La costo-eficacia y la acreditación de resultados, esenciales para los especialistas



5 dic. 2013 16:24H
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Redacción. Granada
La Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular (Seacv) celebra en Granada su Congreso Científico del 11 al 14 de diciembre (I Congreso Internacional de Cirugía Endovascular), y, en este contexto, los especialistas expondrán los avances en costo-eficacia y acreditación de resultados de esta clase de intervenciones, así como logros cualitativos como la disminución de la tasa de mortalidad por aneurisma de aorta del 18 por ciento al 2 por ciento gracias a la intervención endovascular en lugar de la cirugía abierta.

Asimismo la Seacv abogará, en el foro, por un “desarrollo ordenado” de las nuevas técnicas endovasculares “tan abierto a la innovación como impermeable a las presiones de fabricantes tecnológicos y a la demanda de pacientes y familiares atraídos por lo que han oído de esta cirugía menos invasiva”. Así lo manifiesta el presidente del Capítulo, Eduardo Ros Díe, para quien estas nuevas técnicas están llamadas a constituir la base de la cirugía vascular del futuro, pero siempre desde la demostración científica de los resultados y la costo‐efectividad “y siendo conscientes de que, a pesar de su inmensa aportación, no son ni la solución ni la respuesta a todo, y por tanto no están llamadas a sustituir completamente a la cirugía abierta”.

Luis Javier Alvarez Fernández, presidente de la Seacv.

Lo que resulta indudable es que las técnicas endovasculares ya se han incorporado hoy a la cartera de servicios de la gran mayoría de los hospitales en los que hay cirugía vascular, y esto se aprecia con claridad en la evolución del Registro de Actividades de los servicios y unidades de Angiología y Cirugía Vascular, que muestra que las nuevas técnicas endovasculares representan alrededor del 18 por ciento de la cirugía de venas y arteras que se practica en nuestro país.
La evolución del registro durante los últimos tres años revela asimismo que, después de duplicarse entre 2009 y 2010, estas nuevas técnicas se han mantenido estables con un ligero descenso en 2011 (el último año del que hay datos computados).

Así, si en 2010, se produjeron según este Registro 12.063 intervenciones endovasculares (de 64.905 intervenciones totales, el 18,5 por ciento), en 2011 se produjeron 10.927 intervenciones con estas nuevas técnicas (de un total de 60.755, el 17,9 por ciento).

Para el presidente del Capítulo de Cirugía Endovascular, el Profesor Ros Díe, la lectura de estos datos es que “la cirugía endovascular ha madurado con sorprendente celeridad, pero de forma ordenada, con un desarrollo marcado por los criterios de costo‐eficacia en el destino de los recursos públicos, y por el seguimiento riguroso de las indicaciones marcadas internacionalmente por las sociedades científicas y profesionales”. “En este equilibrio hemos crecido, y lo vamos a seguir haciendo”, asegura el Dr. Ros, que piensa que en los próximos años el crecimiento de las nuevas técnicas va a ser muy prudente.

Las patologías vasculares en España

Casi la mitad de la población mayor de 50 años sufre alguna patología vascular (arterias y venas), un porcentaje que irá en aumento conforme avance la esperanza de vida de la población. De hecho, las enfermedades del aparato circulatorio son ya la principal causa de muerte en nuestro país en ambos sexos. No obstante, los expertos alertan también de un incremento de la prevalencia entre personas cada vez más jóvenes como consecuencia de estilos de vida poco saludables ligados a otras patologías como la diabetes, el colesterol o la hipertensión.

Los estudios señalan que la Enfermedad Arterial Periférica (EAP) es la patología vascular que mayor prevalencia presenta entre la población, entre el 5 por ciento y el 10 por ciento, dependiendo de la edad, sexo y métodos diagnósticos utilizados. El porcentaje, no obstante, se dispara en grupos de población específicos (con factores de riesgo –consumo de tabaco, alcohol, antecedentes–, diabéticos, con cardiopatías o enfermedad cerebrovascular), donde llega a ser del 50 por ciento. Según los expertos, el 20 por ciento de las personas con EAP está sin diagnosticar debido, sobre todo, a que se presenta de forma asintomática o sus síntomas son considerados menores.

Las técnicas endovasculares representan el tratamiento más novedoso en las patologías vasculares. Dichas técnicas actúan sobre lesiones arteriales y venosas sin necesidad de realizar grandes incisiones. Se practican introduciendo en las arterias o venas, con frecuencia de forma percutánea, unos catéteres que llevan unos balones que dilatan las estenosis (estrechamientos) existentes y una especie de muelles, llamados ‘stent’, que mantienen abierta la arteria en los sitios donde se había producido estenosis.

Desde el punto de vista cuantitativo, las intervenciones endovasculares de arterias son más frecuentes que las de venas y el grupo más numeroso de estas operaciones no invasivas se concentra en las arterias de los miembros inferiores, especialmente en la arteria ilíaca, en la femoral y la poplítea por patología oclusiva. Desde el punto de vista cualitativo, en cambio, la aportación más significativa se ha producido en los aneurismas de aorta, donde las técnicas endovasculares han reemplazado casi completamente a la cirugía abierta, por sus mejores resultados operatorios y postoperatorios precoces y sus plazos más rápidos de recuperación.

“La cirugía de la aorta abdominal y sobre todo torácica representa, de hecho, hoy por hoy el campo de aplicación más claro de las técnicas endovasculares. En estos casos, ya sólo se opera en abierto cuando hay dificultades anatómicas que impiden colocar la prótesis y cuando el paciente es demasiado joven”, explica el Profesor Eduardo Ros, presidente del Capítulo de Cirugía Endovascular (CEC) de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular (Seacv), que destaca la gran aportación que han supuesto estas nuevas técnicas no invasivas en la reducción de la mortalidad y de las complicaciones postoperatorias precoces de las intervenciones del aneurisma de aorta.

En concreto, el índice de fallecimiento de la cirugía abierta se situaba en alrededor del 20 por ciento, mientras que con las nuevas técnicas ha pasado al 2‐3 por ciento, cayendo por tanto más de un 18 por ciento. “La mortalidad es menor y las complicaciones son muy bajas porque no se abre la aorta”, ha señalado el profesor Ros, quien matiza, no obstante, que la supervivencia no es mayor a la larga con estas técnicas que con las abiertas, al tratarse de intervenciones indicadas para personas mayores y asociadas a procesos de aterosclerosis en estados muy avanzados.

Precisamente el estudio de los resultados a largo plazo de estas nuevas técnicas es uno de los retos pendientes de la especialidad. Al ser una disciplina muy novedosa, no existen estudios sobre los resultados a largo plazo de estas intervenciones, una limitación que, según el profesor Ros, invita a la prudencia en la indicación de estas técnicas, sobre todo en pacientes jóvenes, “a pesar de la creciente demanda que existe precisamente en este segmento de la población por el carácter menos invasivo de estas pruebas y por las expectativas de éxito que la rodean”.

Otra de las limitaciones y de los retos de futuro de la especialidad reside en el abaratamiento de estas técnicas y en el análisis robusto de su costoeficacia. “Estamos pagando aún la investigación para desarrollar y mejorar estas técnicas, que al ser investigación de alta tecnología, resulta cara, por lo que tendrán que abaratarse en el futuro”, expuso Ros Díe.
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