Lucia Medina, estudiante de sexto de Medicina.
La idea de querer
hacer Medicina tardó en llamar a la puerta de Lucía Medina. Cuando era pequeña veía a su padre, reumatólogo, llegar del hospital, comer, y sentarse en su despacho a seguir estudiando.
Una vocación por la profesión que ella no sentía y, aunque era una opción que le gustaba, durante segundo de Bachillerato
descartó cualquier idea de entrar a la carrera y optó por otras vías con las que
creía que iba a ser feliz. Pero lejos de estar en lo cierto, esa pasión por ayudar a los demás comenzó a florecer, y esa ‘espinita clavada’ de convertirse en médica cada vez penetraba más en su corazón. Así, tras cursar un año de
Derecho y ADE y hacer primero de
Fisioterapia tomó la determinación de entrar a Medicina. Eso sí, necesitó
presentarse cuatro veces a la EBAU para ello. “Nunca he sentido que me haya equivocado con mi decisión”, ha resaltado.
Para Medina, actual estudiante de sexto,
la Medicina es una profesión que necesita ser vocacional para poder ofrecer un buen servicio al paciente. Lo que ocurre, según afirma a
Redacción Médica, es que
esa devoción no siempre aparece desde pequeño, o no es evidente, sino que
se va construyendo a medida que aprendes y conoces más sobre el sector.
De hecho, esa vocación en su caso no llegaría hasta ser mayor de edad. Durante segundo de Bachillerato y ver que la
nota de corte para Medicina era tan alta, en un primer momento ‘tiró la toalla’ y dejó de prepararse las asignaturas de Ciencias para enfocarse en entrar a Derecho y ADE.
"La Medicina es una profesión que necesita ser vocacional para poder ofrecer un buen servicio al paciente"
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“Recuerdo que mi madre se puso muy triste por no hacer Medicina, porque
ella sí me veía con la capacidad de ser médica. Mi padre, en cambio,
me animó a hacer otra carrera porque él sabe lo dura que es la profesión y lo poco valorada que está actualmente. Y que hay que hacer un gran esfuerzo para llegar alto”, ha afirmado.
Derecho y ADE, y Fisioterapia para entrar a Medicina
Con la idea de entrar en Derecho y ADE, un sector que, a priori, también le gustaba, consiguió sacar la nota necesaria en la
EBAU y comenzar la carrera. Esa ilusión no duró mucho, y tras un año entero formándose
se desencantó completamente de este ámbito. “Además, las salidas laborales no me gustaban”, ha subrayado.
Tras esta decepción, Medina comenzó a notar algo dentro de ella que le impulsaba a
querer ser médica, así que decidió abandonar la carrera y prepararse la prueba de nuevo para
entrar a Medicina. “Tenía una espinita clavada.
Veía a las chicas que conocía estudiando esta carrera y se me rompía el corazón. Yo quería también estar ahí. Al final en casa me he criado con mi padre, que es la persona que conozco con más vocación.
Vivía la profesión con tanta pasión que yo, de manera inconsciente, me he empapado de eso”, ha afirmado.
Entrar a Medicina tras hacer 4 EBAU
Pero tras presentarse a la Selectividad
no sacó la nota suficiente, ni en junio ni en septiembre, así que probó suerte con
Fisioterapia. “Fue un Grado que me gustó mucho durante el año que estuve allí.
Incluso casi decido quedarme. Pero había algo en mí que me lo impedía. Quería hacer Medicina. Así que en junio del siguiente año
volví a hacer la EBAU y ya conseguí la puntuación para acceder a la carrera en Santiago”, ha resaltado.
Tras seis años entre las paredes de la facultad, Medina
no se arrepiente en absoluto de su decisión. “Nunca he tenido un momento de decir que quiero dejarla. A veces es cierto que pasas por momentos malos, o de dudas, pero cuando consigues un buen método de estudio, aprendes a planificarte y sabes estudiar los contenidos todo eso se disipa. Eso sí, si tuviese que
empezar Medicina desde cero me lo plantearía bastante. Al final es un esfuerzo muy grande”, ha reconocido.
Heredar la vocación por la Medicina de tus padres
La relación con su padre, con el que comparte esta pasión, es “genial”. Por ejemplo, ayer le llamó porque un familiar le mandó una foto de algo que parecía un Herpes Zoster y
fue él quien le pregunto a ella el diagnóstico. “Vamos comentando las cosas. A parte de ser mi progenitor también es como un colega, hablamos de todo”, ha detallado.
De hecho, la idea que tiene su padre de ver al paciente “como un todo” lo ha heredado de él. “Creo que para el
MIR voy a ‘tirar’ de alguna especialidad más general. Por ejemplo,
Familia, Pediatría o Medicina Interna. Y en el futuro quiero hacer el máster para ser
paliativista. Me quiero dedicar a acompañarlos en
ese momento de la muerte”, ha concluido.
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