Alberto Lázara y Tamara Pereiro son recién graduados en Farmacia y Óptica y Optometría por la USC

Alberto Lázara, doble graduado en Farmacia y Óptica y Optometría por la Universidad de Santiago de Compostela.
Orla de Alberto Lázara y Tamara Pereiro.


3 ago. 2023 8:00H
SE LEE EN 5 minutos
A Alberto Lázara siempre le gustaron las profesiones sanitarias. Él tenía muy claro que quería, además, alguna opción enfocada hacia los números y tenía dos opciones favoritas: Farmacia y Óptica y Optometría. Cuando se enteró que ese mismo año, 2017, en la Universidad de Santiago de Compostela se creaba la posibilidad de cursar un doble grado con ambas, no lo dudó. "Era una oportunidad muy grande y entré un poco a ciegas", confiesa el ya recién graduado, que ha conseguido completar este camino universitario en seis años, en vez de en los siete que están estipulados para la doble carrera.

Esta 'aventura' la ha compartido con su compañera Tamara Pereiro, quien completará las dos carreras en siete años. De hecho, el propio Alberto pone en valor a su compañera, asegurando que ella es también una excelente alumna y el que ha hecho las cosas "de forma anómala" ha sido él. "Cuando llegué a la universidad vi que este doble grado era muy difícil, y que todos mis compañeros acabarían su etapa universitaria en cuatro o cinco años. Entonces pensé: yo no voy a aguantar siete años con este nivel de exigencia y por ello decidí ir cogiendo asignaturas de más todos los años para acabar un curso antes", relata a Redacción Médica.

Las mayores exigencias que le ha planteado compaginar los estudios de ambas carreras sanitarias han estado en los primeros cursos. Esos años se componen de asignaturas "más genéricas" que quizá "no tienen tanta relación con lo que será la profesión el día de mañana" y Alberto asume que, en esos momentos, cuesta más ver la utilidad de esas asignaturas y "te agobias un poco más". 
 

Pocos alumnos y estrés de dos facultades


La llegada a la universidad, a la que accedió con una nota que rondaba el 12,5 de media en selectividad, fue complicada: "No tenía referencias de otros años, ni siquiera sabía la nota de corte que iba a ser necesaria para entrar. También fui a hacer pruebas a Madrid para universidades privadas, por si no conseguía entrar a esta. Pero viendo el prestigio de Santiago con las carreras de Óptica y Farmacia y que esto me permitía quedarme al lado de casa, era un punto a favor".


"No me planteo la investigación porque yo no me veo encerrado en un laboratorio, me gusta más el contacto con la gente"



A pesar de ser solo dos alumnos quienes se han estrenado en Farmacia y Óptica en la USC, Alberto reconoce que "no han sido clases particulares". "Empezamos diez alumnos, así que ya desde un inicio éramos pocos. El motivo que llevó a mis compañeros a ir dejando el doble grado fue, principalmente, la dificultad que ya tienen cada una de las carreras por separado. Si le sumamos el tener que hacerlas juntas, te vas encontrando baches, sobre todo en el primer año", explica.

A la complejidad de las asignaturas se suma el "cansancio" de tener que desplazarse y el estrés que genera los cambios de facultad. "Tamara y yo íbamos a clase con el resto de compañeros de cada una de las carreras, cuando había asignaturas de Farmacia íbamos a esa facultad y estudiábamos con ellos, lo mismo con Óptica. Supone una dificultad añadida, nos movíamos corriendo entre facultades para cursar las asignaturas", insiste.

Alberto Lázara, doble graduado en Farmacia y Óptica y Optometría por la Universidad de Santiago de Compostela.

Futuro tras la etapa universitaria


Una vez conseguida la orla de este doble grado en Farmacia y Óptica y Optometría, el futuro se presenta "positivo" para Alberto. "Ambas carreras tienen muchas salidas y antes de graduarme ya me habían llamado de varios sitios ofreciéndome trabajo, incluso en otros países", asegura. Aun así, tiene claro que no piensa dedicarse a la investigación, a pesar de que mucha gente considere "que es lo que más prestigio tiene". "Yo no me veo encerrado en un laboratorio, me gusta más el contacto con la gente. Tengo la suerte de que me cogieron en una de las mejores farmacias que hay en Santiago, en Madriñán, y estoy aprendiendo mucho de mis compañeros", reconoce.

Alberto ahora quiere plantearse cómo continuar buscando nuevas fórmulas para devolverle a la sociedad todo lo que ha aprendido en seis años de asignaturas y tantas horas de estudio. Pero, por el momento, lo hará trabajando, ya que no se plantea a corto plazo preparar el examen FIR ni un doctorado. Eso sí, además de preparase algún máster o formación que requiera "menos esfuerzo mental", sueña con poder compaginar su nueva vida como sanitario con otra de sus grandes pasiones, las artes escénicas. "Si volviese a empezar, escogería la misma carrera", concluye.
¿Quieres seguir leyendo? Hazte premium
¡Es gratis!
¿Ya eres premium? Inicia sesión
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.