Comprimir con fuerza la mama durante la prueba no garantiza un diagnóstico más preciso del cáncer de mama

Las mamografías menos dolorosas son igual de eficaces
Los investigadores aseguran que las mamografías son innecesariamente dolorosas.


10 oct. 2016 11:10H
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POR REDACCIÓN
Investigadores de la Universidad de Lund, en Suecia, aseguran que las mamografías que se realizan para detectar el cáncer de mama son innecesariamente dolorosas ya que, según han visto, comprimir con fuerza la mama durante la prueba no garantiza un diagnóstico más preciso.

Cada año cientos de miles de mujeres de entre 40 y 74 años se someten a estas pruebas diagnósticas para detectar anomalías en la mama y poder detectar tumores lo antes posible ya que, según los diferentes programas de cribado, el seguimiento se repite cada 1,5-2 años.

Pese a ello, un gran porcentaje de casos son detectados por la propia paciente, en parte porque no todas las mujeres están dispuestas a participar en estos programas por el dolor que les ocasiona el hecho de tener la mama comprimida durante su realización.

Mediciones de la presión sobre el pecho

Ante esta situación, los autores pretendían analizar si una menor compresión de la mama no afectaba a la eficacia de la prueba y, al mismo tiempo, permitía una mayor implicación de las mujeres en los programas de cribado. Para ello, hicieron mediciones precisas de cómo se distribuye la presión en el pecho durante la mamografía.

Así, vieron que “reducir a la mitad la compresión tiene poco efecto sobre cómo se distribuye la presión en las áreas centrales de la mama, que son las más importantes para el diagnóstico del cáncer”, ha explicado Magnus Dustler, uno de los autores del estudio.

De igual modo, también vieron que las placas de compresión flexibles, que se adaptan a la inclinación de la mama, distribuyen mejor la presión sobre el tejido. “Esto permite una mejor calidad de imagen sin un aumento de la fuerza de compresión y muestra que no es necesario elegir entre estar satisfechos con la calidad de la imagen y reducir el dolor”, ha añadido.

Otro problema con los exámenes actuales es que muchas mujeres vuelven a ser llamadas de forma innecesaria ya que solo entre un 10 y 20 por ciento de las mujeres a las que se les repite la prueba por una sospecha tiene realmente cáncer. Y al resto, esa rellamada genera una ansiedad innecesaria que también conlleva un gasto innecesario para el sistema.

Una posible manera de reducir esas segundas pruebas, según los expertos, sería colocando sensores de presión sobre las placas de compresión antes de tomar la imagen.

“Los resultados indican que sería posible establecer un valor umbral que, en caso de superarse, haría necesario realizar una nueva mamografía, aunque todavía no está listo para la práctica clínica”, han aclarado.
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