Joseba Gotzon Pineda, decano de Medicina de la Universidad del País Vasco.
La
homologación de títulos de Medicina presenta un atasco en su proceso que, en ocasiones, se ve agravado por la necesidad de que, a pesar de lograr finalmente el reconocimiento del título, este requiere de la
superación de unas carencias formativas que pueden variar dependiendo de cada caso concreto. Para agilizar esta 'homologación extra', los
decanos del Grado de Medicina han puesto en marcha una iniciativa conjunta que espera ser motor de cambio: la
homologación de estas carencias a través de un examen a nivel estatal consistente en una prueba de conocimientos homogénea en todas las comunidades autónomas.
Joseba Pineda, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) fue quien presentó esta propuesta en la
86ª Asamblea de la Conferencia Nacional de Decanos y Decanas de Medicina. Pineda señala a este diario que la superación de una prueba común y armonizada para solventar las
carencias formativas en los títulos de Medicina extracomunitarios permitirá equiparar dificultad, equidad,
lograr un sistema académico más eficaz y agilizar el procedimiento administrativo.
Y es que el Ministerio, a la hora de
homologar un título de Medicina o de cualquier otra rama formativa, tras su evaluación emite tres tipos de resoluciones. Una de ellas es la
favorable; en este caso, la homologación se obtiene sin necesidad de que las universidades pasen a formar parte de esta cuestión. La segunda es la
denegación y el tercer caso es el de la
'homologación condicionada' a la superación de las carencias formativas o 'complementarias'. El Ministerio enumera al homologante cuáles son esas carencias formativas que tiene, que son las que conforman los planes de estudios en España, y se señala el plazo (en años) que tiene para demostrar la superación de estas carencias.
Es en ese momento cuando las facultades entran a formar parte de este proceso, y una de estas maneras de hacerlo es con la
prueba de homologación de carencias que, por ahora, no está implantada en todas las universidades y cuenta con múltiples convocatorias. "Buscamos un sistema mucho más eficiente desde el punto de vista administrativo que garantizaría un único examen y, por lo tanto, una prueba mejor preparada, con mejores reclamaciones y no múltiples exámenes en cada universidad. Académicamente también va a ser más eficaz, porque
vamos a poder hacer preguntas que estén mejor preparadas y al nivel que se exige. Además, trabajar en colaboración y en red entre las distintas universidades y con el propio Ministerio sería un gran objetivo", indica Pineda.
¿Por qué crear un examen único para homologar carencias?
El primer problema que enfrenta el sistema actual es que estas
pruebas de homologación por parte de las universidades no se está ofertando de manera equitativa. Además, las universidades públicas cuentan con unas tasas "mucho más bajas" y varias de ellas "se han ido retirando", dando lugar a que
muy pocas facultades son las que se hacen cargo de estos homologantes.
"Muchas veces
nos teníamos que hacer cargo en los propios decanatos de la elaboración del examen. Esto generaba bastantes problemas, además de los operativos. Si se hacían exámenes diferentes en distintas universidades y en distintos días, había exámenes que podían ser más fáciles que otros. El alumnado se matriculaba en varios sitios y hacía exámenes múltiples hasta que consiguiera en uno de ellos conseguir la evaluación.
Lo lógico es que sea un examen que tenga un nivel acorde al que pedimos a nuestros alumnos de Grado, no más difícil o fácil, y que sea único", reconoce.
Examen estatal para homologación "en estudio"
Pineda señala que, por ahora, el plan está en fase de estudio y la idea sería, de cara a la próxima Asamblea, encaminarse hacia ese rumbo y hacerlo, además, de la mano del
resto de grados de Ciencias de la Salud como Odontología, Enfermería o Psicología. De modo que esta decisión se tomaría de forma conjunta con el resto de Conferencias y con el Ministerio y las Universidades.
Esto supondría establecer una o dos fechas concretas de
convocatorias que se ofrecerían por igual en todas las universidades. Todas ellas dejarían un plazo para matricularse y pagar las tasas, de forma que
los homologantes se pudieran repartir entre las distintas universidades "y no que todos estén en una misma", de forma que, entre todas, puedan acoger a todos los homologantes.
"Al estudiante u homologante que llega a hacer el examen,
se le repartirá un cuadernillo con preguntas que serían de tipo objetivo sobre esa materia y que se ha elaborado por las universidades. La idea es que, si llegamos a un acuerdo con el Ministerio, se convocaría una fecha para la Conferencia de Decanos, y luego se haría una distribución de la elaboración del examen, que podría ser normalmente por azar, entre las distintas universidades. Pongamos que hay 50 universidades y hay 50 materias, por ejemplo, le tocaría a cada Universidad una materia", comenta.
Llegado este punto, a la Universidad que le toca esa materia concreta, se encarga de designar a un profesor que realice el examen completo de esa materia. Después,
se enviarán los exámenes de las distintas universidades a una comisión independiente de la Conferencia de Decanos que revisará las preguntas para que tengan una cierta coherencia y coordinación. Una vez que tiene todas las preguntas bien elaboradas, se pone de acuerdo con el Ministerio, y es este el que se encargaría de hacer los cuadernillos de preguntas y hojas de respuestas y se abordaría el proceso.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.