Con ella se pretende reducir el riesgo de aborto por pruebas invasivas



21 mar. 2013 19:22H
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Redacción. Mallorca
El Hospital Universitario de Son Espases pretende reducir el riesgo de aborto por pruebas invasivas con un programa de mejora en la estrategia de cribado prenatal bioquímico y ecográfico que incluye mejores métodos de análisis, estudio de más marcadores bioquímicos y un equipo muy cualificado para la realización de pruebas ecográficas.

Vïctor Ribot, gerente del hospital Son Espases.

Uno de cada ochocientos embarazos tiene el riesgo de sufrir un síndrome de Down, que es la aneuploidía más frecuente y la que tiene una mayor prevalencia de retardo mental. El riesgo aumenta con la edad, especialmente en las mujeres de más de 35 años. Para el diagnóstico de este síndrome se requiere la realización de pruebas invasivas como la amniocentesis y la biopsia coriónica, que tienen asociado un riesgo de aborto.

Actualmente, se seleccionan las embarazadas que tienen un mayor riesgo en función de la edad, de marcadores ecográficos del feto y de marcadores bioquímicos en la sangre materna.

Así, los servicios de Ginecología y de Análisis Clínicos del Hospital Universitario Son Espadas junto con el Servicio de Ginecología de Son Llàtzer pondrán en marcha una nueva estrategia de cribrado prenatal de aneuploidías.

De este modo, la nueva estrategia supone hacer una primera analítica de sangre y una ecografía entre las semanas 11 y 13 del embarazo. De este modo, a las mujeres embarazadas que, en un primer análisis, presenten un riesgo positivo muy elevado (una de cada 100) que el feto pueda tener un síndrome de Down, se les efectuará una prueba invasiva: la amniocentesis o la biopsia coriónica.

A las embarazadas con un riesgo intermedio se les hará una nueva analítica de sangre en el segundo trimestre de gestación, a partir de la semana 14. En este segundo caso, como novedad, se analizará la inhibina A, que es un marcador bioquímico que mejora la detección de aneuploidías.

Este marcador, junto con otros marcadores bioquímicos y ecográficos, permitirá reducir la necesidad de practicar pruebas invasivas.

Cabe apuntar, que las pruebas de cribado prenatal que sirven para determinar los casos en que se requiere una prueba invasiva para el diagnóstico de aneuploidías, se iniciaron en Baleares en el año 1993.

Desde entonces y hasta el año 2013, se ha conseguido reducir el número de procedimientos invasivos por marcadores bioquímicos, del 15% a menos del 5% aproximadamente. Actualmente, con la incorporación de la nueva estrategia y de nuevos marcadores bioquímicos y ecográficos, el objetivo es continuar aumentando la sensibilidad y ajustar las pruebas invasivas a las mínimas necesarias.

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