Los opositores tienen que intentar optimizar el tiempo para poder hacer un repaso de toda la Medicina en tan solo 7 meses.
El verano de sexto curso es, para los estudiantes de
Medicina, un verano muy distinto a lo que están acostumbrados ya que deben iniciar una
carrera de fondo intensiva en lo que a la
preparación al MIR respecta. Esta nueva situación, es una etapa en la que deben concienciarse y adaptar sus hábitos de estudio a una
época poco convencional para estudiar, en la que el factor tiempo juega un papel importante en la preparación al MIR, debido a la proximidad del examen.
"A día de hoy, existen muchísimas generaciones de médicos que han pasado por esta "especial" situación y han logrado alcanzar su objetivo. Por lo tanto,
la
premisa de
poder estudiar el MIR en verano y no morir en el intento es afirmativa", señala la
academia CTO.
Según el director académico de CTO,
Fernando de Teresa, los alumnos tienen que plantearse un
verano diferente a lo que están acostumbrados a hacer en sus años de Universidad. "El verano anterior al examen MIR es una
época de preparación intensa, ya que los opositores tienen que intentar
optimizar el tiempo para poder hacer un repaso de toda la Medicina en tan sólo 7 meses, que es el tiempo que tienen por delante para presentarse a tan importante examen", asegura.
"El estudio en verano tal vez sea la
parte más importante de la preparación MIR, porque los cuatro meses de julio, agosto, septiembre y octubre, se han convertido en la época en donde se hace un
estudio más profundo y exhaustivo y en la que hay que estudiar cada asignatura paso a paso y detenidamente, para que luego, los últimos 3 meses, sirvan simplemente como un repaso. En CTO realmente son como dos repasos más, uno en noviembre/diciembre y otro en enero. Pero para eso
hace falta tener todo el trabajo hecho en los cuatro meses comprendidos entre julio y octubre, ambos incluidos", explica.
Desde que terminan los estudios en la facultad, hasta que empieza la preparación intensiva del MIR, tienen dos semanas para que puedan coger fuerza y para que puedan celebrar ese final de los estudios en la Facultad de Medicina. A partir del 26 de junio ya tienen que ponerse con la preparación intensiva, una
planificación de horas de estudio diarias "bastante exigente" para que se le pueda sacar el máximo rendimiento, con un descanso de un día por semana (normalmente a partir del sábado por la noche, y todo el domingo), además de una
semana de vacaciones planificadas a mitad de agosto para que se puedan adaptar.
"Si hay alumnos que quieran coger otra semana distinta, pueden también hacerlo, pero en principio, esa sería la semana de desconexión y de disfrutar en cierto modo de esas vacaciones estivales, sabiendo que tiene que ser un
tiempo suficiente y equilibrado para que puedan descansar, pero no demasiado prolongado para que se pierda el hábito de estudio, que es lo que no podemos permitirnos", reconoce Fernando de Teresa.
El panorama parece duro, pero tienen que ser conscientes de que van a vivir los
últimos meses de su vida de estudio exhaustivo antes de formarse como médicos especialistas. En la profesión de Medicina, uno tiene que estar estudiando toda la vida, pero a partir de aquí, el estudio se compaginará con su trabajo, con su especialidad médica. "Nuestro objetivo como preparadores es
facilitarles las herramientas para que ellos puedan hacer un estudio exhaustivo e intensivo, pero también atractivo y divertido, aportando la motivación necesaria ya que dentro de muy poco podrán elegir su plaza", concluye.
¿Cómo afronta un opositor MIR el último verano previo al examen?
El residente Juan Ignacio Sosa, exalumno de CTO, cuenta su experiencia de
cómo vivió y lo que significó para él estudiar el MIR durante el verano mientras su familia, amigos y conocidos disfrutaban de esta época vacacional.
"La sensación de estudiar durante vacaciones es un poco distinta a lo que hubiese podido creer, mientras unos se están graduando y disfrutando de su tiempo libre, muchos estamos de lleno en una
nueva aventura que involucra muchísimo trabajo y algo de suerte e incertidumbre, pero la organización de CTO fue clave para poder sobrellevarlo de la mejor manera posible. No solo nos han dado un
horario que nos decía qué hacer en cada momento, sino que también contemplaba el descanso, ejercicios y sesiones de coaching.
No es fácil perderse las fiestas del verano o no poder ir a la playa cuando los demás sí que podían, pero la constante motivación por parte del Equipo de CTO hizo que lo viésemos como una oportunidad, como
algo emocionante que nos estaba a punto de suceder, y tenía razón", explica.
Ahora asegura estar viviendo una de sus "mejores épocas" como
residente de su especialidad soñada y no podría estar más contento. "El trabajo en verano vale muchísimo la pena porque se pasa muy rápido y en nada estuve en el aula de examen poniendo en práctica todo por lo que trabajé. Este periodo que empieza en verano es un
cambio bastante notorio con respecto a la primera vuelta, pero está muy bien planteado, yo sentía que
me construía no como opositor sino como un médico bastante completo y listo para afrontar cualquier obstáculo", concluye Sosa.
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