Dentro de un 'verano MIR': "Fue diferente a todos los que había vivido"

Al preguntar cómo le fue el 'verano MIR' a Álvaro Velasco, segoviano que se enfrentó a esta etapa intensa de estudio y que ya pudo superarlo y acceder a su residencia de Cardiología, su respuesta es "diferente" y "apartado a todo lo que has conocido como verano hasta ahora". Dejar de lado la playa constante, los planes con amigos y, en definitiva, la desconexión propia de agosto es complicado y "cuesta adaptarse" pero asegura a Redacción Médica que, con organización, todo es posible.

Álvaro escogió su residencia en el Hospital Universitario 12 de Octubre y actualmente es tutor en CTO, donde parte de su trabajo también se centra en acompañar a quienes ahora se enfrentan al examen MIR como él ya hizo, y por ende a un verano lleno de novedades: "Cuesta adaptarse al principio y tienes que saber que no puedes empezar en sexta marcha, porque a lo mejor no te dura el motor hasta la meta. Tienes que gestionar muy bien las fuerzas y las emociones", apunta como clave para superar el verano MIR.

Disponer de un día a día organizado y con una rutina más o menos similar cada semana es imprescindible y, desde Redacción Médica, hemos analizado junto a Álvaro cómo fue un día cualquier de su preparación MIR en verano para "servir de guía a los que vienen". ¿A tener en cuenta? Principalmente no cambiar mucho y no estudiar un día más de dos horas que las que has estudiado el previo, para mantener un orden. También puede ayudar el tomarlo como una jornada de trabajo, para centrarte únicamente en ello.

¿Cómo se organiza una mañana de verano MIR?

"Me levantaba, desayunaba y procuraba empezar a estudiar a las 8:15-8:30 de la mañana. Estudiaba en una biblioteca con otros opositores y eso hizo que se me hiciera un poco menos difícil el mantener la rutina. Ahí, para ir despertando las neuronas empezaba con los desgloses, que son preguntas MIR de otros años del tema que vas a estudiar ese día. Te intentas hacer una idea de cómo se pregunta ese tema, de cómo han ido evolucionando las preguntas. Al realizarlas en orden cronológico, con los MIR más recientes al final, te vas dando cuenta de cómo ha ido evolucionando el examen, y cómo las últimas convocatorias progresivamente tienen una subida importante de nivel y de complejidad en las preguntas. Cada vez son más impredecibles, buscan más los detalles aunque carezcan de importancia clínica, y creo que eso es un tema que se debe abordar inmediatamente de cara a nuevas convocatorias", explica sobre sus primeros pasos en una mañana de verano MIR.

Después, Álvaro realizaba el estudio teórico de los temas propuestos, con subrayadores y un papel al lado para ir escribiendo "pues sentía que era una buena manera para ir memorizando". Cuando llegaba un momento de desmotivación, Álvaro recuerda que pensaba: "Esto te lo vas a saber ahora, pero la próxima semana cuando hayas estudiado 12.000 páginas más, no te vas a acordar de nada", pero en estos momentos es importante motivarse a uno mismo diciendo: "bueno, tú haz lo que puedas, hasta donde llegues".

A las 10:00 llegaba la hora del café para hacer un "mini descanso", y posteriormente retomar el estudio. "De 11:30 a 12:00 descansaba al aire libre con mis amigos. Eso sin duda fue uno de los pilares de la preparación: el tener gente alrededor que te aporta. Hablábamos de cualquier cosa mientras comíamos algo, y sobre todo: nos reíamos. Después volvía a estudiar hasta las 14:00, intentando hacer cosas más interactivas y amenas como el Generador de Preguntas de CTO", explica.

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"Tener el hábito de salir a correr creo que me vino muy bien, porque así tenía una manera de despejarme siempre del estudio MIR"

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Una tarde de verano MIR que finaliza con desconexión

Las 14:00 era el momento para la comida, a la que le seguía un descanso "echándome una pequeña siesta o viendo las noticias para estar en contacto con lo que ocurre en el mundo". Volvía a estudiar a las 16:00 y comenzaba con la misma metodología: desgloses seguido de estudio teórico. "Añadía el realizar las autoevaluaciones de CTO, que las realizaba con dos días de retraso para así aprovechar y repasar lo estudiado los días previos. Descansaba 30 minutos merendando algo con mis amigos, donde hablábamos normalmente de los planes que teníamos para el fin de semana, de qué íbamos a hacer en vacaciones, y al volver me dedicaba a corregir el simulacro. Se me hacía menos duro terminar con esta tarea, pues podía ver las preguntas que acertaba, que fallaba, en qué había dudado, y aprovechaba para repasar los algoritmos o las tablas más importantes relacionadas con las preguntas que estaba corrigiendo", analiza.

El día de estudio veraniego finalizaba entre las 20:00 y las 20:30, momento en el que solía salir a correr con uno de sus mejores amigos. Álvaro recuerda que ese era otro de los momentos que más le ayudaba, pues aprovechaban para contarse cómo se encontraban, qué sentían, los miedos que tenían y también aprovechaban para "hablar largo y tendido de una de nuestras mayores aficiones: el fútbol". "El correr habitualmente y tener ese hábito creo que nos fue muy bien, porque teníamos una manera de despejarnos siempre", concreta.

Después, se preparaba y salía a cenar con sus amigos en muchas ocasiones. "Allí alargábamos la sobremesa contándonos cosas que nos habían ocurrido, hablando de cualquier cosa y disfrutando de ese rato en compañía de la gente con la que te gusta estar.
Al volver a mi habitación, solía llamar un rato a mi novia, que también preparaba el MIR, y charlábamos de cualquier cosa también. Sin duda, vivirlo con ella ha sido una experiencia muy especial y que nos ha unido mucho como pareja", comenta. Con esto termiaba sy día y ya estaba preparado para comenzar un "nuevo y duro día de estudio" la mañana siguiente.