José A. Puglisi. Madrid
Los estudiantes de Medicina son los más fieles a su vocación profesional o, al menos, quienes la mantienen hasta el final del grado. El estudio ‘La universidad española en cifras’, de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), indica que sólo el 4,21 por ciento de los estudiantes abandonan los estudios, siendo la tasa más baja de todas las titulaciones universitarias.
Domingo Sánchez.
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“La mayor parte de los abandonos se realizan durante los tres primeros años del grado, debido tanto a las fuertes exigencias de los estudios como a la impaciencia por tratar de forma directa con los pacientes”, explica a Redacción Médica el vicepresidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), Domingo Sánchez. Unos motivos que, sin embargo, no son tomados en cuenta por la gran mayoría del alumnado. “Es un grado al que resulta muy difícil entrar, por lo que hay muchos estudiantes que se quedan hasta el final”, precisa.
Una tendencia que no se repite en otros grados de Ciencias de la Salud. Enfermería, por ejemplo, ha registrado una tasa de abandono del 8,74 por ciento, mientras que el resto de las titulaciones superan el 10 por ciento, como es el caso de Fisioterapia (10,16 por ciento), Ciencias Biomédicas (12,68 por ciento) y Podología (13,51 por ciento). Unas tasas que, incluso, podrían considerarse bajas si se compara con otras como Ingeniería de Diseño Industrial (16,14 por ciento), Lenguas Modernas y Literatura (20,97 por ciento) y Biología Humana (25,71 por ciento).
Para Sánchez, el bajo porcentaje de abandono es una buena señal, pero considera que aún puede mejorarse. “Hay que saber por qué los estudiantes están dejando el grado y conocer si está vinculado a aspectos personales, sociales o económicos. El objetivo es garantizar la mayor permanencia posible, ya que son muchos quienes se quedan sin poder acceder a estos estudios”, precisa.
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