadera
medicina personalizada, administrando a cada paciente el tratamiento más eficaz y en la cantidad adecuada”.
En los últimos años ha habido muchos avances en el
tratamiento de las hemopatías malignas con inmunoterapia, especialmente con los anticuerpos monoclonales y, en particular, con los biespecíficos, pero no cabe duda de que la gran protagonista sigue siendo la
terapia CAR-T”, señala el experto. Su irrupción en el tratamiento del cáncer hematológico “supone un cambio de paradigma que no tiene parangón en la historia reciente de la medicina".
Además, asegura que "por primera vez disponemos de una
terapia basada en células vivas modificadas genéticamente, que identifican y
destruyen específicamente células tumorales. Es el triunfo del conocimiento profundo de la biología del sistema inmune y de las nuevas herramientas de edición génica y el máximo exponente de la medicina personalizada”.
Por su parte, el
número de trasplantes hematopoyéticos “sigue creciendo en todo el mundo gracias a una mayor disponibilidad de donantes y a que la población diana va creciendo en edad”, afirma García. Además, “siguen mejorando los resultados de este tratamiento gracias a un mejor manejo de la enfermedad de injerto contra huésped y de los procesos infecciosos”. Sin embargo, la
introducción de las células CAR-T está modificando las indicaciones del trasplante hematopoyético y se espera que siga haciéndolo en el futuro”.
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