Pedro, Daniel e Isabel.
Si hay algo que tienen en común todos los
estudiantes de Medicina es rozar la
perfección académica para acceder a su
carrera soñada. No obstante, al entrar en la facultad ese rasgo que a menudo les diferenciaba del resto pasa a convertir a cada alumno en 'uno más' de la clase. Y es que ya no son 'los mejores', porque el resto de sus compañeros también
ha destacado en lo que a las notas se refiere en sus años de
Educación Secundaria, Bachillerato y la
EBAU. La pregunta es: ¿cómo afecta esto a la convivencia en el aula? ¿Hay rivalidad o competitividad entre estudiantes que, por regla general, están acostumbrados a sobresalir?
Pedro ha comenzado este mismo curso su andadura universitaria, y en este
primer año de carrera no ha identificado ninguna rivalidad entre compañeros. "No hay 'malos rollos' todos nos llevamos bien", asegura, y describe el ambiente de su propia clase como "bastante bueno". En plena é
poca de exámenes, detalla que por el grupo de
WhatsApp de alumnos de 1º "se envían diariamente
apuntes o cuestiones relevantes que encuentre cada uno".
Él también está dispuesto a compartir con los demás
estudiantes de Medicina todo aquello que necesiten. "Yo
suelo prestar mis apuntes o cualquier otra cosa que tenga y que pueda servir al resto", explica. Por lo que ha observado hasta ahora, también cree que -al menos en su universidad- este es el sentimiento mayoritario: "En una carrera tan exigente
todos buscamos aprobar y por eso empatizamos bastante unos con otros.
No he notado ningún tipo de competitividad ni me comparo con nadie".
"En una carrera tan exigente como Medicina todos buscamos aprobar y por eso empatizamos unos con otros"
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De hecho, no tiene que pensar en terceras personas para dar un ejemplo ilustrativo del
compañerismo que vive en su clase. Él mismo
compagina la carrera de Medicina con trabajo y hay ocasiones en las que
no puede acudir a la universidad. "A veces me salto clases y siempre
dependo de que algún compañero me deje los apuntes o me cuente lo que han dicho los profesores", relata. Estas dinámicas se intensifican en el 'sprint' final de cada cuatrimestre, cuando son más los alumnos que deciden faltar a clase para estudiar, ya que aquellos que sí acuden a la
Facultad de Medicina "avisan de las cosas importantes que se han explicado".
Competitividad en 6º de Medicina
La situación de
Daniel es algo distinta. Actualmente cursa el
sexto y último curso de la misma titulación y también define como "bueno" el ambiente en clase, pero reconoce que algunas veces "hay roces" entre compañeros. Aunque por lo general no haya inconvenientes con el 'tráfico' de apuntes entre alumnos en lo que él mismo define como una
"sociedad colaboradora", también percibe que "la mayoría de gente
se distribuye en sus grupos de amigos", y ha conocido casos en los que
"se han pedido apuntes por haber faltado a clase y se los han denegado".
Pese a que se traten de situaciones ajenas a su persona, Daniel también ha visto de cerca cómo algunos estudiantes han actuado con el
objetivo de perjudicar al resto: "He conocido a compañeros que han 'echado para atrás' medidas o han denunciado situaciones que
beneficiaban a la mayoría porque consideraban que era 'poco ético'", relata. Lo que sí ha vivido en 'sus propias carnes' son
comentarios desafortunados de otros alumnos, como el que recibió hace tan solo unas semanas. "Un compañero me dijo que
subir a un 9 no estaba a mi alcance, pero al suyo sí", recuerda.
A título personal, admite que todas estas cuestiones han cambiado la percepción que tiene de sus compañeros a lo largo de estos años. "
Siento que tengo que competir con ellos y me comparo", relata, y añade que el 'clima' que se respira en el propio aula también propicia estos sentimientos: "
Hay compañeros que hacen listas de los que sacan mejores notas que ellos para competir y batirles en el próximo y compañeros que van a revisión de examen con un 8,5 porque consideran que es mala nota", sostiene.
"Hay compañeros que hacen listas de los que sacan mejores notas que ellos para competir y batirles en el próximo examen"
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El problema de raíz está, a su parecer, en el funcionamiento del
Grado de Medicina. "
El sistema está estructurado para que compitamos de la peor manera posible", sostiene, ya que "
no existen grandes incentivos para los que sacan mejores notas ni para los que mejoran". Echa en falta mayor reconocimiento", más allá de la matrícula de honor. "No hay una competición sana, como en el deporte, sino una
competición subterránea en la que cada uno se tortura a su manera", concluye.
Autoexigencia entre futuros médicos
Isabel también está en la recta final de dicha
titulación universitaria, y su experiencia es una especie de 'término medio' entre las vivencias de Pedro y Daniel.
Los apuntes tampoco son motivo de rivalidad en su clase, y que las copisterías colindantes a su facultad cuentan con copias actualizadas de la mayoría de las materias. Ella misma asegura que siempre está dispuesta a dejar a sus compañeros de clase todo aquello que necesiten. "No gano nada quedándome algo si sé que es bueno y que puede ayudar a alguien más", explica.
Para esta estudiante la palabra 'competitividad' también está presente en la
carrera de Medicina, aunque en su opinión "la gente es muy competitiva pero con ellos mismos, no cargan en el resto", sostiene. Basándose tanto en su propia experiencia como en las de personas de su círculo más cercano, observa que "
todo el mundo intenta dar lo máximo y ver hasta dónde llega, pero sin involucrar a los demás". De forma individual, Isabel también se siente parte de esa dinámica, ya que en cada examen intenta dar lo mejor de sí misma con el "único objetivo" de sentir que ha aprendido algo útil que le sirva en su
futuro ejercicio como médica y que, por encima de todo,
beneficie al paciente.
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