Los aspirantes, ante el MIR 2021: "Somos el batallón que rematará al covid"

Pese al coronavirus Covid-19, la vida sigue. El ejemplo más inmediato es la celebración del examen MIR 2021, y resto de pruebas que componen la Formación Sanitaria Especializada. Un ritual que desde hace más de 40 años se viene repitiendo ininterrumpidamente, y que este año, pese a la pandemia, tampoco ha sido el caso.

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Si es cierto que la imagen de años anteriores dista con mucha diferencia con las tomadas este sábado en el entorno de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid. Allí, cientos de personas se han agolpado a la espera de que las puertas de este centro se abriesen para acoger a la futura generación de médicos de este país. Y pese al virus, los abrazos no se han podido evitar.

“Llevo más de dos meses autoconfinado por miedo a perderme este examen, el más importante de mi vida. No podía permitir que en la recta final me terminara contagiando del Covid-19”, explica Raquel, que espera junto a su madre escuchar el aula en la que le ha tocado hacer la prueba. Ambas llevan una mascarilla FPP2, la más repetida entre los aspirantes que se presentan al examen. Su madre, Rosa, la mira emocionada, y recuerda que “han sido meses muy difíciles para todos, sobre todo por el Covid-19, que ha generado una gran incertidumbre entre los estudiantes. Ahora, una cosa te digo: que se preparé el Covid-19 porque llega el batallón que lo rematará definitivamente”.

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"Ahora sí que podemos decir que hemos terminado de estudiar"

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Raquel enseña a Redacción Médica su ‘kit’ personal con el que se enfrentará a la prueba. “Un bote de gel hidroalcohólico, dos mascarillas, por si se rompe la que llevo, tres bolígrafos, varios subrayadores, pañuelos, agua y una bolsa de golosinas para reponer fuerzas. Espero que no esté prohibido llevar comida”.

Reencuentros en el examen MIR

Y es que el virus no ha conseguido cambiar lo más básico de esta prueba, que son sus emociones y los nervios previos a lo que está por llegar. Carlos, futuro MIR en Cardiología, “si la nota me da”, abraza a sus compañeros con los que ha estado estudiando telemáticamente todos estos meses. “El Covid-19 ha impedido que pudiéramos ir a clase, pero eso no ha supuesto que hiciéramos piña por WhatsApp. En este caso, nos estamos poniendo cara ahora”, cuenta Carlos, que ha saludado con un abrazo a cada uno de sus compañeros.

Todos los reencuentros se hacen especiales. Sobre todo, tras llevar varios meses autoconfinados. “Ahora sí que podemos decir que hemos terminado de estudiar”, grita uno aspirantes a su ‘colega’ de profesión. Ambos se chocan la mano y se desean suerte.

Una vez dentro, se repite una imagen más que tradicional: el llamamiento de acceso al aula. Con más distancia que en años anteriores y con un silencio sepulcral para no perder detalle del nombre que grita el interventor, los aspirantes guardan escrupulosamente una distancia de dos metros entre ellos.

"Será más difícil copiar"

“Este es tu sitio. Mucha suerte, aunque no la necesitas”, comenta entre guiños uno de los encargados de vigilar que el examen MIR 2021 salga a la perfección. “Nuestro objetivo no solo es el de vigilar, también debemos tranquilizarlos y ayudarles en todo lo que necesiten”, cuenta María, que es el segundo año consecutivo en el que participa en el examen MIR como interventora.

Instantes previos al inicio del examen MIR 2021.

Ella, junto a otros dos compañeros, comienza a acomodar, uno por uno, a los aspirantes en un aula que, este año, mantiene un aforo del 50 por ciento. Entre cada aspirante se guardan tres asientos de distancia. “Este año será más difícil copiar”, comenta entre risas María.

Con las ventas abiertas, favoreciendo la mayor ventilación posible dentro del aula, los aspirantes fijan la vista al frente y ven a lo lejos una cajeta blanca, en la que se puede leer: MEDICINA. Dentro, un tipo de test de 175 preguntas, que marcará el futuro de los miles de aspirantes que se presentan este sábado a la prueba, aunque como recuerda María: "Una nota no puede definir a un médico".