Manuel Molina; María Josefa Baquero; Jon Guajardo; y Joseba Andoni Barroeta. En la pantalla, Miguel Mateo.
Este año 2021 será recordado por muchas cosas, y una de ellas, sin duda, es que España se ha convertido en el séptimo país del mundo en legalizar la
eutanasia. Una norma que, desde su gestación y posterior aprobación, ha traído un profundo debate de corte ético a la sanidad española. Directivos de la salud han debatido sobre cómo aplicar la norma y la gestión de la objeción de conciencia en el el
XIII Encuentro Global de Directiv@s de la Salud organizado por
Redacción Médica, auspiciado por la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) con colaboración la colaboración de Abex Excelencia Robótica, Air Liquide Healthcare, Cardiva, Fresenius Medical Care y Gilead.
Un encuentro
en el que ha habido ‘cuórum’ entre los participantes, que han coincidido en subrayar que la normativa española en materia de muerte asistida es completamente “garantista”. Por eso,
Joseba Andoni Barroeta, director gerente del Hospital General Gregorio Marañón, sostiene que
“la labor del gestor no es reevaluar la ética de la eutanasia”. Esta fase en España “ha sido superada y normalizada” por la sociedad. Por eso, el reto actual está en “cómo aplicarla con seguridad”. Para eso, defiende, existen herramientas como los manuales de buenas prácticas o los registros de objetores de conciencia, si bien ha reconocido que en territorios como Madrid aún no han sido creados.
La ética de la gestión en la aplicación de la ley de eutanasia.
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Otro de los retos pasa por la disponibilidad de médicos dispuestos a participar en un proceso de muerte asistida. En el caso del Marañón, explica, “hay muy pocos médicos dispuestos”. Y, en este contexto, ha reclamado ampliar el foco, pues no solo existen médicos objetores, sino también profesionales de otras categorías, como los enfermeros o, incluso, el personal administrativo.
En la misma línea, Barroeta también ha identificado alguno de los retos de futuro de la eutanasia en España y ha reclamado el desarrollo de la posibilidad que se realice a domicilio, algo en lo que la ley no profundiza. Y ha puesto un ejemplo sobre le recorrido que podría tener: “En Países Bajos, por ejemplo, el 50 por ciento de las eutanasias se producen en domicilios”. En este sentido, reclama que el hospital no debería rechazar la eutanasia domiciliaria. En concreto, el director gerente del marañón entiende que este es un proceso muy sensible en la que la discreción “debe ser fundamental”.
María Josefa Baquero, gerente del Área de Salud de Coria (Cáceres), coincide en lo “garantista” de la normativa. “Detalla todo lo que hay que hacer”, ahora el reto, apunta, está en formar a los profesionales sanitarios en esta materia. Extremadura ha recibido ya su primera solicitud de eutanasia de un paciente con la certificación del médico responsable encargado del caso y del médico consultor, que es un profesional sin relación con el primer facultativo ni con la solicitante y que también evalúa si la petición cumple con los requisitos previstos por la ley.
“El médico responsable debe contar un nutrido equipo que, además de otros médicos, como el consultor, debe estar formado por enfermeros, psicólogos y trabajadores sociales”, indica Baquero, que ha manifestado que Extremadura se está preparando siguiendo los pasos que recoge la ley. Así, ya cuenta con su propia Comisión de Garantía y Evaluación, entre otros pasos. “Nos estamos preparando para cuando llegue el paciente que sufre”. En este sentido, ha planteado una posible ampliación de la ley, que habla de eutanasia activa y directa, por un modelo “pasivo”, en donde el propio paciente pueda administrarse la solución. Una opción para reducir los casos de objeción de conciencia y que se podría denominar como el “suicidio asistido”.
Joseba Andoni Barroeta, director gerente del Gregorio Marañón, durante su intervención.
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Por su parte,
Manuel Molina, director gerente del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, ha dicho que la labor del gestor es “buscar la mejor fórmula de aplicarla, que sea clara y objetiva”, al tiempo que ha defendido que “todos estamos en el derecho a morir con dignidad”.
“No hay que imponer le sufrimiento a quien carece de expectativas de calidad de vida”, por eso, pide superar debates y asumir que, en los casos más críticos, no siempre es mejor “alargar la vida por encima de las posibilidades”.
Molina también critica que no se hable de eutanasia pasiva, una demanda en la que ha coincidido con María Josefa Baquero. “El primer párrafo de la ley, en el preámbulo, justifica esta normal en una demanda sostenida de la actual”, que lleva años clamándola. Sin embargo, lamenta que
“esta demanda no se ve reflejada en los Presupuestos Generales” con una dotación más cuantiosa de la reflejada actualmente.
"No hay que imponer le sufrimiento a quien carece de expectativas de calidad de vida"
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En cualquier caso, defiende qu
e “tenemos que ser coherentes y leales institucionalmente”. Al tiempo, identifica que los principales retos pasa por fomentar la información entre pacientes y profesionales sobre cómo se ejecuta la eutanasia y la formación de estos últimos. Por último, en su intervención ha lamentado que “al 50 por ciento de personas que quieren morir no se les ofrece un tratamiento paliativo integral”.
“Tenemos mucho trabajo por delante”.
La eutanasia en Cantabria
El subdirector de Ordenación, Farmacia e Inspección de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Cantabria,
Miguel Mateo, ha sido otro de los protagonistas de este XIII Encuentro Global de Directiv@s de la Salud.
“No me planteo cuestiones éticas”, ha coincidido en línea con el resto de participantes. “Es un derecho nuevo que nace con el que en Cantabria estamos involucrados en aplicar según lo dispuesto en la regulación”.
En este sentido, ha repasado los
“7 hitos” de Cantabria para el desarrollo normativo y ejecutivo de la ley de eutanasia. Un camino en el que se ha creado la Comisión de Garantía y Evaluación y el registro de profesionales sanitarios objetores, se han redactado 11 guías y procedimientos y se ha he hecho un esfuerzo en la accesibilidad a la información sobre eutanasia a ciudadanos y sanitarios, entre otras cosas.
A su vez, ha recalcado también que el médico consultor
“es clave”. Además, ha asegurado que el principal “miedo” de los profesionales sanitarios en Cantabria están relacionados con la parte “farmacológica” debido a, principalmente, no existir aún precedentes.
Un instante durante el XIIII Encuentro Global de los Directiv@s de la Salud.
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