Jordi de Dalmases, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona.
29 jun. 2016 15:40H
SE LEE EN 4 minutos
La calidad de vida de los pacientes a quienes se hace seguimiento de la medicación desde la farmacia comunitaria aumentaría en más de cinco años de media respecto a los pacientes que no se les hace. Este dato, extraído a partir del cálculo de los Años de vida ajustados por calidad (AVACs), es una de las conclusiones que recoge un estudio desarrollado por un grupo de cinco investigadores -Martha Milena Silva Castro, Anna Font Olivet, Laura Rius Font, Clara Bermúdez Tamayo y Gerardo Colorado Díaz-Caneja-.
La investigación, llevada a cabo con el apoyo de una de las tres becas que el COF de Barcelona otorgó durante el curso 2014-2015, se centró en hacer el seguimiento de 252 pacientes atendidos en la Unidad de Optimización de la Farmacoterapia (UOF) de una farmacia comunitaria de Granollers (Barcelona) durante cuatro años (desde abril de 2011 hasta julio de 2015). Esta Unidad ocupa un espacio en la farmacia en el cual se ofrece atención farmacéutica al paciente para dar respuesta a problemas de salud relacionados con los medicamentos. Para obtener las conclusiones, se compararon los resultados obtenidos en el grupo de intervención, formado por 100 pacientes a quienes se hizo el seguimiento de la medicación en la farmacia, y los del grupo de control, que lo constituyeron 140 pacientes que recibían otros servicios clínicos de la cartera de servicios asistenciales de la farmacia, como por ejemplo campañas de educación sanitaria y espirometría. Los 12 pacientes restantes finalmente fueron excluidos al no obtener los registros completos para hacer el análisis de la información.
Por otro lado, en cuanto al perfil de los pacientes, un 69,83 por ciento eran mujeres y un 30,16 por ciento eran hombres; y en cuanto a la edad, los grupos más numerosos se ubicaban en la franja de entre 80-84 años (16,67 por ciento), 75-79 años (12,30 por ciento) y 55-59 años (11,11 por ciento).
¿Cómo se establece la relación entre esperanza y calidad de vida?
Para establecer la relación entre la esperanza y calidad de vida y extraer los más de cinco años de diferencia entre los grupos de intervención y de control se aplicó el EuroQol (EQ-5D-5L), un instrumento estandarizado que se utiliza para medir resultados de salud y que se compone de dos partes. La primera es una descripción del estado de salud en cinco dimensiones: movilidad, cuidado personal, actividades cotidianas, dolor/malestar y ansiedad –en cada una de las dimensiones se definen cinco niveles de gravedad-. En la segunda parte, el individuo puntúa su estado de salud en una escalera visual analógica que va de 0 (peor estado) al 100 (mejor estado).
Los autores del proyecto consideran que la mejora de los AVACs en el grupo intervención puede explicarse porque, gracias a la optimización de los tratamientos farmacológicos que tienen prescritos para tratar sus problemas de salud, se consigue una mejora de todas las dimensiones -especialmente en aquellas relacionadas con el dolor/malestar y ansiedad/depresión-. Por otro lado, la intervención del farmacéutico, que va más allá del tratamiento al tener en cuenta también factores sociales, económicos y emocionales de los pacientes atendidos, impide que las dimensiones empeoren, y por lo tanto, contribuye a que la calidad de vida del conjunto sea más favorable. Esta mejora queda demostrada en los resultados obtenidos en la segunda parte de la EuroQol: mientras que el grupo de control puntúa su salud, como media, en el número 50 -a medio camino entre la percepción buena o mala del estado de salud-, el grupo de intervención la posiciona en el 70 –al estar más cerca del 100, tienen mejor percepción de su salud-.
Otros datos que se pudieron extraer de las respuestas dadas en la primera parte del cuestionario EuroQol fueron que el 86,36 por ciento del total de pacientes entrevistados referían que tenían problemas en la dimensión de dolor/malestar, y en un 79,17 por ciento de los casos, problemas en la dimensión de ansiedad/depresión. Por otro lado, los participantes de este estudio hacían menos referencia a problemas en las otras tres dimensiones: el 59,47 por ciento mencionaba dificultades para realizar las actividades cotidianas, el 50 por ciento problemas de movilidad y el 31,06 por ciento problemas con el cuidado personal.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.