Francisco de Borja Hernández.
El Hospital Universitario General de Villalba, integrado en la red pública madrileña, celebró recientemente, y por segundo año consecutivo, sus Jornadas de Puertas Abiertas para futuros médicos internos residentes (MIR) con el objetivo de explicar a los estudiantes que se convertirán en facultativos especialistas las posibilidades formativas que el centro villalbino ofrece a sus carreras profesionales, y ayudarles así en la importante decisión de elegir la especialidad y centro que más se adecue a sus expectativas laborales.
Con esta primera toma de contacto, que combinó formato presencial y telemático, los interesados pudieron visualizar cómo serían sus años de residencia en el hospital y conocer su programa formativo, los especialistas de los servicios acreditados para formar a residentes, sus instalaciones, las herramientas docentes disponibles, la metodología de trabajo y todas las ventajas que ofrece el centro para sus primeras experiencias con la realidad sanitaria.
En la primera edición de formación de residentes, las especialidades acreditadas fueron Medicina y Enfermería Familiar y Comunitaria, Medicina Interna, Cirugía General, Oftalmología y Urología. Un año después, Francisco de Borja Hernández, jefe asociado del Servicio de Urgencias del hospital y tutor de Medicina Familiar y Comunitaria en su Comisión de Docencia, celebra en esta edición la acreditación de dos especialidades más, Cirugía Ortopédica y Traumatología y Radiodiagnóstico, y que cada uno de estos servicios haya contado con su espacio de presentación en las jornadas de puertas abiertas.
Una información muy valiosa de cara a finales de abril, momento en el que los futuros nuevos médicos elegirán las plazas para su residencia y la especialidad en la que hacerla. Y es que, como señala Hernández, “en la carrera de Medicina, la enseñanza se centra en los aspectos más teóricos, mientras que la residencia permite poner en práctica, en un entorno sanitario real, todos esos conocimientos; una experiencia que va a fundamentar el resto de la carrera profesional del MIR y que, en el Hospital Universitario General de Villalba, empezará a adquirir desde el primer día de esta formación”.
Aprendizaje integral centrado en el paciente
Concretamente, el tutor de Medicina Familiar y Comunitaria del hospital asegura que el MIR participará en toda la actividad diaria del servicio que elija y “trabajará al nivel de un médico adjunto, disfrutando de todas las facilidades y herramientas que ofrece el centro”; pero, sobre todo, estará acompañado, asesorado y supervisado siempre por personal hospitalario, que le guiará a lo largo de toda su residencia”.
El hospital de Villalba brinda una formación ajustada al programa formativo y a los objetivos del Ministerio de Sanidad, ofertando ocho de las 47 especialidades estipuladas para residencia; dispone de todas las especialidades médico-quirúrgicas y el hecho de que el próximo curso sea el segundo año con residentes es, en opinión de Hernández, otro factor que inclina a los interesados a decantarse por este centro: “Es un punto a favor que haya pocos residentes, porque esto nos permite estar totalmente volcados y dedicados a los que tenemos”.
Por si fuera poco, los especialistas tutores del hospital inciden en la importancia de formar a los futuros nuevos médicos en los aspectos claves de la atención al paciente. En este sentido, el urgenciólogo considera que, durante los estudios universitarios, el trato al enfermo y a sus familiares no es tan prioritario, ni fácil de aprender, como debiera: al no tener una experiencia real previa para relacionarse con el paciente, determinadas habilidades y estrategias comunicativas, como la transmisión de “malas noticias”, son aún puntos débiles en la formación de los estudiantes. Por este motivo, el trato al paciente es un aspecto fundamental que se trabaja desde el primer día de residencia en el Hospital Universitario General de Villalba, “dando al MIR mucha responsabilidad y decisión en este ámbito, aunque siempre bajo nuestra tutorización y vigilancia”, comparte el especialista.
Balance muy positivo para afrontar la segunda promoción formativa
El primer año de experiencia del hospital como centro acreditado para la formación de médicos y enfermeros residentes está siendo satisfactoria, no solo para los alumnos, sino también para el personal asistencial y los pacientes. “El balance es muy positivo”, asevera Hernández, añadiendo: “Para nosotros ya es un privilegio disponer de profesionales a los que formar; supone la responsabilidad de un nivel de actualización clínico diario y constante que enriquece nuestra formación y atención al paciente”. Gracias al éxito inicial, de hecho, el centro ha afianzado su papel como institución formadora.
Durante este año el equipo tutorial ha ayudado a los estudiantes en formación a superar sus temores y dudas al enfrentarse al trabajo diario de un hospital, siendo el Servicio de Urgencias uno de los que más preocupación y miedo ha generado entre ellos. “Tienen que estar tranquilos, porque van a ir de la mano de los médicos adjuntos en todo momento”, aclara el tutor, puntualizando, no obstante, que este acompañamiento no implica que no se les delegue responsabilidad, un valor que los estudiantes asumen con entereza: “Los MIR se hacen a la idea de que ya han dejado la facultad atrás, que ya están delante del paciente y que la responsabilidad ya es de ellos”.
Esta ilusión, asociada al primer acercamiento a su futuro profesional, también es compartida por el personal del Hospital Universitario General de Villalba. “Para mí, tener residentes a nuestro cargo es una responsabilidad, pero también una motivación más para venir a trabajar”, finaliza Hernández.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.