El presidente de Sedisa, José Soto.
Cerca de 3.000 personas se dirigieron esta semana hasta Málaga para tomar parte en un
XXII Congreso de Hospitales y Gestión Sanitaria que tanto
José Soto como
Jesús Sanz no dudan en calificar como rotundo “éxito”. Los respectivos presidentes de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa) y de la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE), organizadoras del evento, confían ahora en que este “reencuentro” de los agentes sanitarios contribuya a fomentar una reflexión sobre el futuro del sector, que debe avanzar, aseguran, hacia el
“Ecosistema 4.0”.
¿Cuál es su valoración del Congreso?
Jesús Soto, durante su entrevista con Redacción Médica.
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José Soto. La valoración tiene que ser positiva por fuerza. Hemos tenido más de 3.000 personas inscritas en el Congreso, que ha sido garante de la seguridad. No olvidemos que todavía estamos con incidencias de más de 100 contagios por cada 100.000 habitantes, y eso podía invitar a pensar que nos estábamos arriesgando al hacer un evento de estas dimensiones. Pero estamos satisfechos por cómo ha transcurrido, porque no se ha producido ningún incidente. No ha habido brotes ni nadie ha dado positivo en nuestros controles de acceso al recinto. Estamos contentos. También por el contenido, porque se han desarrollado temas trascendentales para el sector. Hemos tenido a los mejores de España, de Portugal, de Latinoamérica, del Gobierno, de las comunidades autónomas… Y a un comité directivo y una comisión directora que han sido los primeros artífices de este éxito.
Jesús Sanz. Desde todos los aspectos posibles, la organización, el programa científico y la participación, el Congreso se ha desarrollado positivamente. Desde las nueve de la mañana, las salas estaban llenas. Para nosotros ha sido un reto muy satisfactorio. En estos eventos hay una ventaja añadida, que es que los foros son multidisciplinares y multiprofesionales. Enfermeras, médicos, ingenieros… todos hablan el mismo lenguaje, el de la toma de decisiones estratégicas y directivas. Y ahí la participación de la enfermería ha sido importante. Hemos participado en esta exposición de conocimiento en las mismas condiciones que el resto de profesionales, protagonistas de esta transformación.
La feria partía, entre otros objetivos, con el de establecer un punto de inflexión en el sistema sanitario español y de fijar el camino hacia ese “Ecosistema 4.0”. ¿Creen que se ha conseguido?
Soto. Se ha hablado mucho de ello, era un tema bastante desconocido salvo para los más introducidos en él, y ahora que, entre comillas, se ha hecho popular entre los gestores, podremos iniciar un periodo de replanteamiento para analizar cómo se pueden aprovechar las tecnologías de la información y la comunicación en el sector. Lo que hemos demostrado es que el manejo de los datos es muy importante por todas las oportunidades que nos da para el desarrollo de la salud.
Sanz. Hemos conseguido que todo el colectivo reflexione conjuntamente sobre esa necesidad. No es algo que esté por venir, es que ya está ahí. La pandemia ha acelerado la innovación, la investigación científica, la puesta en marcha de proyectos que, de no salir adelante, hubieran provocado que nos costara más salir. Lo que hay que conseguir es que en este nuevo ecosistema no solo hablemos de desarrollo de la tecnología, que es solo una herramienta que tiene que estar al servicio de los pacientes y los profesionales.
Una vez concluido el Congreso, ¿qué sucederá ahora? ¿Cuál es la hoja de ruta?
Soto. Después de todo lo que hemos visto y hablado, debemos ser capaces de ser más eficaces y eficientes en la gestión de nuestros centros sanitarios. Iniciar una nueva etapa. Esperemos también que la pandemia venga suave, si es que tiene que seguir viniendo, y poder recuperar con algo más de frecuencia la presencialidad.
Sanz. Normalmente el Congreso recoge unas conclusiones, que son referente para todo el sector. El objetivo fundamental es el de compartir, poner sobre la mesa las buenas prácticas, las planificaciones estratégicas a medio y largo plazo. Aquí todos los gestores venimos a conocer esa realidad, cuáles son las perspectivas de futuro. Y luego, en cada ámbito territorial y en cada centro, intentar implantar lo que se hace en otros sitios.
Jesus Sanz, presidente de ANDE.
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Durante estos días han comparecido médicos, enfermeros, farmacéuticos, técnicos, especialistas de diferentes ramas tecnológicas… y también políticos, gerentes y consejeros de Salud. ¿Qué les piden a estos últimos de cara al curso político que ahora empieza?
Soto. A las administraciones les he pedido en este Congreso la separación de gestión y política. Un elemento básico. Es decir, si queremos tener a los mejores dirigiendo a los servicios de salud, tendríamos que pensar, como norma general, que estos no tienen por qué ser los afines políticamente. Tampoco hay por qué excluir a los afines, cada cual tiene sus ideas, pero esa militancia no se debe mezclar con el trabajo de gestor. Pensamos que una forma de no mezclar ambas partes seria la de separar las fechas de contratación de los directivos y las de las elecciones, y que los cambios se produzcan tras una evaluación. Nuestro reto es la búsqueda de la máxima calidad y eficiencia, y esto es así con todos los partidos y gobiernos, porque es un reto de sociedad. El reto de tener gestores profesionales.
Sáez. Sí, a la administración le pedimos fundamentalmente dos cosas: esa profesionalización, porque entendemos que todas tienen que establecer un proceso de selección con perfiles y habilidades suficientes que permitan gestionar una empresa tan grande como es un hospital; y luego que ese directivo pueda ser cesado en función de los objetivos, no de planteamientos políticos. Hay otra cosa que creo que ya se está haciendo, que es impulsar políticas de desarrollo de todo lo digital, algo en lo que hay también una importante participación de la sanidad privada.
Las buenas gestiones salvan vidas.
Soto. ¿El sector sanitario tiene como misión producir la mayor cantidad posible actos sanitarios, de intervenciones quirúrgicas y consultas? ¿O tiene como misión conseguir la mayor incidencia en la mejora de la salud? Pensábamos que más actividad es igual a mejor salud, pero con la pandemia hemos aprendido que no es así. La salud depende de otras cosas, de más de las que pensábamos. La asistencia sanitaria y la buena gestión salvan vidas, y no hacemos una mejor gestión por hacer más intervenciones.
¿A qué se refiere?
Soto. No hay por qué hacer todo, hay cosas que no aportan nada y que de hecho perjudican la salud. Un mayor número de placas de rayos X en tu cuerpo probablemente, más que beneficiar, te pueda perjudicar en determinadas ocasiones. Puede pasar lo mismo con determinados fármacos repetitivos constantemente. Estas cosas nos hacen reorientar el sistema. Hemos aprendido también que los pacientes deben tener no ya su punto de voz, sino su punto de decisión en el sistema. Que decida en ámbitos organizativos, en los circuitos asistenciales y en los hospitales, o en la logística del transporte de las comunicaciones. Hemos aprendido que se puede tratar sin tener al paciente delante con la telemedicina. Y que a los profesionales tenemos que mimarlos. ¡Obviamente! Porque es la gente que configura los servicios, la que se enfrenta a los pacientes, que son parte del reto. No hay pacientes sin enfermedades, van juntos. Tratar las enfermedades de los pacientes aportándoles dignidad con estrategias de humanización. Y le hemos dado vueltas a nuestras prácticas, a nuestros objetivos. Hay cosas que cambiar. Tenemos que forzarnos nosotros mismos a que cambien.
Precisamente, durante una de sus intervenciones en el Congreso afirmó, señor Sanz, que la pandemia demostró que había “prioridades equivocadas” en la sanidad.
Sanz. Un ejemplo clarísimo es que la salud pública en muchas comunidades autónomas no es que estuviese abandonada, pero no era una prioridad. Tiene que haber una política de salud pública, porque estos riesgos a los que nos hemos enfrentado ya estaban y siguen estando. En el Congreso, el consejero de Salud de Andalucía, Jesús Aguirre, planteaba en su intervención que se tenía que trabajar en este sentido. Hay también otros aspectos que potenciar, como la digitalización, la participación del paciente… Creo que estábamos equivocados, porque íbamos muy lentos en ese sentido. Llevábamos tiempo hablando de ello, pero una cosa es hablar, y otra, implementarlo.
¿Se dan en la actualidad las circunstancias adecuadas para el desarrollo de la Salud 4.0?
Soto. Siempre se dan. Lo que debemos es darnos cuenta de las oportunidades. La tecnología ha cambiado mucho y a un ritmo exponencial. Desaprovechar estas oportunidades sería, primero, injusto; pero también una irresponsabilidad moral que no nos podemos permitir. Si podemos usar la robótica quirúrgica para garantizar menos fallos en nuestras intervenciones o manejar grandes bases de datos para el aprendizaje continuo, ¿por qué no aprovecharlo? Hemos de tener la menta abierta, no podemos volver la mirada y decir “no”. Además, hay otras profesiones que se están preocupando de ayudarnos, como los ingenieros biomédicos. Hay que plantearse introducir profesiones nuevas asociadas al desarrollo de la tecnología en los hospitales o en los centros de salud. ¿Por qué no?
Sanz. Las cosas se producen si hay voluntad. Si es así, las cosas suceden, porque se prioriza la toma de decisiones estratégicas. Y los profesionales, los directivos, estamos comprometidos con ese cambio. Además, hay que tener en cuenta los fondos europeos, pues una parte importante de los mismos van a ir dirigidos a la sanidad y habrá más recursos para tomar decisiones en ese sentido.
"Desaprovechar las oportunidades tecnológicas sería una irresponsabilidad moral que no nos podemos permitir".
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