Los
desabastecimientos de medicamentos es un
problema a nivel europeo. Así se desprende de la última
encuesta realizada por la Asociación Europea de Farmacéuticos (
PGEU por sus siglas en inglés), que recoge que en 2019 más del
67 por ciento de los profesionales europeos enumeraron
más de 200 medicamentos con problemas de suministro.
Además, el tiempo que los
farmacéuticos tienen que dedicar a lidiar con la escasez de medicamentos
ha aumentado en una hora con respecto a 2018, siendo ahora de 6,6 horas por semana.
Los farmacéuticos han confirmado que
todas las clases de medicamentos se ven afectadas por los desabastecimientos. Entre los que más problemas de suministro presentan se encuentran los fármacos para patologías respiratorias, cardiovasculares y para el sistema nervioso. De hecho, el 87 por ciento de los encuestados indicó que
la situación ha empeorado con respecto a 2018.
El cien por cien de los encuestados opina que los desabastecimientos causan
angustia e inconvenientes a los pacientes. La interrupción de los tratamientos (75 por ciento de los países), el aumento de los copagos como resultado de alternativas más caras (58 por ciento) y una
eficacia inferior (42 por ciento) también se perciben como consecuencias negativas de la escasez de medicamentos en los pacientes.
¿Cómo afecta a las farmacias?
La encuesta también recoge cómo la escasez de medicamentos afecta a las oficinas de farmacia. Y es que, los desabastecimientos
crean desconfianza en el paciente (92 por ciento), hay una pérdida financiera debido al tiempo invertido en mitigar estos problemas (82 por ciento) y
reduce la satisfacción de los empleados (79 por ciento).
Para mitigar estos desabastecimientos, la mayoría de los países (79 por ciento) opta por la sustitución del medicamento por su
genérico, el uso de
fuentes alternativas autorizadas (63 por ciento) o la
importación del medicamento de un país donde sí está disponible (46 por ciento).
Por último, el 25 por ciento de los países han reconocido que todavía no cuentan con un
sistema de notificación de los posibles desabastecimientos que esté a disposición de los farmacéuticos.
En el caso de España, estos profesionales cuentan con la información que facilita la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), a través del Centro de Información de Medicamentos (CIMA).
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