A pesar de que su intención es presentarse este año, no se va a "deprimir" si tiene que preparar la prueba para 2026

 María Barrachina, médica y aspirante MIR, sobre cómo compaginar el trabajo y estudiar.
María Barrachina, médica y aspirante MIR.


11 ene. 2025 17:00H
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Quizás otros aspectos de su vida no, pero María Barrachina tenía claro desde bien pequeña que su lugar estaba dentro de un hospital con una bata blanca y auscultando pacientes. Y aunque no fue fácil, tras presentarse 4 veces a la EBAU, hacer un año de Enfermería y terminar una FP sanitaria consiguió entrar en su carrera soñada. “Para mí era una necesidad”, ha afirmado.Ahora, esta futura especialista trabaja como médica en una mutua y, a su vez, se está preparando el MIR. A pesar de que cree que puede compaginarlo perfectamente, este año no quiere renunciar a su vida social y, por tanto, es consciente de que las opciones de conseguir una de las 9.007 plazas disponibles se reducen.“Yo voy a intentarlo, pero si no lo consigo, tampoco me voy a deprimir”, ha afirmado.

Barrachina decidió ‘rebajar unas marchas’ en la preparación MIR este mismo verano. Cuando comenzó con el estudio hace un año y medio, obtener un buen número de orden era prioridad en su vida. Pero, tras acabar el Grado, tuvo la oportunidad de empezar a trabajar como médica en una mutua de su pueblo, y no lo dudó. “Eso me trastocó bastante los planes, aunque es verdad que yo quería hacerlo. Ahora llevo ocho meses y estoy muy bien. Tengo un contrato de sustitución y normalmente tengo un horario de 8 a 15 horas”, ha explicado a Redacción Médica.

A pesar de que Barrachina reconoce que podría “perfectamente” compaginar su trabajo con la preparación MIR, el motivo de tomarse con más calma los estudios se ha dado, principalmente, porque quiere priorizar su vida social. “En agosto a mi mejor amiga le pidieron matrimonio y tenía que ayudarla con el vestido de novias, con todo lo que implica la ceremonia. Y a su vez también tuve otro tipo de fiestas a las que tenía que acudir. Ha sido un año muy movido y con mucha vida social”, ha indicado.

Enfocarse en el MIR o centrarse en su vida social


Fue precisamente en ese momento cuando reflexionó y tuvo que tomar una decisión. O se centraba completamente en el examen MIR para marcharse de su pueblo en unos meses a hacer la residencia en una ciudad, o se quedaba allí, estudiaba la prueba, pero de una forma mucho más calmada y disfrutaba de pasar tiempo con sus amigas y seres queridos. 

Pues, sin tampoco darle muchas vueltas, ha escogido la segunda opción por un motivo claro: no quiere perderse momentos "que no se van a repetir". "Ha sido más una decisión personal que otra cosa. Yo llevaba el MIR bastante bien. Tenía mis horarios establecidos y lo podía compaginar”, ha reconocido.

Para concluir, ha incidido en que reducir la intensidad de estudio en la preparación MIR no es sinónimo de abandonarla. De hecho, ella intenta ‘hincar los codos’ todos los días, por lo menos, durante seis horas seguidas, solo que si tiene otro tipo de planes no se siente mal por no estar con los libros. “Yo voy a intentarlo. Pero si no lo consigo tampoco me voy a deprimir, ya lo haré en la convocatoria de 2026 y conseguiré mi plaza en Cirugía General”, ha concluido.
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