Más reivindicativa. Más comprometida con los derechos y más inconformistas. Así es como se define la
nueva generación de médicos en España, obligada a adaptarse a una pandemia y a situaciones atípicas tanto laborales como formativas, derivadas de esta crisis y que distan mucho de las vividas por sus precedecesores.
Rebeldes, pero con causa, según explica a
Redacción Médica Alejandro Cuéllar, portavoz de la plataforma FSE Unida, ya que sus reivindicaciones tienen un objetivo marcado:
"conseguir una sanidad de calidad" y una "mejor atención de los pacientes". Para ello, afirma, es necesario no solo
mejorar las condiciones laborales actuales de los MIR sino equipararlas a "cualquier país de Europa". El
nuevo sistema de elección 2021, fijado por el Ministerio de Sanidad, no ha hecho sino unir más al colectivo en el compromiso con la causa y la "denuncia pública" de lo que entienden como
"abusos".
Los 'nuevos residentes' se muestran, por tanto, molestos cuando alguien les acusa de
ser más blandos. "La vida no consiste en asumir que lo que dan es lo correcto", critica Cuéllar, convencido de que "el
principal problema que tiene el colectivo sanitario es el conformismo demostrado por las generaciones predecesoras" y su "desazón ante la lucha de sus propios derechos". "Solo hay que ver que la última huelga fue en el año 96. Han pasado
25 años y las condiciones laborales de los sanitarios siguen empeorando de manera constante y reiterativa", afea.
El portavoz lamenta que el principal argumento de muchos de ellos sea "
es que en mi época era peor", lo cual, en su opinión, manifiesta "no solo una
falta total de empatía muy poco digna de una profesión como la sanitaria, sino también un
egoísmo y una egolatría más propia de un esclavizador que de una persona que se tiene que dedicar a
formar a las nuevas generaciones".
Alude en concreto a los comentarios recibidos por algunos médicos adjuntos en los que se acusa a los MIR de quejarse en exceso y se compara sus condiciones con las que ellos mismos tenían en su época de residente, con
"8 guardias al mes". "Si en su época
poner en riesgo la salud del paciente después de 48 horas era lo normal, nosotros consideramos, por contra que es un peligro público".
'Carga extra' de los residentes en pandemia
Apoyos al margen , a todos aquellos que piensan "es lo que hay", los nuevos MIR
les invitan a dar un paso "atrás". Cuéllar va más allá y les acusa de no ser "buenos profesionales si no entienden la lucha de
condiciones por y para los sanitarios y todo un sistema de salud".
La propia Administración, asegura, ha sido la primera sorprendida al ver el despliegue de los MIR. "Pensaban que íbamos a ser como nuestros predecesores al agachar la cabeza y adaptarnos a un sistema ya montado", explica.
En cualquier caso, los MIR esperan que este tipo de
reivindicaciones ayuden a allanar y mejorar el camino de las futuras generaciones, apoyando todos aquellos procesos que sean positivos tanto para la profesión como para los propios pacientes y a su vez, enfrentando "todos los cambios abusivos" y"estupideces que se le puedan ocurrir a la Administración en detrimento de las condiciones".
Jesús Linares, psicólogo y miembro del
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, también considera que no se deben hacer comparaciones de este tipo, puesto que el escenario y las reglas del juego han ido cambiando con el paso del tiempo. Así,
los nuevos MIR vienen "con cargas adicionales" que tienen que ver con la "dureza" de estos dos últimos años de pandemia, tanto en su profesión como en el entorno social.
"Han tenido familiares en
ERTE, en proceso de
divorcio, con discapaciad que no les han podido atender...", detalla el profesional, a lo que suma su situación personal,
sin "poder salir a desestresarse", "sin tener contactos tan importantes en esas edades con sus compañeros de clase y la propia residencia" durante la preparación del MIR...
Fatiga y estrés cronificado
"Se trata de ser realistas", apunta el experto, para quien los residentes tienen "el mismo derecho a quejarse" que el resto de sanitarios y adjuntos. Más aún después de haber tenido que
"iniciar una residencia en Medicina en medio de una pandemia", enfrentando "nuevos protocolos día a día", "situaciones que no conocen ni los propios médicos y con una inseguridad muy alta". Muchos de ellos, R0 o R 1 a los dos meses
entraron en una planta de Covid-19 y "se quedaron solos con pacientes", argumenta, al hablar de los obstáculos de formación que han encontrado los MIR más recientes".
En su caso concreto, considera injusto que el enfrentamiento que tengan por primera vez a la realidad sea esta después de todo el esfuerzo, ya que las "demandas externas", explica, superaron a "lo que esperaban y los recursos que ellos tenían para enfrentarla".
En el caso de la
elección de plaza, Linares subraya el miedo que han padecido muchos residentes al "poder perderla en un por cuestiones ajenas a ellos". "Esto generaba una
fatiga y una cantidad de estrés añadido que se ha ido cronificando", cuenta el sanitario, después de tratar a varios residentes en su consulta y constantar un aumento de
suicidios y lesiones dentro del colectivo. "Es terrible".
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