Elda Martínez, Pedro Martínez y Juan Carlos.
Medicina es una de las carreras que requiere
más sacrificio por parte de los estudiantes. Los alumnos entran por primera vez a las aulas con vocación,
esperanzas e ilusión por completar su formación y poder ayudar, en un futuro, a las personas que lo necesiten. Pero, con el paso de los años y tras adquirir experiencias nuevas durante su etapa educativa, su
‘idilio médico’ puede cambiar al comprobar las
condiciones laborales a las que están sometidos los
MIR o el desgaste físico y mental que provocan las
guardias 24 horas.
Elda Martínez es
estudiante de primero de Medicina y se encuentra “muy motivada” por estar viviendo el sueño que tenía desde niña. Es consciente de que para llegar a su objetivo tiene que
sacrificar parte de su vida, pero por el momento lo asume, ya que quiere alcanzar su objetivo de
ser médica.
Sobre si su motivación puede cambiar a lo largo de carrera, esta alumna reconoce que sí que puede ocurrir, pero por el momento no lo piensa. “Yo entiendo que hay un punto en donde te das cuenta de lo mal que funciona el sistema y puede llegar a quemarte. Pero, por ahora, estoy ciega en ese aspecto y lo veo todo precioso”, ha trasladado a
Redacción Médica. De hecho, ha subrayado que, actualmente, no le importaría tener que hacer guardias ni tener que
rotar por los servicios durante sus
prácticas médicas porque la ilusión que la invade es más fuerte que los aspectos negativos de la Medicina.
Expectativas y realidad en Medicina
Un pensamiento parecido es el que manifiesta
Pedro Martínez, también estudiante de la carrera en la
Universidad Complutense de Madrid. Él accedió al Grado para que los sueños y aspiraciones que tiene desde joven se hagan realidad y pueda convertirse en una figura que
aporte a la sociedad. “Sé que es una carrera de estudiar mucho y de absorber una gran cantidad de conocimientos. Pero, con la perspectiva que tengo ahora mismo y sabiendo las malas condiciones que me voy a encontrar en un futuro, esa idea no ha cambiado”, ha resaltado este alumno.
Al igual que su compañera, es consciente de que ese pensamiento puede llegar diluirse en un futuro, por ejemplo, en tercero, donde los estudiantes comienzan las
prácticas en los hospitales. “Una cosa puede ser esa idea o perspectiva que se tiene sobre la Medicina y luego la realidad que existe, y como el Sistema Sanitario de Salud (
SNS) te lo paga. No estoy hablando de un tema monetario, sino sobre los descansos entre jornadas o las condiciones laborales”, ha resaltado.
Tercero de Medicina, el comienzo "de la explotación" laboral
En este sentido, Pedro Martínez ha deslizado a este periódico que sus amigos de
quinto de carrera le han avisado de que,
en tercero, es el punto donde comienza “la explotación” laboral y que,
durante el MIR, “las condiciones son todavía peores”. “Con estos argumentos la mentalidad que tú tienes al principio del Grado puede ir cambiando, ya que contrasta con lo que tú piensas en un primer momento”, se ha sincerado.
Para dar una
visión más realista sobre estos cambios que sufren los estudiantes de Medicina cuando empiezan a adquirir experiencia laboral,
Redacción Médica se ha puesto en contacto con
Juan Carlos, R2 de
Endocrinología y Nutrición, quien ha afirmado que las expectativas y la ilusión se transforman cuando uno se adentra por primera vez en los hospitales.
“Yo quería ser médico a toda costa y cuando empiezas la Universidad no tienes en cuenta las malas condiciones que vas a tener en el futuro, especialmente, como MIR. Hablo de las
guardias 24 horas, de la sobrecarga asistencial o del
salario ridículo que tenemos, donde cobramos cerca de 10 euros la hora teniendo a varios pacientes graves a nuestro cargo, lo que provoca un riesgo, tanto para nuestra salud, como para la de los pacientes”, ha explicado.
Recomendaciones para los nuevos estudiantes de Medicina
Como recomendación para los nuevos estudiantes de la carrera, este residente ha incidido en la importancia de
escoger una especialidad que les permita tener
tiempo libre para invertirlos en aspectos que le gusten, porque eso la residencia “no lo da”.
“Luego, las guardias 24 horas te quitan mucha energía y tiempo para disfrutar tanto de tu especialidad como de tu propia vida personal. Y se supone que estamos en el mejor momento de nuestras vidas, porque somos jóvenes. Entonces, al vivir esa experiencia en tus propias carnes, esas ideas que tienes en un primer momento como estudiante pueden acabar cambiando”, ha concluido.
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