Natalia Sánchez, farmacéutica.
Retomar una carrera universitaria tras haberla abandonado años antes no solo requiere de fuerza de voluntad, sino también de un
importante sacrificio. Es el caso de
Natalia Sánchez, quien renunció a
dos trabajos con sueldo fijo para volver a sentarse en un aula y cumplir su sueño. Un camino nada fácil pero que ella
ha logrado. Y es que esta actual farmacéutica
dejó la universidad y comenzó a trabajar como camarera en un restaurante, pero las
condiciones tan precarias a las que estaba sometida le afectaron seriamente en su salud física y mental. Viendo que la situación
cada vez se volvía más insostenible, su mentalidad cambió y decidió intentar de nuevo lo que en su momento no consiguió: terminar la
facultad y encaminar su futuro dentro de la
industria farmacéutica.
Todos los logros que Sánchez ha ido cosechando durante los últimos años son fruto de su
esfuerzo y constancia. Empezó con 18 años a
estudiar la carrera de Farmacia en la Universidad de Murcia pero, en tercero, la abandonó debido a que “no iba muy bien” en las asignaturas, no se sentía motivada y, además, se estaba gastando “mucho dinero”. “Quizás no me fue bien por la edad que tenía”, ha indicado a
Redacción Médica.
Compaginar un grado superior y trabajar en la hostelería
Pero lejos de quedarse sentada en su cuarto viendo la vida pasar, rápidamente consiguió un
trabajo como camarera de lunes a viernes. Y no solo eso, también empezó un
Grado Superior de Laboratorio Clínico Biomédico, pero lamentablemente, no le convenció y ni siquiera buscó trabajo de ello. "Sentía que no había aprendido mucho", ha subrayado.
Con el paso del tiempo, Sánchez compaginó ese trabajo de camarera con otro empleo en el mismo sector los fines de semana. “
Estaba, de lunes a lunes”. Esta situación de precariedad total le llegó a afectar seriamente a su salud. “
Adelgacé y vivía agotada”, ha afirmado. De hecho, estos cambios negativos fueron los que le impulsaron a hacer realidad la idea de volver a cursar
Farmacia.
Regresar a Farmacia después de cuatro años de precariedad
Con el dinero que ahorró durante los cuatro años que estuvo trabajando en la hostelería, Sánchez pudo pagar el primer año de Farmacia. Y es que, aunque ella ya hubiese llegado a tercero y quizás hubiese podido partir de nuevo desde este punto, reconoce que no recordaba nada de las asignaturas y
prefirió empezar de cero.
Aunque durante el primer año tuvo que pagarse ella misma la matrícula, los años venideros
consiguió que la becaran debido a sus buenas notas. “Volver a la carrera ha sido una de las
mejores decisiones de mi vida. Estoy contentísima de haberme lanzado a la piscina. Ya no solo por el plano laboral, sino por todo lo que he aprendido”, ha afirmado.
Su futuro dentro de la Idustria Farmacéutica
Sánchez terminó la universidad en julio de 2023 y, prácticamente nada más acabar, comenzó a
trabajar en una farmacia de Murcia. Tenía contrato fijo, sus compañeros eran “increíbles” y estaba muy contenta; pero realmente no estaba del todo feliz.
Y es que esta profesiona tiene como objetivo laboral
crecer dentro de la industria farmacéutica y, reflexionándolo,
decidió dejar la farmacia y marcharse a Salamanca a hacer un máster sobre evaluación y desarrollo de medicamentos. “Sé que me he arriesgado, pero todo el tema relacionado con este sector me fascina y
realmente es mi verdadera vocación. Ahora estoy con el TFG para terminar y ver si puedo hacerme un hueco dentro de la industria farmacéutica”, ha concluido.
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