La herramienta permite a los profesionales identificar los problemas del paciente



8 may. 2014 14:17H
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Redacción. Madrid
España se ha convertido en el primer país de la Unión Europea y el segundo del mundo, tras Canadá, en controlar las secuelas que produce el ictus en los pacientes a través del ‘Cuestionario Post-Ictus’, según la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF). Se trata de una herramienta desarrollada por la Organización Mundial del Ictus (WSO) que permite a los profesionales sanitarios identificar más rápidamente los problemas que surgen.

Roser Garreta, presidenta de SEMEF.

Este cuestionario facilita que los pacientes sean valorados por el rehabilitador para prevenir o tratar a tiempo la aparición de las secuelas del ictus. Esto permite que el paciente reciba el tratamiento más adecuado lo antes posible y, de esta forma, sea derivado al especialista apropiado.

Para su implantación, la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) y ha llegado a un acuerdo con Allergan. En palabras de la presidenta de SERMEF, Roser Garreta: “Es la primera vez que se crea un protocolo de estas características en España”. Garreta ha asegurado que mejorará la discapacidad del paciente que ha sufrido un ictus y que convertirá al rehabilitador en la figura clave para mejorar la calidad de vida del enfermo.

La espasticidad como secuela

Entre 180.000 y 230.000 personas sufren espasticidad en España como consecuencia de haber padecido un ictus (aumento de tono de uno o varios músculos que no son capaces de relajarse y da lugar a posturas forzadas). Debido a esta secuela, el paciente sufre un estado permanente de rigidez y espasmos musculares involuntarios que provocan dolor y dificultad para realizar actividades cotidianas, como caminar, vestirse o comer. La presidenta de SERMEF ha señalado que provoca “múltiples ingresos hospitalarios que inhabilitan la incorporación laboral y reducen considerablemente la calidad de vida”.

En este sentido, el cuestionario incluye preguntas a contestar por el paciente, con o sin la ayuda del cuidador, para que el médico pueda conocer exactamente su estado de salud actual e identificar aquellas complicaciones que presenta a raíz del ictus. Con esta herramienta, se evalúan las actividades diarias que el paciente puede realizar, su grado de movilidad, así como el nivel de rigidez que presenta en brazos, manos y piernas para poder dar con un tratamiento apropiado a estas necesidades.

Según Garreta, este cuestionario reducirá los costes por asistencia, rehabilitación y cirugía de estos pacientes que contarán con un tratamiento más adecuado desde el principio y una “mejor calidad de vida”.
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