Yared González, Humberto Bustince, Marisa Merino y Mar Gomis, durante la tercera mesa plenaria del 68º Congreso de la SEFH.
Uno de los principios fundamentales del avance y el desarrollo es la
adaptación al entorno. Por lo tanto, para seguir mejorando, la
Farmacia Hospitalaria no puede mantenerse ajena a la
revolución tecnológica, sino
reinventarse y aprovechar los avances digitales. Tras el abordaje de la salud integral y la salud ambiental, el
68º Congreso de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) ha dedicado su tercera mesa plenaria al tercer gran pilar del evento:
la salud digital.
El farmacéutico del
Hospital Universitario de Canarias Yared González ha moderado
la última gran cita en el Auditorium del Palacio Euskalduna de Bilbao antes de la despedida del congreso. “Como
frikicéutico digital y entusiasta de la salud digital, creo que es muy importante la
intersección entre salud, tecnología e investigación”, ha manifestado. Para González, ese contacto entre disciplinas constituye la base para “perseguir eso de lo que tanto hablamos: la
atención personalizada, que nos acerquemos más a las personas”.
“Hay que cambiar la manera en la que trabajamos, tenemos que
ser más creativos y buscar soluciones diferentes”, ha añadido antes de resaltar el valor de la tecnología como “herramienta” que “nos ayude a
actualizar nuestros roles y nuestros perfiles profesionales” para que “mañana podamos liderar el cambio”.
La IA, un mundo de numerosas posibilidades sanitarias
Hablar de
Inteligencia Artificial (IA) aplicada a tareas comunes ha dejado de ser una quimera. Aun así, la literatura y el celuloide nos siguen invitando a pensar en ciencia-ficción cuando escuchamos esas dos siglas.
Humberto Bustince, doctor en Matemáticas y catedrático en Ciencias de la Computación de la
Universidad Pública de Navarra, ha desmentido algunos mitos al respecto y, lo más importante, ha mostrado algunos de los usos de la IA que, en materia sanitaria, ha hecho su equipo, en colaboración con otras universidades.
Bustince se ha referido a aplicaciones específicas en la
medicina de precisión, en la
construcción de proteínas para tratar determinadas dolencias y en la
predicción de la evolución de enfermos de coronavirus. El experto también ha hablado de logros conseguidos a través de
neurociencia computacional, “que nos ha permitido
comunicarnos con pacientes que pueden pensar pero no pueden hablar”. Unas aplicaciones que también pueden ser individualizadas: “Por ejemplo, a partir de un
exoesqueleto, podemos generar un sistema computacional que ayude al paciente a moverse”, ha remarcado.
El primer paso: mejorar la estrategia en salud digital
A pesar de todas las posibilidades de aplicación sanitaria que ofrece la tecnología, el
Sistema Nacional de Salud (SNS) aún tiene muchos pasos que dar en pos de su adecuada y completa digitalización. No en vano, el
estudio Fenin ya reveló que España sólo ha alcanzado un
31 por ciento de índice de madurez digital en salud.
Marisa Merino, doctora en Medicina y directora gerente de la
Organización Sanitaria Integrada (OSI) Bidasoa, ha lamentado las
carencias del SNS al respecto, que parten del hecho de que, a pesar de que España cuenta con una estrategia en salud digital, no existe un criterio común de aplicación para las comunidades autónomas. Por ello, el OSI elaboró un decálogo de retos que, además de proponer la creación de una
agencia independiente de salud digital, se abogaba por la reorganización de la información, se destacaba la importancia de
poner al paciente en el centro de la asistencia, se señalaba la necesidad de contar con un
análisis avanzado de datos y se animaba a aprovechar las posibilidades del
diagnóstico de imagen.
Según Merino, la elaboración, hace dos años, de la
Estrategia de Salud Digital del Sistema Nacional de Salud (SNS) ha permitido, por ejemplo, que las regiones hayan implantado, prácticamente de forma generalizada, la
prescripción electrónica, si bien aún existen
muchas dificultades en el intercambio de datos clínicos. De cara a abordar los deberes pendientes, para la experta es necesario implementar una
“puerta de entrada digital” para que el paciente pueda contactar con el profesional sanitario “desde cualquier sitio”, fomentar la
colaboración entre proveedores de atención sanitaria, evaluar el impacto de las soluciones de salud digital y
capacitar a los profesionales sanitarios en el uso de tecnologías digitales.
Inspirar al farmacéutico de hospital para que se digitalice
Una vez se tienen las herramientas adecuadas, lo importante es saber cómo usarlas.
Mar Gomis, farmacéutica y directora de la Unidad de Salud Digital del
Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, de Barcelona, ha presentado una
hoja de ruta de digitalización de los servicios de Farmacia. Dividida en ocho dimensiones, busca “
inspirar a los farmacéuticos de hospital a que se transformen y cambien los procesos de trabajo con el soporte de la salud digital”.
Gomis ha explicado que la estrategia ha de partir de “la definición del propósito de digitalización desde la
cultura de la innovación y la transformación”. En definitiva, lo primero que hay que hacer es establecer un
plan fiable que “evite la resistencia al cambio”, para lo cual resulta clave no sólo que el profesional de la Farmacia Hospitalaria se forme en aspectos digitales, sino también en
habilidades humanas, las llamadas
soft skills “como comunicación, asertividad, liderazgo y coaching”. Con ello, Gomis no ha hecho sino incidir en otro de los aspectos fundamentales repetidos a lo largo de todo este congreso de la SEFH: “Tenemos que
aprender a ser proactivos para poder captar oportunidades e
involucrarnos en proyectos multidisciplinares”.
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