Dicen que
la docencia es vocacional y que se considera una de las profesiones más bonitas a las que dedicarse. Tener la oportunidad de ayudar a las personas en su educación no tiene precio, pero no todo es de ‘color de rosa’ y hay
aspectos negativos que pueden llegar a ‘eclipsar’ lo gratificante de este trabajo. Y es que, a pesar de estar en pleno siglo XXI,
la sombra del machismo todavía está presente entre los alumnos de algunas
facultades de Medicina, quienes
no ven a la mujer profesora como una figura de autoridad. Y menos si es alguien joven, llegando a lanzarles
comentarios irrespetuosos y misóginos que les afectan gravemente, tanto en la práctica laboral como en su salud mental y física. “
No te pongas celosa”, es uno de los ejemplos que se encuentran entre las aulas.
Esta situación es algo que ha corroborado
Paula, una profesora de Medicina que prefiere mantenerse en el anonimato. Según afirma a
Redacción Médica con rotundidad, en las universidades existe “
mucha misoginia y machismo”. “Soy una mujer joven y no están acostumbrados a ver docentes de mi edad.
He tenido alumnos ligando conmigo en clase y faltándome al respeto. He ido a pedir las llaves a conserjería y me han cuestionado la petición. Se me confunde con una estudiante y se me trata como tal, y creo que no deberían tener ese trato tan irrespetuoso”, ha subrayado.
Según la percepción de esta profesora, en las universidades cree que se trata diferente a los hombres que a las mujeres en el ámbito de la educación simplemente
por el hecho de su género. “Es más fácil que ellos se impongan y se les falte menos al respeto que a las mujeres. Ya te digo, eso
está pasando hoy en día”, ha incidido.
Los
comentarios irrespetuosos por parte de los alumnos que ha recibido Paula están relacionados, ya sea en mayor o menos medida, con la edad que tiene. De hecho, recuerda que
una de las situaciones que más le impactó fue cuando tuvo que llamar la atención a dos estudiantes que
estaban ‘ligando’ en clase y, al decirles que parasen,
el chico se dirigió a ella y le dijo: “no te pongas celosa”. “Es duro porque ante estos comportamientos tienes que ponerte seria cuando no tienes una edad para serlo. Por que es así. Pero como no hay respeto desde el otro lado, tienes que imponerlo de esta forma. Yo soy una persona severa, pero no distante. Me gusta ser cercana con ellos y creo que eso es difícil cuando eres mujer y joven.
Tienes que simular que eres catedrático de área en cuanto a tu actitud”, ha señalado.
Machismo en las facultades de Medicina
En este sentido, Paula lamenta que tenga que
cambiar su personalidad de forma “absoluta” para conseguir un mínimo de respeto en las aulas. Eso sí, sin dejar de ser respetuosa y cordial con sus alumnos. “Pero tampoco creo que ese sea el problema, sino que ellos
no identifican nuestra fisionomía con una de autoridad a la que se la deba respeto”, ha lamentado.
Aún así, reconoce que la peor parte ocurre durante los primeros años donde esas actitudes te pillan “fría”, pero con más bagaje en el sector y, principalmente, cuando estableces una figura de autoridad, vas creando ‘callo’ y se consigue ser más flexible. “Eso hace que todo mejore”, ha afirmado.
Como es normal, este tipo de comportamientos no pasan desapercibidos y le afectan tanto en su práctica laboral como en su salud física y mental. Según reconoce Paula, tras escuchar un comentario desagradable se le
genera una sensación de inseguridad “muy grande” que le hace sentirse “muy mal” porque no sabe sabe si está ‘gobernando’ bien la clase. “Me refiero a que el objetivo que tenemos es instruirlos y educarlos, pero no solo en el ámbito específico en el que das clase, sino aquel que abarca todos los ámbitos de la educación, y donde tienes que conseguir que se conviertan buenas personas, y esas actitudes negativas no pueden permitirse. Tienen que aprender a ser educados y correctos”, ha enfatizado.
Paula: "Un comentario desagradable me genera una sensación de inseguridad muy grande y me hace sentir mal porque no se si estoy gobernando bien la clase"
|
Medidas contra el machismo en las facultades de Medicina
Para conseguir solucionar este problema, apuesta por un refuerzo institucional “muy grande” que dé “seguridad” a los trabajadores porque, cuando no existe, aparece la
sensación de sentirse “abandonadas”. “Es mucho más fácil si tu institución vela por ti y te trata con respeto.
Creo las universidades deberían reconocer que esto pasa y, ya que mandan un montón de cosas sobre protocolos, violencia de género o lenguaje inclusivo, que son muy importantes, también que se establezca un frente ante este tipo de violencia a las docentes para poder hablar de ello abiertamente. Porque estas actitudes no son aceptables”, ha concluido.
Aún así, con una situación de este calibre no se puede generalizar, y es importante conocer otros puntos de vista para ver todos los prismas posibles. En el caso de
Elena Vera, catedrática de Bioquímica de la Universidad Complutense de Madrid, no ha tenido "nunca" una sensación como la que describe Paula durante su práctica docente.“Y ninguna compañera me ha comentado nada al respecto”, ha afirmado.
En este sentido, y en el caso de que ocurriesen, asevera que las medidas para solucionarlo son “bastante claras”, y siempre pasan por
un proceso de educación. Entre ellas: implementar
políticas que promuevan la igualdad de género y que respalden a las trabajadoras, desarrollar programas de mentoría y apoyo a las profesoras en la docencia, e involucrar a los estudiantes en discusiones sobre esta materia y el respeto mutuo, entre otras”, ha concluido.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.