Quedan pocos días para la próxima convocatoria MIR.
El camino hacia el
examen MIR es largo y tortuoso. Lleno de altibajos emocionales en los que el aspirante debe aprender a controlarse consigo mismo. Pero para
Ariel y Milena esta aventura ha sido algo más llevadera gracias, en parte, a que además de ser candidatos al examen MIR del
próximo 10 de febrero son pareja.
Ariel Quesada y Milena Sarasola.
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Ahora estos jóvenes se preparan a estas horas para el
simulacro que este sábado celebra el G
rupo CTO en las mismas aulas en las que la semana siguiente se celebrará su
examen MIR 2018. En sus casos, el aula elegida se encuentra en la
Facultad de Ciencias de la Información de la
Universidad Complutense de Madrid. Juntos acudirán a la previa del que será el examen más importante de sus vidas y que han preparado con CTO.
Los dos aspirantes llegaron de Ecuador para conseguir la especialidad, pero solo Ariel concurrirá al examen como extracomunitario.
“Mi papa es español”, explica Milena Sarasola que se someterá a una mayor competencia. Por su parte, Ariel sí ocupa plaza de extracomunitario y en su cabeza solo hay una cifra:
261 plazas,
el número total que este año el Ministerio de Sanidad ha establecido como cupo para extranjeros.
Nervios y estrés
A falta de una semana para la gran cita de la
Formación Sanitaria Especializada, ambos se muestran “nerviosos y estresados” pero esperando
“como locos” a que llegue el día y la hora para comenzar el examen.
“Simplemente quiero dar lo mejor que pueda e intentar disfrutar, porque durante el camino he descubierto hasta cierto gusto haciendo los simulacros. Al inicio eran súper pesados pero se les termina encontrando el gusto. Eso me ha ayudado bastante para mantener un buen nivel de energía”, explica con ánimo
Ariel Quesada.
Precisamente, explica, la posibilidad de realizar un simulacro en la misma aula en la que se celebrará la prueba
“ayudará a conocer mis sensaciones y el nivel de nervios que puedo alcanzar”.
Su objetivo es conseguir
nota suficiente para conseguir una especialidad de cirugía. Sabe que la competencia es máxima y las plazas limitadas por eso
“voy a contrarreloj repasando los temas más difíciles como endocrinología”.
Por su parte, Milena sueña en hacer un examen perfecto que le habilite para escoger Cirugía Pediátrica. Su caballo de batalla durante esta preparación ha sido
sentarse y estudiar durante ocho horas frente a un escritorio.
Afortunadamente, señala, se han tenido el uno al otro para apoyarse mutuamente, aunque “
a veces surgen pequeñas discusiones por vernos las 24 horas del día”, comenta entre risas, afirmando que tanto Ariel como ella “van bastante bien preparados para el examen” y soñando con convertirse en
médico y medica residente.
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