Investigadores concluyen que los estudiantes siguen priorizando las habilidades metodológicas en los planes de estudio

Imagen de recurso de varios sanitarios trabajando en equipo
El estudio considera "crucial" el impulso de las habilidades personales y sociales en la gestión sanitaria.


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Un estudio de investigadores israelíes concluye que los estudiantes de gestión sanitaria siguen priorizando las universidades que priorizan en sus planes de estudio las habilidades metodológicas frente a las competencias personales y sociales, a pesar de estas últimas se consideran “cruciales” en el sector sanitario, “donde la comunicación eficaz, la toma de decisiones y el trabajo en equipo están estrechamente vinculados con la atención al paciente y la eficiencia organizacional”.

El artículo científico, titulado Adquisición de habilidades blandas percibidas por los estudiantes de gestión sanitaria y compromiso universitario, se ha publicado recientemente en la revista médica BMC Medicine. Sus conclusiones se basan en los resultados de una encuesta en la que participaron 336 estudiantes de tercer año de carrera de Administración de la Salud en Israel.

El objetivo era examinar la relación entre la adquisición de habilidades y el nivel de compromiso de los estudiantes de gestión sanitaria con su universidad, en tanto en cuanto “la naturaleza dinámica y compleja del sector sanitario exige profesionales que posean no sólo conocimientos técnicos, sino también las habilidades interpersonales necesarias para un liderazgo eficaz, la atención al paciente y la adaptabilidad al cambio”.

Preferencia por las habilidades metodológicas


Los datos se recopilaron mediante dos cuestionarios que median tres conjuntos de habilidades: personales, sociales y metodológicas. La principal conclusión a la que han llegado los expertos es que las habilidades metodológicas, así como “la adaptabilidad al cambio, el análisis, la mejora continua, la orientación al cliente/usuario, la toma de decisiones, la gestión y la orientación a resultados”, están “significativamente asociadas” al “compromiso universitario” y “contribuyen directamente al éxito académico y profesional”

En consecuencia, las universidades que potencian tales habilidades “pueden fortalecer el sentido de pertenencia de los estudiantes, fomentando el compromiso institucional a largo plazo y la preparación profesional”. Sin embargo, en el estudio también se señala que la integración de las competencias personales y sociales en sus planes de estudio también es “esencial” para “el desarrollo holístico del estudiante”.

Adaptación a los cambios en el ámbito sanitario


“Los hallazgos sugieren que la educación basada en competencias, con un énfasis equilibrado en todas las dimensiones de las habilidades blandas, es necesaria para cerrar las brechas existentes en los enfoques tradicionales de la educación superior”, reza el artículo. Esa circunstancia es “especialmente crucial” en la formación en gestión sanitaria, ámbito en el que “los rápidos avances tecnológicos y políticos exigen una gran adaptabilidad y capacidad de toma de decisiones”.

“Al fomentar una cultura de mejora continua, las universidades pueden preparar a los graduados para abordar los retos del aseguramiento de la calidad, mejorar los resultados de los pacientes e impulsar la innovación en las organizaciones sanitarias”, se añade. En esa línea, se apunta que el hecho de dotar a los estudiantes de la capacidad de evaluar críticamente la información y buscar continuamente manera de mejorar la prestación de servicios en salud, alimenta la capacidad de “abordar los retos de la mejora de la calidad y la seguridad del paciente”, de tomar más decisiones basadas en datos y de fomentar “una cultura de excelencia en las organizaciones sanitarias”.

Cómo fortalecer las habilidades personales en sanidad


Para fortalecer las habilidades personales y el compromiso universitario, los expertos recomiendan a las instituciones universitarias que, por un lado, den más importancia a las carreras de Ingeniería Civil y Ciencias Sociales en sus planes de estudio para, así, centrarse en “la formación de la identidad profesional preprofesional”, y, por otro, que incorporen “simulaciones orientadas a la carrera profesional, aprendizaje basado en casos y prácticas profesionales”, medidas que “ayudan a los estudiantes a conectar el conocimiento académico con la práctica real y a alinear sus habilidades con las expectativas del sector”.

“La formación de la identidad profesional es el proceso mediante el cual las personas internalizan los valores, las normas y las expectativas de su profesión, moldeando su forma de pensar, actuar y sentir como profesionales”, resumen. Por tanto, añaden, “los programas educativos que enfatizan estas habilidades pueden desarrollar líderes sanitarios capaces y comprometidos con la mejora de la salud comunitaria y las prácticas sanitarias”.

Por ello, consideran que, adoptando las estrategias referidas, las universidades “pueden crear un entorno de aprendizaje basado en competencias, reforzando el compromiso universitario a medida que los estudiantes reconocen el valor práctico de su formación”, algo que “beneficia tanto a los estudiantes como a las instituciones, fomentando el éxito de los graduados, la reputación institucional y la participación estudiantil a largo plazo en la formación en gestión sanitaria”.
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