Ramón García, Tatiana Fernández, Pablo Feijóo y Esther Bautista.
Cualquier principio implica en sí mismo la llegada de un desenlace, y la
Formación Sanitaria Especializada (FSE) no podía ser menos. Con la
adjudicación de plazas MIR, EIR, FIR y PIR a la vuelta de la esquina, la llegada de
nuevos residentes trae consigo la 'retirada' de los más veteranos, que ponen punto y final a una etapa crucial en sus
carreras profesionales.
¿Cómo se sienten al terminar esta fase? ¿El futuro se ve de la misma manera con las 'gafas' de la
Psicología que con las de la
Medicina? Para saberlo con exactitud, hemos hablado con cuatro residentes que concluyen en los próximos meses su
especialización como médico, enfermera, farmacéutico y psicóloga respectivamente.
Sentimientos y siguientes pasos al acabar el MIR
Ramón García está a punto de terminar su cuarto y último año como
MIR de
Medicina de Familia en el Hospital Clínic de Barcelona. Ahora mismo experimenta "sentimientos contradictorios", dado el final inminente de esta etapa. "Estoy feliz porque ya seré médico especialista de
Medicina Familiar y Comunitaria. Y a la vez con un poco de
incertidumbre porque ya no estaré 'dentro de ese huevo de cascarón' y todas
mis decisiones clínicas tendrán un impacto", expone.
En su caso este no será un final definitivo, ya que su siguiente paso será
estudiar un máster "para exprimir todos los conocimientos adquiridos durante la residencia", sostiene. Pese a dejar a un lado el 'cobijo' y la 'seguridad' que le ofrecía su condición de residente, García sostiene
no tener miedo al futuro ni al desempleo de cara a los próximos años: "Por suerte, en
Medicina de Familia somos muy necesarios para el sistema sanitario ya que estamos muy accesibles para la población y por el hecho de que se avecina una
gran ola de jubilaciones futuras", detalla.
MIR R4: "En Medicina de Familia somos muy necesarios para el SNS, ya que somos accesibles para la población y se avecina una gran ola de jubilaciones"
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Debido a sus impresiones sobre el
mercado laboral García no contempla
trabajar como sanitario en el extranjero; al menos, a corto plazo. "Es cierto que
estamos mejor valorados fuera de España, pero el estar cerca de mi familia es una prioridad para mí", argumenta.
Miedo e incertidumbre al terminar el EIR
Dos años después de conseguir su
plaza EIR en la especialidad de
matrona,
Tatiana Fernández ve cada vez más cerca el momento de pasar página. Al igual que García, está viviendo sensaciones contradictorias en torno a esta idea. "La palabra para mí es
ambivalencia: por un lado tengo mucha
s ganas de acabar y ser matrona, pero por otra parte siento
miedo e incertidumbre", relata. Sus temores y dudas derivados de finalizar esta etapa son muchos y variados. El
síndrome de la impostora le hace dudar de vez en cuando de sus propios conocimientos, capacidades y valía: "Pienso si seré capaz de ser matrona o de hacerlo bien,
no podría decir al 100 por ciento si me veo preparada", reconoce.
Pero el mayor de sus 'demonios' es la
inestabilidad laboral y el desempleo. "Volver al mundo laboral y a los
contratos precarios es algo que me genera bastante ansiedad porque ya lo he sufrido siendo enfermera", explica. "Retomar esto después de dos años teniendo estabilidad, es duro", añade.
EIR R2: "Volver al mundo laboral y a los contratos precarios me genera bastante ansiedad"
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Por otro lado, Fernández no deja de lado el peso sentimental que acarrea cualquier cambio de este calibre. Ella lo describe como "un pequeño duelo" que tiene que pasar a
l dejar atrás el rol de residente de manera definitiva, independientemente de los momentos buenos y malos que ha vivido en esta etapa.
'Sensaciones encontradas' en los últimos meses de FIR
En unos meses,
Pablo Feijóo también dejará de ser residente, en su caso como
FIR. El ahora
R4 de Farmacia Hospitalaria en el
Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC), comparte con sus compañeros de promoción las "sensaciones encontradas" en esta recta final. "Soy consciente de que esta etapa se acaba y es algo que
me preocupa", confiesa. Se autodefine como "una persona que suele coger mucho cariño a la gente" y sus compañeros de Servicio se han ganado un hueco en su corazón. "Es un equipazo que
me ha ayudado mucho durante estos años y gracias a ellos el
ambiente de trabajo ha sido muy agradable", explica.
En lo que al futuro se refiere, este
farmacéutico admite que la incertidumbre y él no son buenos amigos. "Se avecina una etapa de inestabilidad en la que no sé muy bien dónde voy a trabajar y, en consecuencia, dónde voy a vivir", detalla, por lo que los
meses posteriores a la residencia serán para él bastante complicados. "Me gustaría quedarme en
Galicia, mi tierra, aunque sea complicado seguir en A Coruña", sostiene. Su máxima es darle "mucho peso" a la
vida personal en cualquier decisión laboral que deba tomar.
FIR R4: "Se avecina una etapa de inestabilidad en la que no sé muy bien dónde voy a trabajar y, en consecuencia, dónde voy a vivir"
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Aún así, no se cierra ninguna puerta a la hora de
buscar empleo como farmacéutico en otros lugares siempre y cuando estos le ofrezcan las salidas laborales que persigue. "Me considero una persona tranquila, pero bastante activo. Necesito estar siempre haciendo algo,
no llevaría bien el desempleo por lo que intentaré
buscar trabajo allá donde lo haya", concluye.
'Vértigo' en el último año de PIR
Esther Bautista también está a punto de terminar su andadura como
PIR en
Psicología Clínica del Hospital Universitario Son Espases. "Admito que pensar en la
vida después de la residencia a veces
me produce vértigo", sostiene. Sin embargo, prefiere dejar esos pensamientos a un lado y centrarse en el ahora: "
Toca enfocarse en finalizar la residencia lo mejor posible antes de dar el siguiente paso", añade.
Manteniendo la mente fría, esta
psicóloga no idenitifica en el
desempleo una preocupación, al menos por ahora. "Es un buen momento para acabar la residencia ya que existe un gran déficit de psicólogos clínicos en nuestro país", sostiene, algo que tal y como ella misma ha observado se acentúa en Baleares, su comunidad autónoma.
PIR R4: "Es buen momento para acabar la residencia, ya que existe un déficit de psicólogos clínicos en nuestro país"
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De cara al reto que implica cambiar de rol en el SNS, Bautista declara sentirse "preparada", aunque es consciente de que algunos
conocimientos necesarios para trabajar como adjunta serán fruto única y exclusivamente de su
experiencia laboral en dicho puesto. Igualmente, describe su
formación de residente como "emocionante, diversa, exigente, completa y de gran calidad".
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