La sede de la Universidad de Alicante.
28 feb. 2017 11:15H
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Tambores de guerra en la Comunidad Valenciana. La Universidad Miguel Hernández ha advertido que la apertura de la nueva facultad de Medicina propuesta por la Universidad de Alicante conllevaría a un desequilibrio en la organización de las prácticas clínicas de la región. La situación significaría un retroceso para una comunidad que, en 2016, tuvo importantes confrontaciones para lograr la aplicación del Real Decreto 420/2015 que, entre otros aspectos, indica que un hospital universitario solo podrá estar vinculado por concierto con una universidad para impartir formación en una misma titulación.
A través de un comunicado, la Universidad Miguel Hernández ha recordado que cuenta con convenios suscritos con el Hospital Universitario Sant Joan d´Alacant, el Hospital General Universitario de Alicante, el Hospital General Universitario de Elche y el Hospital General Universitario de Elda. En este sentido, denuncian que la creación de la nueva facultad de Medicina podrá generar unas prácticas clínicas autonómicas donde se romperá con el actual equilibrio alcanzado en la región.
“Una nueva facultad en la provincia de Alicante supondría la realización de prácticas hospitalarias de sus alumnos en hospitales no acreditados o la supresión de nuestros convenios con los hospitales universitarios, abocando a nuestros estudiantes a una formación de menor calidad y a nuestro profesorado a una situación de profunda incertidumbre”, indica el comunicado. En este sentido, recuerda que no todos los centros de la comunidad están preparados para la docencia, siguiendo los parámetros de la Orden de 31 de julio de 1987 y en el Real Decreto 1558/1986, de 28 de junio.
Una facultad “injustificada”
Desde la Universidad Miguel Hernández indican que “la creación de una nueva facultad de Medicina en la provincia de Alicante no se justifica”. En esta línea, recuerdan que “no existe una demanda real de mayor número de médicos, más bien al contrario”, a lo que suman que “aumentar el número de estudiantes de Medicina y no aumentar el número de plazas de especialización es económicamente gravoso y socialmente un engaño”.
Asimismo, la institución académica ha recordado los elevados recursos necesarios para la creación de un proyecto de estas magnitudes. “La financiación deficitaria de las universidades, la situación económica de muchas de ellas y la falta de posibilidad de convocar plazas de profesorado impiden desarrollar los criterios de calidad suficientes que exige nuestra sociedad. Una nueva Facultad de Medicina es un despilfarro insostenible”, sentencian.
De ahí que pongan de relieve las necesidad de crear un estudio que permita organizar la oferta académica en España, respaldando los posicionamientos planteados públicamente por la Organización Médica Colegial (OMC), la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), la Federación de Asociaciones Científico-Médicas de España (Facme), la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina, el Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud y el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM). Una apuesta por “una planificación que adecúe el numerus clausus a estas necesidades reales de las plazas MIR de los hospitales acreditados y que se frene el crecimiento del número de facultades de Medicina”.
En este sentido, instan a “mejorar la calidad de las facultades ya existentes, dotándolas de los recursos económicos y humanos necesarios y el promover la creación del registro nacional de especialistas, única forma racional de conocer las necesidades de médicos de nuestro país”.
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