Patricia Alonso Fernández, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa).
La inmensa mayoría de médicos directivos o gestores tienen en su currículum el
haber realizado el MIR, pero no es un requisito. De hecho, entre la formación, experiencia y trayectoria para muchos cargos de gestión
una de las condiciones es tener el A1. Por ello, Enfermería se ha levantado en pie de guerra por las diversas sentencias que van en contra de la profesión al
anular nombramientos de esta categoría en puestos directivos.
El Ministerio de Sanidad manifestó su intención de
abordar la posibilidad que los profesionales clasificados como A2 también pudieran acceder a
cargos de dirección, aludiendo que no comparten la limitación normativa, tal y como ha explicado Infermeres de Catalunya tras la reunión entre ambas organizaciones. De ahí también que llamen la atención los
pocos pero singulares nombramientos de médicos sin MIR u otros profesionales no asistenciales, como el
cura director de gestión y servicios generales del sector sanitario de Calatayud, como directivos.
Patricia Alonso Fernández, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa) y médica adjunta del Servicio de Admisión en Hospital Clínico San Carlos, explica a
Redacción Médica que considera que "la Formación Sanitaria Especializada (FSE) de los profesionales sanitarios, a través del modelo español, sea MIR, EIR, PIR o cualquiera,
siempre suma".
Experiencia de la primera línea asistencial
La Formación Sanitaria Especializada, que es obligatoria para trabajar en el sistema sanitario público, a excepción de situaciones muy concretas como la que sucede en la actualidad debido a la falta de especialistas,
"es una experiencia muy enriquecedora a nivel profesional", en palabras de Alonso.
La médica adjunta del Servicio de Admisión en el Hospital Clínico San Carlos pone de ejemplo que suele explicar que su formación y desarrollo posterior como médico
especialista en Geriatría "me enseñó, entre otras cosas, el
manejo de la complejidad, y esto
resulta de gran ayuda en el día a día de mi actual desarrollo profesional".
Sin embargo, Alonso, como otros sanitarios directivos o gestores, reconoce que la formación MIR o cualquier equivalente
solo aplica a profesionales asistenciales y, por tanto, "
parece poco razonable pensar que un directivo no sanitario vaya a tener un peor desempeño por el hecho de no tener una formación que, ni tan siquiera, le aplica".
En esa línea, la miembro de Sedisa hace hincapié en que "el hecho de que la formación MIR, incluso en el caso de Medicina Preventiva, que probablemente tenga un mayor componente relacionado con la gestión,
aporta una formación insuficiente para el desempeño como gestor sanitario". Por todo ello, Alonso destaca la importancia de que se adquieran estos conocimientos "hoy por hoy, a falta de un pregrado de Gestión Sanitaria, a través de formación específica de un
Postgrado en Gestión Sanitaria". De hecho, Sedisa es una "sociedad ferviente defensora y promotora" del mencionado Postgrado, "que debe incluir un
profundo conocimiento de las implicaciones sanitarias del proceso de toma de decisiones".
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