Aspirante al MIR 2022.
No solo
Medicina de Familia está al borde del colapso. Tanto es así que, según apunta
Pilar Niño, presidenta de la Sociedad Española de Medicina y Seguridad del Trabajo (Semst), el futuro se torna incluso más complicado para
Medicina del Trabajo, a la cabeza en tasa de
abandono de médicos residentes. Una situación que se explica porque este área es escogida por un importante volumen de
MIR extracomunitarios a los que se les permite ejercer como médicos de Trabajo en su país de origen tras haber realizado únicamente la
formación obligatoria de seis meses en la
Escuela Nacional de Medicina del Trabajo en España.
“Muchos de los médicos que eligen la especialidad son
extracomunitarios. Después de pasar por la
Escuela Nacional de Medicina del Trabajo, pueden ejercer en sus países sin necesidad de completar la
formación MIR de cuatro años”, explica la presidenta de la Semst. Pasados estos seis meses de formación puramente teórica, el médico residente obtiene el título superior que
le habilita a desarrollar su actividad en el campo de Medicina de Familia, "especialmente en países de América Latina".
Siguiendo el calendario habitual, a excepción de la pandemia,
el programa de Medicina de Familia comienza en el mes de mayo, con una formación hospitalaria y de urgencias que se prolonga hasta septiembre. A continuación, los MIR se instalan en Madrid para acudir a l
a Escuela Nacional de Medicina del Trabajo, donde reciben una
formación teórica obligatoria hasta abril del año siguiente.
Durante estos meses de formación teórica, los médicos continúan percibiendo el
salario estipulado para los MIR y, en función de la comunidad autónoma en la que se haya tomado posesión de la plaza,
se interrumpen o no las guardias en Urgencias.
Formación teórica del MIR de Medicina del Trabajo
Este componente teórico es, precisamente, el segundo de los factores que, según la presidenta de la Semst, propicia la
elevada tasa de abandono de la especialidad. “Esto es lo que nos diferencia del resto de especialidades médicas. Tenemos una formación teórica que es
completamente distinta a la que se recibe en el resto de áreas de la Medicina ”, puntualiza Niño, aunque sostiene que la principal causa de abandono se debe al porcentaje de
médicos extracomunitarios que deciden no completar la formación en España.
Según la especialista, el
desconocimiento antes de elegir especialidad es un detonante más para poner fin a su formación. “Eligen una especialidad en la que, de repente,
se ven sentados de 9.00 a 14.00 horas haciendo una formación teórica en prevención de riesgos laborales que es completamente distinta a lo que han visto en la carrera”, desarrolla. Y es que, según los cálculos expuestos por el Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada (SMA), casi
tres de cada diez MIR de Medicina del Trabajo dejará la especialización antes de terminarla en el periodo comprendido hasta 2036.
Este sistema supone un
duro golpe para la sostenibilidad del sistema sanitario. Por un lado, estos residentes toman posesión de una plaza que no puede ser escogida por otro aspirante. Por el otro, después de recibir esta escueta formación, no ejercerán en el SNS.
Medicina del Trabajo como soporte a Atención Primaria
Ante esta situación, una parte de la profesión defiende que la Medicina del Trabajo podría
dar soporte a Atención Primaria en el seguimiento de la incapacidad temporal de los trabajadores. Sin embargo, en la mayoría de comunidades autónomas, los médicos de Trabajo
no tienen acceso a la historia y datos clínicos del paciente, por lo que no podemos controlar evolución, tratamientos, etc”, explica.
Para está ‘incursión’ en el primer nivel de atención, Niño defiende que los médicos residentes tendrían que recibir una
formación más extensa en patología común. “¿El Sistema Nacional de Salud (SNS) está preparado para dar este soporte? Hay que poner en la balanza ventajas y desventajas y tendrían que cambiarse muchas cosas a nivel ministerial”, agrega.
La realidad es que, según los datos, la media de edad en Medicina del Trabajo se establece en los 57,8 años. “Esto se traduce en que, en 5 o 7 años, nos quedamos sin médicos del Trabajo.
Es una situación más preocupante que la de Medicina de Familia”, sentencia.
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