Su candidatura ha sido la única presentada a las elecciones y se mantendrá otros cuatro años al frente el Colegio



2 abr. 2014 19:42H
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Ángel Garay.

Marcos Domínguez.
La candidatura encabezada por Ángel Garay, actual presidente del Colegio de Farmacéuticos de Guipúzcoa, ha sido la única presentada a 31 de marzo, cuando se cerraba el plazo para concurrir a las elecciones. Por tanto, Garay repetirá otros cuatro años más al frente de la organización, de la que destaca la voluntad de hablar con todos los actores implicados, lo que ha dado “tranquilidad” al panorama farmacéutico de la provincia. Aunque cree que en este 2014 no va a haber crecimiento, la profesión no sufrirá los golpes del último bienio, y anima a continuar invirtiendo en la profesión, la única manera de superar la particular crisis del sector.

Retos para estos próximos cuatro años.

Tenemos un cambio de rol en el ejercicio de la profesión, una farmacia más integrada en el continuo del sistema asistencial sanitario. Hay que tener un soporte para poder alcanzar este objetivo, y eso se consigue a través de las organizaciones profesionales. Además, hay que hacer inversión profesional, porque esto nadie nos lo va a dar hecho, tendremos que ser nosotros los que pongamos sobre la mesa las propuestas que hagan que los objetivos de la farmacia comunitaria en el continuo asistencial se lleven a cabo.

Otro de los objetivos es hacer que los que trabajamos en esta profesión, en sus distintas modalidades, tengamos un planteamiento de profesión, respetando las distintas sensibilidades. Unirnos en lo básico que caracteriza al farmacéutico: el medicamento.

Situación de las farmacias en la provincia.

Que nos quedemos como estamos, a pesar de todo lo que está pasando. Hay dificultades que nos han pillado a todos, eso está claro. Tanto farmacia comunitaria como hospitalaria dependen del gasto público, y todos hemos sufrido los recortes en nuestra provincia. Hay otros que están peor, no obstante, y nos sentimos solidarizados con ellos. Al final queda una farmacia empobrecida, y lo que no puede hacer una farmacia empobrecida es dejar de invertir en la profesión, porque así no llegan los planteamientos que nos hagan salir de esta situación. Tampoco se llega a convencer a la sociedad de lo imprescindibles que somos, porque somos imprescindibles.

Ahora mismo, el País Vasco es una de las pocas comunidades donde el gasto farmacéutico sigue bajando, en parte por el retraso en la aplicación del copago. ¿Cómo se prevé este 2014, afectará este hecho?

Tanto el retraso en la aplicación del copago como la implantación de la receta electrónica han influido en la bajada. Con el decreto de Precios de Referencia, se tirará un poco más hacia abajo. Creo que no va a haber crecimiento este año, aunque tampoco tendremos los decrecimientos tan espectaculares que ha habido en los últimos dos años.

Varias comunidades están en el punto de mira por haber trasladado medicamentos desde oficina de farmacia a hospital, una competencia que en principio solo le correspondería al Estado. ¿Es también un problema en la comunidad?

Si hubo en algún momento esa tentación, el conocimiento de cómo funciona el medicamento la frenó. Es un sinsentido ver solo el medicamento como un valor económico. La mejor política farmacéutica sería entonces no pagar nada. Se ha incurrido en absurdos dentro de la política y gestión farmacéutica. Lo que hay que hacer es tener una buena calidad de servicio, y no tanto ahorrarse uno, dos o tres euros. Estamos hablando de la integración de las organizaciones sanitarias, ¿y la farmacia va a ir al revés? ¿Necesitamos más farmacia especializada cuando podemos abordar el problema desde lo más sencillo, que es la farmacia comunitaria? No entiendo cómo podemos llevar medicamentos a farmacia hospitalaria para ahorrarnos unos duros, poniendo patas arriba todos los consensos nacionales e internacionales sobre organización sanitaria integrada, centrada en primaria. Creo que va siendo hora de que miremos los medicamentos de otra manera, pensando en los resultados: mejor salud individual y colectiva; y al mejor precio posible, por supuesto.

La semana que viene hay asamblea del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos. Uno de los temas que se han debatido últimamente ha sido el cambio en el modelo retributivo. ¿Cómo valora este posible cambio?

No pierdo un segundo en hablar del cambio del modelo retributivo. Estoy trabajando por cambiar el rol del farmacéutico, que proporcione unos servicios a la sociedad y que sean retribuidos. El modelo retributivo es el que es y ha ido bajando. Presto un servicio, demuestro que es bueno y coste-efectivo, y me pagan por ello. Si no lo hago, no me pagan y entonces no lo doy, nada más. No creo que estemos preparados para entrar en un debate sobre el modelo retributivo, se trata de un poliedro de muchas caras, de muchos factores que no controlamos. La salida es hacer cosas de valor profesional imprescindible, que interesen al sistema sanitario, y cobrar por ello.

Otro de los temas candentes es el Pacto de los farmacéuticos por la Sanidad. ¿Qué valoración tiene del borrador presentado?

A nivel macro es importante, nos permite desarrollar y concretar acuerdos. Es un avance y nos permite ir ordenándonos un poco. Somos corresponsables de la sociedad en la que vivimos, y queremos que vaya bien en salud y en la utilización de medicamentos. El problema es que en la teoría lo hacemos muy bien, el marco lo hacemos perfecto, pero en la práctica es al revés, rellenarlo nos cuesta mucho.

Su candidatura será reelegida al no haberse presentado ninguna otra, lo que es un signo de estabilidad. ¿Cómo se ve, desde este punto de vista, las polémicas electorales de otros colegios?

La tranquilidad de Guipúzcoa se da porque ha habido un trabajo de generaciones haciendo colectivo. Uno de los objetivos que tenemos es que, todos los farmacéuticos, independientemente de su modalidad profesional, sientan que puedan participar en su organización colegial, tengan voz y voto. Nos llevamos fenomenal con la asociación de adjuntos, con la distribución, etc. No concebimos las cosas sin tener un cambio de opiniones, otra cosa es que estemos de acuerdo: eso es unidad profesional. No concebimos, ni mis compañeros ni yo, esas enemistades, esas guerras fraticidas. Eso no significa que tengamos que estar de acuerdo en todo. Es algo que enriquece, es cultura del trabajo en equipo. Las situaciones que se están dando las vemos con mucha pena. Lo siento mucho por mi amigo Alberto [García Romero, presidente saliente del Colegio de Madrid] y por todos los demás. Somos farmacéuticos por encima de todo, el medicamento es lo que nos une y lo que justifica la profesión.
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