Gabriela Sánchez y Miguel Villamor.
Algunos
aspirantes MIR que se presentan al examen de
Formación Sanitaria Especializada (FSE) con una idea clara de la especialidad y/o la institución sanitaria en la que quieren cursar su
residencia. La mayoría tiene claro, al menos, un abanico de posibilidades que contemplan y, al mismo tiempo, una serie de 'líneas rojas' que no están dispuestos a traspasar al
elegir sus respectivas plazas.
Pero, por desgracia, hay casos en los que las metas no se alcanzan en el primer intento y, a medida que
avanzan los turnos de asignación y las vacantes se agotan, son más los
médicos que ven frustradas sus aspiraciones iniciales y deciden
presentarse en la siguiente convocatoria. Esta es la determinación que ha tomado
Gabriela Sánchez, concretamente al comprobar que ya no quedaban huecos en ninguna de sus especialidades soñadas:
Aparato Digestivo y
Radiodiagnóstico. "Un día antes de que me tocara adjudicar, al ver que ya no había plazas, decidí
darme otra oportunidad y volver a intentarlo", explica.
Pero dar un paso así de importante no es precisamente tarea fácil, y también hubo momentos en los que Sánchez dudó y contempló opciones diferentes, aunque finalmente se inclinó por
renunciar a su vacante y no elegir en la adjudicación. "Aún había
buenas plazas en otras especialidades que también me gustan, pero no tanto como mis dos primeras opciones, por lo que
me decanté por presentarme de nuevo", relata.
Por suerte, ha contado con el
apoyo de sus familiares y amigos al exponerles el camino que iba a tomar, lo cual ha sido "muy importante" para ella. Pese a ello, no ha podido evitar sentir "que todo el esfuerzo del año pasado no fue suficiente", o pensar en qué habría ocurrido si hubiera elegido otra especialidad para "
empezar la residencia de una vez". Aun así, ha sido capaz de callar a todos esos 'demonios' al reparar en que, en caso de haberse especializado en otra rama, habría seguido teniendo dudas. "Siempre
me hubiera preguntado qué habría pasado si lo intentaba una vez más", sentencia.
¿Cómo estudiar el 'repeMIR'?
Los preparativos de esta 'segunda ronda', ya han comenzado para Sánchez: "Me he vuelto a matricular en la academia, esta vez en un curso más corto para alumnos que
repetimos el MIR". Durante los siguientes meses, uno de sus principales objetivos es corregir aquellos fallos que, a su parecer, cometió estudiando el
examen de FSE. "Mi principal error fue la gestión de los tiempos, ya que
estudiaba y trabajaba a la vez y fue difícil estar al 100 por ciento concentrada. Estos meses me estoy planteando
dedicarme sólo a estudiar y enfocarme por completo en el siguiente examen", concluye.
Miguel Villamor también ha comenzado a estudiar por segunda vez el
examen MIR. El principal cambio que hará respecto a su primer intento es encontrar más tiempo para sí mismo entre tantos apuntes: "Los horarios que llevé a
nivel de descanso, seguramente influyeron en que
en enero colapsase mentalmente. La idea es estudiar intentando
no pausar mi vida social a unos niveles tan grandes como lo hice la anterior vez".
"Los horarios que llevé a nivel de descanso, seguramente influyeron en que en enero colapsase mentalemente. La idea es estudiar intentando no pausar mi vida social"
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Sabe que cuenta con un 'as bajo la manga', que no es otro que todo el
esfuerzo realizado durante este año. "Tengo un trabajo adelantado enorme en lo que se refiere a apuntes, a haber trabajado con manuales, etcétera", explica. Es por ello que también compatibilizará los apuntes con un empleo a jornada parcial: "Tengo un contrato de 10 horas en un centro de día de ancianos. Es un trabajo que me siento capaz de llevar en cuanto a responsabilidad, que me da flexibilidad y sustento económico, y que
me hace sentir que no estoy estancado y no es un año en blanco. Intento sacar lo mejor de una situación que no es la más deseable".
Opiniones de familiares y amigos sobre repetir el MIR
Él intuyó
desde que terminó el examen que tendría que repetirlo, y lo confirmó cuando supo su
número de orden: el 5.069. Era complicado que esta posición le permitiera cursar su especialidad soñada,
Anestesiología y Reanimación, y por tanto se autoconvenció a sí mismo de la realidad que le tocaba asumir. Quienes no procesaron esa información tan rápido fueron, sin embargo, sus familiares y amigos. Por un lado, quienes
no están familiarizados con el entorno sanitario, que "están acostumbrados a oposiciones en las que se coge o no plaza, pero
el MIR es distinto porque hay muchas especialidades".
Pero lo que más le ha afectado, sin duda, es el
feedback que ha recibido por parte de los
profesionales sanitarios más cercanos a él. "Lo más duro ha sido tener que imponer mi criterio sobre el de numerosas personas cercanas en las que confío y cuya opinión valoro", relata. "La gente que está 'en el mundillo' está p
oco acostumbrada a lidiar con el fracaso, y me decían que no lo repitiera porque
lo ven como perder un año", añade.
De cualquier manera, la decisión era exclusivamente suya, y sabe que es perfectamente capaz de asumir este reto. Básicamente porque pudo mantener muy buenas estimaciones durante todo el año, aunque en el momento final el resultado cambiara. Él mismo
define su examen como un "descalabro", ya que las últimas tres semanas de estudio fueron "las únicas malas de toda la preparación". Es por ello que
no podía evitar intentarlo una segunda vez para no "rendirse con el primer revés", aunque reconoce que
no sería capaz de presentarse al examen en una tercera ocasión.
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