Anna Escusa e Inmaculada Cuéllar explican a Redacción Médica cómo ha sido su guardia MIR.
Los nuevos residentes que iniciaron su
formación MIR a finales del mes de mayo ya comienzan a vivir las
guardias, unas jornadas de trabajo en las que, según explican los protagonistas, el sueño escasea y el apoyo entre compañeros es esencial para superar con éxito el turno. Independientemente de la especialidad que ejerzan, todos deben realizar
guardias en Urgencias, un nivel asistencial donde pueden atender cualquier patología.
Anna Escusa, que
realiza la especialidad de
Psiquiatría en el
Hospital de Vic, es una de esas R1 que ya ha tenido su primera experiencia esta semana. En declaraciones a
Redacción Médica explica que, durante esas
20 horas de trabajo, pudo conciliar el
sueño solo durante
cuatro horas. "Estuvimos trabajando hasta la 1:30 de la madrugada. Entonces, decidimos hacer turnos. Éramos
tres residentes, por lo que uno se quedaba y dos se iban a descansar. Estoy muy agradecida a mis compañeros, ya que cuidaron mucho de mí y me dejaron dormir un poco más al ser mi
primera guardia, pero ellos no durmieron más de 2/3 horas", confiesa.
Durante esta
primera guardia, la futura psiquiatra tuvo la oportunidad de valorar a algunos pacientes sola. "Estuve en todo momento supervisada, esto quiere decir que después lo tenía que comentar con mis
residentes mayores o con el adjunto y revisitar si era necesario". Confiesa que no recuerda el total de pacientes a los que pudo ver a lo largo de la noche y que lo más complicado no fue enfrentarse a las situaciones de emergencia que pueden surgir en
Urgencias, sino "no saber si iba a poder descansar, una hora, cuatro o ninguna". Es por ello que el balance de esta jornada es "agridulce".
Escusa: "Mis compañeros se han portado genial, pero desde que salí me pregunto por qué los médicos tenemos que hacer jornadas de 24 horas, es inhumano"
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"Por un lado ha sido bueno, ya que mis compañeros residentes mayores se han portado genial. Por otro lado es malo. Desde que salí de la
guardia me pregunto por qué los médicos tenemos que hacer jornadas de 24 horas, es inhumano. Y más teniendo en cuenta que tratamos con
pacientes vulnerables que necesitan a alguien que les haga un diagnóstico, identifique su gravedad, y les trate. Eso se dificulta después de 20 h", reivindica.
Una primera guardia atípica
Una experiencia muy distinta es la que ha vivido
Álex Rogontino, residente de primer año en Anestesia del
Hospital Arnau de Vilanova. Al teléfono se muestra emocionado al revivir su tiempo de guardia, una jornada que finalizó hace apenas unas horas. "Fue muy bien, mis compañeros me han dicho que es algo atípico", confiesa.
Explica que, durante este primer turno que hizo en
Urgencias, atendió a cinco pacientes él solo y luego comentó el caso con sus compañeros. "Es una gran responsabilidad porque ya no tienes el comodín de ser 'el estudiante de
Medicina', ahora eres el médico", explica afirmando que pudo controlar los nervios y se sintió en todo momento muy arropado, incluso por los adjuntos, algo que le ha sorprendido. "Pedían mi opinión y me involucraban en los procesos. No esperaba ese trato tan cercano y humano con los R1".
Rogontino: "No esperaba ese trato tan cercano y humano entre los adjuntos y los R1"
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En cuanto al descanso, Rogontino explica que el bajo volumen de pacientes permitió que los
residentes pudieran descansar. "Al ser una noche tranquila, pudimos repartirnos en dos turnos y al final pude
dormir unas cuatro horas". A su salida, asegura que se siente "bien" y con energía para seguir adelante con lo que le depare la jornada. "He ido al gimnasio y ahora voy a clase al mediodía. No voy a hacer nada más porque estoy de saliente, pero lo de dormir ya lo dejo para esta noche", explica.
En general, su balance es "muy bueno" y dice que le ha sorprendido para bien. Cree que haber tenido una jornada tranquila le ayuda a coger más confianza para la siguiente. "Lo llevaré con más ánimo", confiesa sobre sus próximas guardias que tendrán lugar el 12 de junio en su servicio y el 23, de vuelta en
Urgencias.
Miedo e ilusión en la primera guardia
"Con miedo e ilusión" se enfrentó
Inmaculada Cuéllar a su primera guardia también en esta semana. En su caso, es residente de
Medicina Interna, y pasó esta primera jornada en Urgencias rodeada por sus compañeros, con un horario que se extendió desde las 9 de la mañana a las 8:30 del día siguiente. Explica en declaraciones a
Redacción Médica que
pasó el día "pegada a su R2" y que tuvo tiempo para
descansar gracias a que se dividieron la noche en dos turnos. "Paramos sobre las tres y media de la noche y dormí dos horas y media", explica. El cúmulo de horas trabajadas no pasó factura a la facultativa a nivel físico, pero confiesa que en torno a la hora de la cena notó "cansancio mental" que pudo superar gracias a bebidas con cafeína.
Cuéllar: "El cúmulo de horas no me pasó factura a nivel físico, pero sí a nivel mental"
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Asegura que, pese a salir muy activa de su
guardia, cuando llegó a casa y se tumbó en el sofá cayó rendida. "Me apagué por completo", confiesa entre risas recordando que algunos compañeros siguen con fuerza como para irse al gimnasio.
En líneas generales, asegura que salió del
hospital con muy buenas sensaciones: "Lo disfruté gracias a que no fue un día con mucha demanda de pacientes y eso hizo que el turno fuera más tranquilo". "Eso también te permite aprender más porque tienes más tiempo para dedicarle a cada paciente", expone.
Ansiedad y cansancio en la primera guardia MIR
Otros
MIR que han probado por primera vez la experiencia de protagonizar los turnos de guardia no han tenido tanta suerte y han protagonizado jornadas intensas de trabajo que han pasado factura. Una residente de
Medicina de Familia y Comunitaria ha hablado abiertamente de ello en sus redes sociales donde ha confesado sentirse: "hecha polvo".
"Decidme que uno se acostumbra a las
guardias y que de adjunto puedes dormir... He hecho la primera y estoy hecha polvo, me encuentro hasta mal", afirmaba antes se asegurar que este turno le había pasado factura hasta el punto de plantearse abandonar el
MIR. "Ayer no quería ni ir de la ansiedad que me daba. Me planteaba hasta dejar la residencia por no hacer
guardias de Urgencias", ha expresado.
Pasar la noche sin dormir pendiente de la puerta de Urgencias ha pasado, en general, factura a todos los R1. Una
MIR de Cirugía Ortopédica y Traumatología compara la falta de sueño con la sensación de ir borracha: "Ayer tuve mi primera guardia. He sobrevivido. He dormido solo 1:30h. Al despertarme tenía la misma sensación que levantarse borrachísima... El resto del día después es una sensación de que 50 camiones me han atropellado", ha confesado.
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