Los estudiantes argumentan que así encuentran un mayor equilibrio para conciliar.
Limitar los turnos de trabajo de los r
esidentes médicos de
primer año a
16 horas, en vez de "flexibilizarlos" para permitir algunos turnos más largos, generalmente hace que estos estén
más satisfechos con su
formación y con el
equilibrio que consiguen entre el
trabajo y la
vida, mientras que sus formadores están más insatisfechos por ver sus
oportunidades educativas reducidas. Esa es una de las conclusiones extraídas de un nuevo estudio publicado recientemente en el
New England Journal of Medicine.
Para el estudio, que ha durado
5 años y ha sido financiado por el Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre y el Consejo de Acreditación para Educación Médica de Graduados (Acgme, por sus siglas en inglés) y dirigido por la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pennsylvania, en estrecha colaboración con The Johns Hopkins University, los investigadores encuestaron y rastrearon las
actividades de
miles de
residentes de primer año en
63 programas de capacitación en
Medicina Interna a nivel nacional.
"No se conocían los
efectos de
limitar las
horas de trabajo del residente", explica
Sanjay Desai, uno de los autores principales del estudio, profesor asociado de Medicina y director del Programa de capacitación médica de Osler, en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. "Se necesitó un
ensayo aleatorizado con muchas instituciones y hallazgos generalizables para poder informar sobre este tema", agrega.
Las horas han ido acortándose en los últimos 15 años
Hasta principios de la década de 2000, las guías estadounidenses del programa de formación de Medicina Interna
no ponían límites, por norma general, a la
duración de los
turnos de los médicos en formación, lo que hacía que muchos residentes trabajen
más de 90 horas a la semana, con turnos de hasta
36 horas. Los tutores a menudo justificaron las
largas horas como una forma de preparar a los médicos para una
vida de aprendizaje y que seapan tratar a los pacientes con
éxito bajo presión y, a menudo, con
poco sueño. También señalaron la necesidad de mantener la atención, dificultada por los frecuentes
cambios de turno.
Los estudios no mostraron diferencias en la calidad de la atención del paciente
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Sin embargo, en
2003, Acgme estableció
regulaciones basadas en la opinión de expertos, con
turnos máximos de 30 horas. También con una
semana laboral máxima de 8
0 horas para todos los programas de residencia acreditados en los Estados Unidos.
A pesar de que una serie de estudios observacionales no mostraron diferencias en la calidad de la atención al paciente con esos límites más estrictos, en
2011 se promulgaron
normativas aún más estrictas, limitando los
turnos de los internos a
16 horas y los de los residentes de
mayor rango a
28 horas. Estos nuevos límites aumentaron la
controversia, y muchos tutores argumentaron que los médicos de nivel inferior necesitaban seguir a los pacientes durante
períodos más prolongados para
aprender realmente cómo cuidarlos.
Desacuerdo entre tutores y estudiantes
"Muchos formadores han mostrado su
preocupación por que estos turnos, con horas de trabajo limitadas, socavasen la
capacitación y la
socialización de los
médicos jóvenes", dice el investigador principal del estudio
David Asch, profesor de Medicina en la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania. "Educar a los médicos jóvenes tiene una gran importancia para la atención de la salud, pero no es lo único que importa. N
o encontramos diferencias importantes en los resultados de la educación, aunque todavía estamos esperando los resultados sobre el sueño y la seguridad de los pacientes bajo el cuidado de los internos", explica.
Hasta que obtengan esos resultados, Desai asegura que los tutores deben crear "un
proceso mucho más colaborativo para hacer horarios que el que se ha utilizado en el pasado". Asch agrega: "Los residentes nos dicen algo y los directores de estos programas de formación deben escuchar con atención".
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