María del Mar Vázquez Jiménez, Tomás Toranzo, Eva Fernández, Cristina Antoñanzas y Silvia Espinosa.
El
predominio femenino en las plantillas del Sistema Nacional de Salud (SNS) se intensificará a lo largo de la próxima década, de forma que prácticamente
dos de cada tres profesionales serán mujeres en 2032, según los cálculos del Colegio de Médicos de Castilla y León. Pero, ¿plantea este escenario la necesidad de realizar cambios en la gestión de los recursos humanos? El veredicto de profesionales y organizaciones de médicos y enfermeros es claro: “
No hay ninguna diferencia entre mujeres y hombres en el rendimiento en el trabajo”, por lo que descartan la idea de readaptar los equipos.
Aunque el debate se ha intensificado a raíz de la aprobación del proyecto para la ley del aborto, que
permitirá a las mujeres que padezcan un dolor menstrual incapacitante solicitar la baja laboral, lo cierto es que la base del problema radica en los problemas de
conciliación familiar que arrastran las profesionales del SNS, pues, tal y como ocurre en el conjunto del tejido empresarial de España, la responsabilidad del cuidado de familiares e hijos recae esencialmente sobre ellas.
Los datos publicados por el
Servicio Andaluz de Salud (SAS) sirven para ejemplificar el problema: más allá de que
solo tres de cada diez cargos intermedios son ocupados por mujeres, estas son las que solicitan más excedencias por
cuidado de un familiar (el 67,53 por ciento de los 154 permisos que se concedieron en 2021 fueron para sanitarias), y por
cuidado de hijos (el 89,1 por ciento de los 321 permisos). Evidentemente, ellas también reclamaron más
permisos adicionales por parto (98,62 por ciento del total de 1.953). En términos generales, de las 54.145 bajas que concedió en 2021 el SAS,
el 83,04 por ciento fueron para mujeres, aunque hay que tener en cuenta que ellas representan el 72,15 por ciento de la plantilal total.
Pero lo cierto es que en el seno de los hospitales no existe la percepción de que el aumento de la feminización provocará cambios a escala organizativa. Al respecto,
María del Mar Vázquez Jiménez, directora gerente del Hospital Regional Universitario de Málaga, concede que “con el transcurso de los años se verá un proceso de feminización no solo de la profesión médica sino de todas las categorías sanitarias”. No obstante, aclara que esto “realmente no supone
ningún problema a la hora de gestionar los recursos humanos”.
“No hay ninguna diferencia entre mujeres y hombres en el
rendimiento en el trabajo, en el
absentismo ni en las
probabilidades de enfermar. Las bajas por contingencias comunes son iguales entre hombres y mujeres”, incide Vázquez. Sobre la maternidad, la gerente del Hospital Regional Universitario de Málaga indica que se trata de un derecho “que no solo hay que respetar, sino que proteger”.
Maternidad y gestión de recursos humanos
En este sentido, indica que para garantizar el servicio se procede a la sustitución de la profesional. “
No solo se ausenta la mujer que va a ser madre. También tenemos en nuestras plantillas a hombres que se convierten en padres y que también se ausentan para compartir esas primeras semanas tras el parto y puedan estar dedicados completamente a esa paternidad. De la misma forma se les sustituye contratando profesionales para mantener la asistencia”, apunta.
Una posición que comparte el grueso de los sindicatos y organizaciones médicas y enfermeras, que descartan que el aumento de la feminización fuerce a las administraciones recurrir a nuevas medidas. De hecho, según indican desde el
Sindicato de Enfermería (Satse), al margen de las bajas por regla dolorosa, la única circunstancia que puede suponer una diferencia entre hombres y mujeres en esta materia está relacionada con las
limitaciones que pueda conllevar el embarazo en caso de que deban exponerse a patógenos peligrosos o, por ejemplo, cargar con objetos pesados.
Dos casos “concretos y puntuales” que, según las organizaciones consultadas por este periódico, no provocarán alteraciones en el diseño de las plantillas de hospitales y el resto de centros de salud, si bien
Tomás Toranzo, presidente de
CESM (Confederación Estatal de Sindicatos Médicos), incide en que hay que tener en cuenta “todos los factores” a la hora de adaptar las plantillas a los cambios que se avecinan. Es decir, no solo prever las consecuencias del aumento de las jubilaciones e incluso la posibilidad de que existan jornadas de cuatro días sino también cómo actuar en caso de que una mujer embarazada necesite recurrir a las bajas ante la imposibilidad de continuar con sus labores.
“Si una mujer tiene que estar de baja por estas circunstancias, alguien tiene que cubrir esa ausencia, hay que analizarlo en función de las plantillas para prevenir y
no tener que recurrir a sustitutos”. Añade, eso sí, que “otras medidas como las de conciliación no tienen trascendencia en la feminización del SNS”.
Medidas de conciliación y bajas por regla dolorosa
A pesar de ello, existe consenso en el planteamiento de que estos dos supuestos no condicionarán la gestión de los recursos humanos. “Por supuesto que no, el hecho de que haya más mujeres que hombres no supondrá ningún problema organizativo”, sentencia la secretaria de Igualdad de la
Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF),
Eva Fernández, que subraya que el camino a seguir es el que lleva a promover una mayor “conciliación” familiar tanto en hombres como en mujeres.
“Y creo que en diez años no habrá ese tipo de problemas porque las empresas tendrán que actuar y prolongar medidas de conciliación por hijos”, concreta Fernandez.
A juicio de
UGT, es necesario “normalizar que existen mujeres con este problema”. Las bajas por reglas dolorosas ya existían; el único cambio es que, desde el primer día, van a percibir íntegramente la prestación por incapacidad temporal”, explica a
Redacción Médica la vicesecretaria general del sindicato,
Cristina Antoñanzas. “Debería haber más especialistas para el SNS por el bien de la población, pero no por el número de bajas que se generen por reglas dolorosas”, concluye.
En la misma línea,
Silvia Espinosa, responsable de Mujer de
CCOO, considera que la implantación de este tipo de medidas “no debería suponer ningún tipo de problema ni de contratiempo” en las plantillas del SNS. “
Las bajas no solo afectan a las mujeres, estamos expuestos a sustancias que actúan sobre nuestro cuerpo”, destaca.
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