La 'escuela' de la investigación del CAR-T guía a sus primeros egresados

El futuro de la Medicina pasa por la personalización del tratamiento. De ahí, el posicionamiento cada vez más central del paciente dentro del contexto de la atención terapéutica. Un paso que se logra a través de las terapias avanzadas, elaboradas para la asistencia a individuos concretos. Por ello, se entrevé fundamental potenciar la formación sobre este tipo de respuestas en pro de una ciencia facultativa de precisión. Más allá de la Administración, la hoja de ruta la marcan las universidades. En España, Valladolid es la primera que salta a la calzada, con una titulación en la que esta innovación sanitaria vertebra su plan de estudios.

La institución castellanoleonesa oferta un grado en Biomedicina y Terapias Avanzadas. A diferencia de estudios homólogos en otras universidades del país, este cuenta con un bloque destinado únicamente al aprendizaje sobre estos tratamientos, compuesto por 12 asignaturas -10 obligatorias y dos optativas-, valoradas en 59 créditos. Materias como Biofármacos, Nanomedicina, Terapias Dirigidas a Cáncer -focalizada en las CAR-T- o Terapia de Genes se imparten en tercero y cuarto curso tras superar dos años de conocimientos científicos básicas en ámbitos como la Microbiología, Genética, Bioinformática o Fisiología.

Cuatro años destinados a la creación de los diseñadores de terapias avanzadas del mañana. "Nuestro grado no pretende enseñar a nadie a tratar, eso depende de Medicina. Nosotros queremos recalcar la importancia de la investigación en relación a este ámbito", ha señalado el coordinador de la titulación, Miguel Ángel de la Fuente, a Redacción Médica. Precisamente, dicha carrera comparte los dos primeros años casi al completo con la formación facultativa, aunque en la parte final, una deriva hacia asignaturas clínicas y la otra se centra en la comprensión de los mencionados tratamientos.

---

"Queremos recalcar la importancia de la investigación en Biomedicina", ha apuntado De la Fuente

---

Una titulación también con una importante vocación internacional. Seis materias -todas ellas del bloque de terapias avanzadas- se imparten en inglés. "Exigimos un B2 a los alumnos para que puedan atender a las clases. Se necesita este nivel para cursar el grado", ha resaltado su coordinador. Un manejo de la lengua anglosajona que servirá a los alumnos en caso de que quieran solicitar intercambios con los que la Universidad de Valladolid tiene para los matriculados de dicha carrera: Leiden (Países Bajos), Innsbruck (Austria), Tübingen (Alemania), Bolonia y Bari (Italia), a los que se añadirá en breve Sarajevo (Bosnia y Herzegovina).

Futuro en la investigación y la producción

Un total de 40 alumnos ingresan cada año en el grado. "No es muy amplia la cifra porque los alumnos tienen que estar todo el día en el laboratorio", ha puntualizado De la Fuente. Este prácticamente empata con Medicina en el bronce de las titulaciones que reciben más solicitudes de admisión en la Universidad de Valladolid, solo superado por las combinaciones de Matemáticas y Física y Matemáticas e Informática. De ahí, que Biomedicina y Terapias Avanzadas cuente con un 13,174 de nota de corte.

Su éxito entre los estudiantes ha sido prematuro. Y es que dicho título nació en 2021, como anticipación al avance de la Medicina de precisión y el mayor esfuerzo de las comunidades autónomas, en su caso la Junta de Castilla y León, en el desarrollo de políticas pensadas para el desarrollo de terapias avanzadas. Precisamente, este año escolar saldrá la primera hornada de egresados.

Desde la entidad auguran una buena trayectoria profesional a sus graduados. "Habrá que ver qué tipo de ofertas reciben, el tiempo que tardan en acceder a un puesto… Una serie de variables que tendremos que analizar una vez hayan salido de la facultad. Sin embargo, según hemos visto en títulos similares, el índice de empleabilidad está entre el 85 y el 90 por ciento", ha resaltado el representante del centro académico de Castilla y León.

---

"El índice de empleabilidad está entre el 85 y el 90%", ha comentado De la Fuente

---

Su futuro laboral radica en la investigación. El laboratorio será el campo de trabajo de sus actuales alumnos, en los que recaerá el descubrimiento de vías para garantizar la efectividad de los tratamientos personalizados para enfermedades raras, cáncer o patologías neurodegenerativas. "Darán con las herramientas con las que paliar muchos de los males que producen una gran mortalidad en la actualidad", ha afirmado De la Fuente. Pero, no es la única salida, ya que se trata de un perfil que se adapta también al Sistema Nacional de Salud (SNS). Según el coordinador del grado, estos pueden encabezar el desarrollo de los ensayos clínicos en hospitales. Por otro lado, tienen en la industria farmacéutica una salida como asesores o directores de proyectos. Incluso en el sector de la Bioinformática, a través de la elaboración de bases de datos, con la misión de secuenciar masivamente resultados sanitarios.

La relevancia de FSE en Biomedicina

Pese a su posibilidad de participar en la vida del SNS, los egresados de Biomedicina y Terapias Avanzadas lo harían como externos en su mayoría. Y es que este grado es uno de los pocos del ámbito sanitario que no cuenta con un proceso formativo especializado en la infraestructura de salud del país. Una reclamación de la mayoría de profesionales de esta disciplina.

"Queremos que la profesión sea reconocida y esté acreditada a nivel institucional. Para ello, es clave que tengamos un 'BioMIR'", ha aseverado De la Fuente. De momento, el biomédico tiene la opción de conseguir una vacante formativa en el SNS a través del BIR, la prueba de los biólogos, aunque el sector considera más interesante contar con un examen propio y por ende plazas en los hospitales.

Dada la novedad de esta rama de las Ciencias de la Salud, la aparición de vacantes formativas para Biomedicina se intuye todavía lejano. Sin embargo, existe la motivación por continuar con las conversaciones en las que se valora la instauración del ejercicio que daría paso a los citados profesionales. Su establecimiento podría acelerar la implantación del trabajo con terapias avanzadas en los hospitales.