Momentos previos al inicio del examen MIR.
La “excesiva” dificultad que ha presentado este año el
examen MIR sigue dejando varias reflexiones a la espera de quien corresponda las recoja. Esta vez es
Alejandro Callizo, exvicepresidente del
Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), ha lanzado varias propuestas para mejorar el acceso a la
Formación Sanitaria Especializada, tras vivir en primera lo que para él fue un examen MIR “bastante complicado, en comparación con el del año pasado”, ya que este año "se han valorado más los temas que no son rentables a la hora de estudiar".
Alejandro Callizo.
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Según explica a
Redacción Médica, tras
40 años de modelo MIR este "sigue sin atender a la heterogeneidad de las
especialidades médicas a las que luego acceden los aspirantes”.
“¿Es justo preguntarle lo mismo a un cirujano cardiaco que a un psiquiatra? En realidad, no sabemos hasta qué punto es positivo para la práctica clínica
marcar una respuesta en una hoja de examen”, señala Callizo considerando que la actual forma de capacitar a los médicos no es del todo acertada.
Por ello cree que el Ministerio de Sanidad debe valorar si este sistema es justo y respeta al recién egresado, porque “no puede ser es que la mitad de los opositores que salieran del examen, tras seis años de carrera y nueve meses de preparación militar,
terminaran llorando y preguntándose si todo esto ha valido la pena”.
De este modo, la que fuera voz representativa de los estudiantes de Medicina, propone “orientar el examen MIR hacia
un temario o una bibliografía de referencia”, como ya hizo en el pasado
Marina García, expresidenta del CEEM. En este sentido, Callizo cree que existen muchos temas “misceláneos” que pueden ser preguntados y que son imposible de aprender.
“Hay que ir hacia un marco donde el estudiante se sienta lo más cómodo posible”, sentencia.
A la espera
Callizo reconoce que aún no ha corregido su
plantilla de examen porque “prefiero esperar hasta este martes, cuando el Ministerio de Sanidad publique las respuestas correctas”. De todas formas,
su sensación personal va en la línea de la mayoría de los aspirantes.
“No salí de la prueba con la sensación de catástrofe pero tampoco con la idea de decir que fuera fácil”, afirma, asegurando que el examen de este año ha sido “especialmente atípico al dar
más valor a preguntas que por lo general no son rentables a la hora de estudiarlas y por recoger cuestiones más complejas, que exigían más tiempo de reflexión”.
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