Hugo Galera, consejero delegado del hospital. |
Redacción. Sevilla
El Hospital Infanta Luisa de Sevilla ha incorporado con éxito un nuevo tratamiento, cuya eficacia y seguridad ha sido avalada por diversos estudios clínicos internacionales para aquellos casos diagnosticados de hipertensión arterial refractaria. El procedimiento consiste en la aplicación de radiofrecuencia en el perímetro interno de las dos arterias renales. “Los impactos de radiofrecuencia consiguen interrumpir la conducción nerviosa por medio de los nervios localizados alrededor de las arterias renales (denervación renal), causante de la perpetuación de la hipertensión arterial elevada que no responde al tratamiento convencional mediante fármacos”.
El equipo médico que realiza este tratamiento está integrado por cardiólogos intervencionistas, un cardiólogo clínico y un médico que pertenece a la unidad de hipertensión: Luis Díaz de la Llera, Isidoro Rodríguez Tejero y Antonio Rodríguez Botaro, respectivamente. El procedimiento de denervación renal no requiere anestesia general –sólo sedación–, ni cirugía abierta, ya que se realiza por cateterismo mediante punción en la arteria femoral. El ingreso hospitalario es de entre 24 y 48 horas tras la intervención.
Con posterioridad al tratamiento de denervación con radiofrecuencia, continuamos controlando la tensión del paciente con la intención de poder reducirle al máximo la medicación. En esta línea, “hay casos de pacientes a los que se les ha aplicado este procedimiento y que pasan de tener prescritos cinco o seis fármacos a reducirlos a uno o dos. La intervención comienza con la introducción, a través de una punción en la arteria femoral, de un catéter dotado de un cabezal de reducido tamaño constituido por cuatro electrodos. El catéter se mantiene conectado a una consola exterior, emisora de ondas de radiofrecuencia, con las que se provocan las ablaciones por calor en el perímetro interno de ambas arterias renales.
El procedimiento tiene una duración aproximada de 30 minutos. Según indica el doctor Díaz de la Llera, “el especialista introduce el catéter por la arteria femoral hasta la arteria renal. Una vez allí se aplican los impactos de radiofrecuencia. En total, son necesarios entre ocho y 12 impactos en cada una de las arterias renales”. De este modo, especifica, “se interrumpe la propagación del impulso nervioso que discurre por el exterior de la arteria y que provoca la perpetuación de la hipertensión arterial”.
En España existen aproximadamente unos 650.000 pacientes que sufren hipertensión arterial refractaria que es aquel tipo de hipertensión en la que, a pesar de la administración de tres o más fármacos en dosis adecuadas, las cifras de tensión arterial permanecen elevadas por encima de 160-90 mm de Hg. El porcentaje de pacientes refractarios al tratamiento médico se encuentra en torno al 10 por ciento del total de los hipertensos.