Jesús Aguilar, presidente del Cgcof.
El Consejo General de Colegios Farmacéuticos (
Cgcof) se ha manifestado este lunes sobre la nota informativa que la
Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) publicó el pasado 11 de julio, en la que comunicaba que comenzaba con un proceso de
evaluación de seguridad de algunos medicamentos utilizados para tratar la
diabetes de tipo 2, ante un aviso sobre un “posible incremento del riesgo de
pensamiento suicidas y autolesivos” en pacientes en tratamiento con esos fármacos. Desde el Cgcof recalcan que, de momento, “no hay ningún motivo de alarma por el empleo de esta sustancia”.
Farmacia señala que el proceso iniciado “entra
dentro de la normalidad de los procesos de vigilancia de la seguridad de los medicamentos”, y que, por lo tanto, no deben 'lanzarse' mensajes alarmistas. Se trata, concretamente, de los
principios activos análogos de GLP-1, liragutida y semaglutida, que se utilizan, entre otras cosas, para intentar perder peso en pacientes con obesidad. La consideración por la cual la
EMA ha abierto esta investigación parte de la Agencia del Medicamento de Islandia, aunque desde España llaman a la calma. Una
"confianza" en dichos medicamentos que ya mostraron desde Novo Nordisk.
“Una vez finalice el proceso de evaluación que ha iniciado la EMA, y en caso de que se pudiera establecer una posible relación de causalidad con este fármaco, las autoridades sanitarias europeas y nacionales establecerán las medidas que consideren oportunas para garantizar que el
uso de análogos de GLP-1 siga siendo seguro”, argumentan en el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, mediante una nota aclarativa.
Y es que, tal y como inciden desde la Farmacia española, todos los medicamentos autorizados en la
Unión Europea (UE) “están sujetos a un
proceso continuado de Farmacovigilancia a lo largo de toda su vida útil”, con el fin de “garantizar” que la relación entre los beneficios esperados y los posibles riesgos “es siempre favorable”.
Fármacos análogos de GLP-1
Estos medicamentos son fármacos relativamente nuevos con uso extendido en más de
20 millones de personas en todo el mundo y con una amplia aceptación por sus usuarios, tal y como recalcan desde el Cgcof. Entre sus reacciones adversas más frecuentes destacan
trastornos gastrointestinales como náuseas y diarrea, así como
problemas de hipoglucemia cuando se utilizan asociados a otros fármacos hipoglucemiantes. Así, los farmacéuticos afirman que “aún no se han descrito reacciones adversas relativas al estado de ánimo”.
Concretamente, estos medicamentos se utilizan en el tratamiento de la
diabetes mellitus de tipo 2, tanto solos como mediante la combinación con otros fármacos hipoglucemiantes, según explican desde el Cgcof. También se utilizan estas sustancias para tratar la obesidad y el sobrepeso en los pacientes con
factores de riesgo como alteraciones de glucemia, hipertensión, dislipemia o apnea del sueño.
Interna confía en la autorización de la semaglutida
Además de este reciente mensaje de Farmacia, en
Medicina Interna llevan tiempo reclamando al
Ministerio de Sanidad la
autorización y financiación pública de la sustancia de semaglutida. Así lo pidió la presidenta de la Sociedad Española de Medicina Interna (
SEMI),
Juana Carretero, en una entrevista con
Redacción Médica. “Si no hay una buena estrategia de prevención de la obesidad, nunca llegaremos a controlarla”, señaló, recalcando que la semaglutida “no es la solución”, pero sí la base de un plan para hacer frente a la
obesidad.
Un fármaco en el que la SEMI ha puesto ya sus ojos, puesto que espera que la nueva legislatura que comience tras las
elecciones nacionales del 23 de julio llegue con la “
cronificación de la obesidad”, para la cual recalcan que la
semaglutida jugará un papel trascendental.
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