Mar Sánchez estudiando para el MIR 2024 en la biblioteca.
La
preparación del MIR es tan dura como exigente, y pasa factura a sus aspirantes tanto en el plano emocional así como en sus respectivos ámbitos personales. Las largas
horas de estudio y el desgaste que conllevan hacen que algunas veces el día a día de los futuros residentes gire únicamente en torno a la prueba de
Formación Sanitaria Especializada (FSE) y les sea difícil e incluso imposible desconectar. Esta tendencia puede aumentar cuando sus principales amistades también están preparando dicho examen, y las conversaciones sobre el mismo son recurrentes incluso en los momentos de 'ocio'.
Mar está inmersa en el
estudio del MIR, y en un primer momento pactó con sus
compañeros de la carrera dejar a un lado las conversaciones relacionadas con ello durante el ocio. Sin embargo, la teoría no siempre se lleva a la práctica, y tal y como ella misma explica "la realidad después de estos cinco meses es otra". Pero pese a admitir que sus amigos y ella han hablado del MIR en más de alguna ocasión con cervezas de por medio, también agradece que entre ellos "siempre hay algún responsable" que les para los pies y les recuerda que están "en el
momento de descanso".
Aun así, la necesidad de despejar la mente no omite la
fuente de apoyo que supone tener personas de confianza que se encuentren en la misma situación, con las que poder desahogarse cuando hace falta, especialmente en las largas y duras
tardes de bibilioteca. "Cuando alguno de nosotros tiene una lágrima contenida que quiere salir, nos levantamos de la silla y nos damos un abrazo reparador y energético", cuenta emocionada. Ella misma resume el estudio conjunto de la siguiente manera: "Aún no nos hemos tirado los libros a la cabeza, el roce hace el cariño".
"Cuando alguno de nosotros tiene una lágrima contenida que quiere salir, nos levantamos de la silla y nos damos un abrazo reparador y energético".
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Conectar con 'el mundo real' durante el MIR
No obstante, Mar admite que también es necesario 'salir de la burbuja' para desconectar por completo. Para ella, la virtud está en el equilibrio y hace falta alternar ambas realidades para llegar a un término óptimo. "Me viene fenomenal ver a gente que se dedica a otras cosas, ver que
después de esto nuestra vida sigue", sostiene. Cree que estos momentos son necesarios "para relativizar este proceso y ver que en la vida
existen cosas más importantes".
Sin ese contacto con el mundo 'real', se encerraría en un ambiente "tóxico" que, a su parecer, "alguna vez se ha creado irracionalmente" durante el estudio de la FSE: "Al final tu peor enemigo eres tú y siempre es más fácil
compararse con los demás". Pese a ello, es consciente de que el trabajo diario es individual, y también lo único que puede controlar. "Lo demás es suerte y azar", sentencia.
"Tu peor enemigo eres tú y es más fácil compararse con los demás."
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Perspectiva del ocio MIR siendo R1
Alejandro vivió lo mismo que Mar hace justamente un año, ya que es
R1 tras conseguir su vacante de residencia en la convocatoria de 2023. Recuerda que, durante los meses de estudio, sus amistades estaban mayoritariamente relacionadas con la
Medicina, ya que aquellos que no se presentaron al examen a la vez que él lo harán en el
MIR 2024. Sin embargo, al igual que los amigos de Mar, se marcaron el objetivo de omitir el tema durante sus momentos de descanso, ya que "la idea era
despejar la mente", explica.
Inevitablemente había momentos en los que la conversación viraba hacia esa dirección, pero él los recuerda como una oportunidad para
despejar dudas y compartir impresiones entre todos: "En el tiempo de ocio hablábamos sobre contenidos de estudio, pero también sobre los nervios, sobre c
ómo sería el examen o sobre la
elección de plaza".
"En el tiempo de ocio hablábamos sobre contenidos de estudio, pero también sobre los nervios, sobre cómo sería el examen o sobre la elección de plaza".
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Echando la vista atrás agradece que su círculo más cercano, pese a estar 'metido de lleno' en el examen, dejara a un lado esa toxicidad y priorizase un "ambiente de
apoyo entre todos", tal y como él mismo recuerda. Esta sensación también fue la tónica dominante durante otros momentos cruciales posteriores a la prueba, como las charlas posteriores o la
adjudicación de plazas MIR.
Al hacer un repaso del tiempo libre durante sus meses de estudio, asegura que a grandes rasgos "no cambiaría nada". El único 'pero' que recrimina a su 'yo' del pasado es
agobiarse en exceso, concretamente "por pensar que media hora más de estudio sería determinante y renunciar a momentos concretos con mi familia que luego no se repetirían", sostiene. Aun así, siempre tuvo en mente que
la FSE no debía convertirse en el "centro" de su vida.
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