Un profesional sanitario administrando una vacuna.
El
Informe Vacunación antigripal en España en tiempos del Covid-19 ha presentado los índices de aceptación de la vacuna contra la gripe estacional y la posible influencia del coronavirus. En líneas generales, este informe resalta el
aumento de las tasas de vacunación en el territorio español, aunque todavía muchos colectivos siguen argumentando motivos personales para no administrarse las dosis preventivas. Este es el caso de los
profesionales sanitarios, entre los cuales un 28,6 por ciento alega la
“falta de tiempo” como principal motivo para no vacunarse mientras que, en torno al 5 por ciento, señala que
"teme" más a la vacuna que a la posibilidad de contagiarse.
La vacunación contra la gripe es una intervención
recomendada por las autoridades sanitarias, tanto a nivel internacional como nacional. De este modo, desde la
Organización Mundial de la Salud (OMS) se recomienda la vacunación anual en la población de alto riesgo, como son las personas de 65 años y más y los profesionales sanitarios, fijando como objetivo alcanzar una
cobertura vacunal de al menos el 75 por ciento.
Siguiendo los
datos presentados por el informe, realizado por la Fundación Weber con el apoyo del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, del total de sanitarios encuestados (1.187) casi la mitad,
el 42,5 por ciento, suma esta vacuna a su calendario anual, administrando la dosis todos los años. Llama la atención sin embargo que el 31,5 por ciento se habría vacunado en la campaña antigripal de 2020-2021 por primera vez, frente a un 25,9 por ciento que no lo ha hecho.
La OMS fija como objetivo la vacunación de, al menos, el 75 por ciento del personal sanitario
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Entre los motivos dados para no vacunarse de la gripe, los sanitarios suman a la
falta de tiempo la menor percepción de posibilidad de enfermar, un 14,3 por ciento. Un porcentaje al que también se suman un 8,6 por ciento de profesionales que expone que “la gripe no es grave”, junto a otro 5,7 por ciento que señala “haberla padecido ya”.
Con este mismo porcentaje, por debajo del 6 por ciento, también se encuentran los motivos de “preferir resistencia natural”, el rechazo ante los “efectos secundarios” o incluso el “mayor riesgo de enfermar”.
Cabe destacar como punto positivo que, del total de los encuestados, ninguno de los profesionales alegó oposición a las vacunas, aunque sí se mostraron otros motivos más personales para no recibirla.
Según los últimos datos disponibles, correspondientes a la campaña 2019-2020, se habría alcanzado una cobertura del
39,4 por ciento entre los profesionales sanitarios, que según el Gripómetro podría haberse incrementado en 34,5 puntos porcentuales en la campaña 2020-2021 hasta alcanzar el 73,9 por ciento, muy cerca del objetivo marcado por la OMS.
Respecto a la campaña de 2019-2020, también es destacable el cambio de motivaciones, pues antes del Covid-19 la percepción del riesgo era mucho menor entre los profesionales sanitarios, siendo esta la principal alegación que daban para no administrarse la vacuna.
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