María del Amor, estudiante de primero de Enfermería.
La vida de
María del Amor para nada ha sido fácil. Con tan solo 16 años
tuvo que dejar sus estudios tras quedarse embarazada para hacer frente a los gastos que tendría
como madre soltera y, así, garantizarle una
calidad de vida a su futura hija. Con el paso del tiempo,
la actitud que han tenido los enfermeros con ella durante toda la maternidad y la empatía que mostraban con sus tres difuntos abuelos mientras luchaban contra sus enfermedades, le ha hecho admirar la profesión.
Y ahora, con 27 años, ha entrado en la carrera de Enfermería con el objetivo de ayudar, en todo lo posible, a los pacientes que se encuentren a su cargo.
A pesar de que la intención de querer ser sanitaria siempre ha estado entre los planes de Del Amor, el sector de la Criminología también le llamaba la atención. Pero lo que uno tiene en mente no siempre se puede cumplir y, tras quedarse embarazada,
desechó la idea de continuar con sus estudios.
Cuando su hija creció y junto a la ayuda de sus familiares y pareja,
con 23 años, decidió retomar sus estudios y cursar la E.S.O para adultos. Una formación que aprobó sin problemas y que la llevó a querer
seguir subiendo escalones. Así que, dos años después, se plantó en
Bachillerato para adultos sin todavía saber exactamente lo que le depararía el futuro.
Durante el último año de Bachillerato, la idea de formarse en algún área del sector de la salud iba cobrando fuerza. Ella había visto la importancia de que un
profesional sanitario acompañe al paciente durante los momentos más duros de su vida, pero creía que, siendo madre y trabajando a tiempo completo en Hostelería,
no podría afrontar una carrera universitaria. Así que, se planteó hacer el Grado Medio de Técnica en Cuidados Auxiliares de Enfermería (
TCAE).
Enfermería y su cercanía con el paciente
Y es que siendo consciente de las capacidades y la vocación que tenía Del Amor, uno de los profesores con los que tenía mayor relación i
ntentó convencerla para que hiciese Medicina. “Pero yo lo que quería era
tener el mayor trato posible con el paciente, y esa carrera no me lo daba”, ha afirmado. Así que, tras meditarlo durante un tiempo, decidió que
probaría suerte en Enfermería.
Segundo de Bachillerato, tal y como ha subrayado,
fue un año catastrófico. Mientras se estaba preparando la prueba de acceso a mayores de 25 años tenía los exámenes finales de Bachillerato, tenía que hacerse cargo de su hija de 11 años, trabajar en Hostelería y, además,
fue el año en el que falleció su abuelo por cáncer. “Tuve una presión que no se la deseo a nadie”, ha aseverado.
Entrar a Enfermería vía mayores de 25 años
Con todos estos problemas por delante, Del Amor dio por perdida la prueba y, de hecho,
no se iba a presentar. Pero de nuevo, su profesor le animó a que hiciera un esfuerzo y probara suerte. Cuando llegó al campus de la universidad donde se examinó, y sin ningún tipo de esperanza en aprobar,
realizó la prueba general y le salió genial. “Viendo los resultados decidí ir a por todas y estuve toda la noche preparándome las dos asignaturas específicas, Química y Biología, sin dormir, y conseguí sacar la nota necesaria para entrar a Enfermería”, ha indicado.
Hacer Enfermería con una hija y trabajando en Hostelería
En la actualidad, María es estudiante de primero y reconoce que
su familia es un pilar fundamental en su trayecto. Le ayudan mucho a organizarse y, según ha añadido, tiene la suerte de que su hija cuenta con una madurez y resolución “increíbles”, lo que hace que ella pueda centrarse en estudiar.
María del Amor estudiando Enfermería junto a su hija.
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Esta futura enfermera quiere conseguir su titulación ya no solo por ella,
sino por su hija, para darle la vida que se merece. Eso sí, ha advertido que es un Grado que te tiene que gustar “muchísimo” porque
se ven una gran cantidad de pacientes complicados en los hospitales.
Ser enfermera neonatal en el área de Oncología
Como anécdota, ha recordado un día en la universidad donde una profesora le preguntó
porqué quería trabajar en el área oncológica y en neonatología. “Yo le dije que soy una persona muy sentimental y veo a los pacientes como si fuesen mi familia. Yo sé que por muy ‘chunga’ que sea la situación de esas personas,
quiero mejorar sus días. Y dentro de la tragedia que es el
duelo que supone la muerte o que un niño tenga una patología grave, si un enfermero tiene este tipo de actitud es muy positivo para las familias”, ha resaltado.
"Por muy dura que sea la situación de mis pacientes quiero mejorar sus días"
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Este primer año, según Del Amor,
está siendo muy difícil. Las asignaturas soy muy densas y tiene que compaginarlas con el cuidado de su hija, que está en la preadolescencia, y con su trabajo en Hostelería.
“Pero estoy feliz y muy contenta. Volvería a pasar por lo que he pasado con los ojos cerrados y
no me arrepiento absolutamente de nada de lo que he hecho”, ha sentenciado.
Además de querer formarse como enfermera para conseguir un trabajo “con futuro” y poder cubrir todas las necesidades de su hija,
también lo quiere lograr por su padre. “Que me quedase embarazada tan joven lo llevó mal, y quiero que me vea con el título en la mano
después de todas las circunstancias que hemos pasado”, ha concluido.
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