Daniel Hernández.
11 feb. 2022 14:00H
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Daniel Hernández se dio cuenta tras terminar su último año de residencia MIR que la especialidad médica en la que había invertido los últimos años de su vida no le hacía feliz. Por eso, cuatro años después de su prueba de acceso para médico residente, este 2022 tomó la decisión de volver a presentarse al examen MIR.
“En el tercer año como residente de Psiquiatría empecé a darme cuenta que no quería seguir en ella”, reconoce Hernández a Redacción Médica, que admite que a partir de ese momento se dio cuenta en qué consistía realmente el trabajo de un psiquiatra. “Había muchas cosas que me gustaban, como sentir una conexión real con un paciente, ayudar a explorar el significado de una depresión o encontrar la combinación de antidepresivos que devolviera la energía a un paciente”, relata.
“Un día me di cuenta que me interesaba más el electrocardiograma de mi paciente que la historia de su infancia”, confiesa, admitiendo que “ahí entendió que quizá su sitio estaba en otro lugar”. "Ser psiquiatra implica tener conversaciones muy difíciles a diario, donde salen muchas emociones a flote que hay saber canalizar y atemperar en un tiempo que siempre se queda corto", reconoce, asegurando que "esto le suponía un desgaste emocional que en ocasiones le llevaba a no tener paciencia con los problemas de sus seres queridos".
"Me quedaba sin fuerzas y sin empatía para otros pacientes y finalmente, para mis amigos y familiares. Entonces me empecé a preguntarme: ¿me veo haciendo esto con 50 años?", cuenta el residente a este periódico. Sin embargo, aun así admite que "Psiquiatría no es más difícil de compatibilizar con la vida personal que cualquier otra especialidad", y aunque reconoce que "tras terminar de pasar consulta él se sentía exhausto", la gran mayoría de sus compañeros nunca cambiarían esta especialidad.
Sobre la reacción de su entorno a la noticia, Hernández reconoce que "para muchos fue una sorpresa". "Psiquiatría era mi primera opción y la escogí muy ilusionado, pero enseguida mis familiares, amigos y mi pareja me apoyaron", afirma, admitiendo que "fueron los primeros en ayudarle a sopesar los pros y contras de esta decisión".
"Repetir el examen MIR no tiene que ser nada dramático"
Pero ¿y cómo se vuelve a afrontar el estudio después de seis años desde la prueba MIR? Hernández asegura que tras tomar la decisión se apuntó a una academia. "Las academias tienen una forma de enseñar que facilita mucho el proceso, lo que me ayudó a disfrutar de reaprender lo olvidado, excepto los últimos meses, donde prevalece la ansiedad más que cualquier otra cosa", confiesa, antes de afirmar "a la espera de los resultados oficiales, la academia le estima un resultado que le permitiría elegir entre varias opciones, pero de no ser así y en caso de no obtener la nota deseada, se volvería a presentar el año que viene". "Me lo volveré a preparar como este año: compatibilizando mi trabajo como psiquiatra y estudiando", recalca.
Por último, sobre a qué especialidad le gustaría acceder, confiesa que no tiene una única opción. "Me gustaría una especialidad clínica donde pueda utilizar las habilidades aprendidas, pero por otra parte, me aterra que me pase lo mismo que con la Psiquiatría", asegura, añadiendo que "le gustaría una especialidad que no solo le guste en teoría, sino que pueda disfrutar al menos un 60 por ciento del día a día".
Además, asegura que "repetir el MIR no es algo dramático". "Es imposible conocer la práctica clínica habitual de las 44 especialidades médicas y menos todavía nada más terminar la carrera", reconoce Hernández, afirmando que "la grandísima mayoría escoge un poco a ojo y, de una manera u otra, acaba acertando, pero otros necesitan una nueva oportunidad".
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