Casi el 30 por ciento de estas peticiones médicas se revela inapropiado



10 abr. 2013 16:40H
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Javier Barbado / Imagen: Adrián Conde. Madrid
España desperdicia 25 millones de euros en la prescripción inapropiada, desde el punto de vista médico, de resonancias magnéticas (RM) en pacientes que refieren dolor lumbar en la consulta, según datos divulgados este miércoles por el director de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (Reide), Francisco Kovacs, durante la presentación de un estudio, en la sede de la Organización Médica Colegial (OMC), que cuantifica el porcentaje de estas peticiones médicas que resulta injustificable: casi el 30 por ciento cuando el enfermo solo presenta lumbalgia inespecífica.

Estanislao Arana, Francisco Kovacs, Juan José Rodríguez Sendín y Víctor Abraira, este miércoles en la sede de la OMC.

Según ha apuntado Kovacs, cada año se llevan a cabo 960.000 RM de columna lumbar en el país con un coste por unidad (calculado en 2012) de 244 euros.

El informe, que recoge datos de los servicios de Radiología de ocho hospitales públicos, dos privados y dos concertados en una muestra de 602 pacientes, revela que, como mínimo, el 11,9 por ciento de las RM lumbares prescritas a enfermos con y sin dolor referido resultan inapropiadas, porcentaje que aumenta hasta el 17,2 por ciento en la sanidad privada y hasta el 27,8 por ciento si no se detecta dolor irradiado a la pierna (esto es, el único síntoma expresado es la lumbalgia) –en caso de que sí se refiera este último, la prueba estaba injustificada en el 3,1 por ciento de los casos–.

Francisco Kovacs precisa cuántas RM se hacen en España.

Víctor Abraira exlpica el método científico del estudio.

Otro de los objetivos del estudio –explicó Kovacs– se fijó en comparar los sectores sanitarios público y privado para deducir en cuál se lleva a cabo una gestión más eficiente de esta clase de pruebas médicas: “Una vez prescritas, las RM se hicieron con más rapidez en la sanidad privada (cinco días) que en la pública (36); sin embargo, el porcentaje que resultaba inapropiado fue mayor en la privada (17,2 por ciento) que en la pública (7,4 por ciento)”.

Estanislao Arana cita estadísticas de otros países.

Los resultados de la investigación, que se ha publicado en la revista científica European Journal of  Radiology y ha financiado la Fundación Kovacs, también han sido expuestos por el jefe de Bioestadística del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, Víctor Abraira; el radiólogo de la Fundación Instituto Valenciano de Oncología Estanislao Arana, y el propio presidente de la OMC, Juan José Rodríguez Sendín.

El método

Abraira, en su turno, explicó con detalle el método que se ha seguido para la elaboración de esta investigación: “Hablamos de un estudio observacional, esto es, los investigadores nos hemos limitado a distribuir cuestionarios [entre los médicos y especialistas de los servicios hospitalarios] con la sola exclusión de aquellos pacientes con antecedentes de intervención quirúrgica previa a la solicitud de la prueba, casos en los que el idioma hablado por el paciente fuera un impedimento, y, por último, el posible rechazo a firmar el consentimiento informado (que no se dio en ninguno de los casos)”. Según explicó, se partió de un tamaño mínimo necesario de la muestra de 578 enfermos, y, además, se tuvieron en cuenta datos como el porcentaje mínimo, constatados en otras indagaciones, de resonancias prescritas de forma injustificada.

Los autores del estudio, durante su presentación a los medios de comunicación.

Este último –precisó Abraira– oscila, en los sondeos llevados a cabo en otros países, entre el 33 y el 66 por ciento. Pero también citó –y corroboró después del propio Kovacs– algunos informes elaborados en España según los cuales el 80 por ciento de las RM prescritas por los galenos no estaban en realidad indicadas. Es más: según precisó el primer autor del estudio, ninguna de las resonancias magnéticas ordenadas de forma inapropiada permitió detectar enfermedad sistémica alguna ni motivo para operar al paciente, y, sin embargo, dieron lugar a hallazgos, en el 63,8 por ciento de los casos, que podrían haber servido de excusa para decidir la intervención quirúrgica del paciente al plantearse dudas razonables (que, según se comprueba después, no estaban justificadas).

Propuestas de la Fundación

Tras dar a conocer las conclusiones del sondeo, sus responsables han propuesto una serie de medidas que reduzcan el número de RM practicadas de forma inadecuada como “crear mecanismos electrónicos de prescripción que alerten cuando una de ellas no esté indicada,  de forma que apoyen la decisión clínica del médico; formar a los pacientes por medio de programas educativos para que sean conscientes de que una prueba no indicada les perjudica –se ha demostrado que, de este modo, disminuye su práctica–; y, asimismo, otorgar más poder a los radiólogos, ya que el estudio ha demostrado su capacidad para discriminar a la perfección en qué casos las resonancias no son apropiadas, invitándoles a que no mencionen en sus informes hallazgos cuya irrelevancia clínica se haya demostrado (pues son malinterpretados con frecuencia y conducen a la cirugía innecesaria) y que, incluso, añadan los datos epidemiológicos que prueban esa irrelevancia, y sugiriéndoles, asimismo, que indaguen en los motivos por los que los clínicos han ordenado las RM que ellos juzguen injustificadas”, enumeró Kovacs.

Integrantes de la Comisión Permanente de la OMC. De izq. a dcha.: Jerónimo Fernández Torrente, vicesecretario; José María Rodríguez Vicente, tesorero; Ricard Gutiérrez, vicepresidente; y Serafín Romero, secretario general.

Vista de la sala de la OMC en la que se han dado a conocer los resultados de la investigación.

 

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