Lucia Medina junto a su pareja recién graduada.
Los seis años que dura la carrera de Medicina dan para un sinfín de historias. Allí encontrarás compañeros que permanecerán a tu lado durante toda la vida, conocerás especialidades en las que querrás volcar tu vocación y pasión por este sector e, incluso, podrás
encontrar el amor entre las paredes de la facultad. Esto es lo que le ocurrió a
Lucia Medina, actual estudiante de sexto, quien conoció a su actual pareja en la universidad porque coincidían en algunas asignaturas. Con el paso del tiempo se hicieron amigos y, tras tres años de amistad, comenzaron a verse de
una forma “totalmente distinta”.
Para Medina, estar junto a una persona que tiene su mismo objetivo laboral en la vida es muy positivo. Aunque ahora mismo su pareja está
preparándose el MIR, anteriormente
sí han aprovechado el tiempo para estudiar juntos o hacer trabajos que tenían de una asignatura común. Aún así, para esta futura médica lo más importante de su relación es el
apoyo que se brindan mutuamente al ser conscientes de la realidad que viven relacionada con la Medicina.
“Los dos estudiamos en la misma universidad, tenemos los mismos profesores y asignaturas.
Sabemos el grado de dificultad y eso ayuda a que comprendamos los días malos que atravesamos, como el no poder hacer un plan porque tenemos que estudiar. Tenemos una gran empatía el uno por el otro”, ha resaltado.
Encontrar el amor en la carrera de Medicina
Sobre ellos, Medina reconoce que
no son el “típico ejemplo” de estudiantes de Medicina que aprueban todo a la primera, sino más bien se consideran “gente normal” que disfrutan de la carrera, que han suspendido materias y que han compartido recuperaciones. Esto lo menciona porque ella actualmente está repitiendo sexto y su pareja también tuvo que volver a hacer un año. “Que hayamos ‘fallado’ los dos y compartamos esa forma de llevar el Grado también
nos hace conscientes de la vocación que tenemos”, ha subrayado.
Estudiar la misma carrera y compartir tanto tiempo juntos puede llegar a saturar. En este sentido, Medina ha afirmado que, para que no ocurriese, dividían “muy bien” su tiempo y diseñaban una rutina que
evitaba descuidar a sus amistades y familia. “A veces él se iba con sus amigos por la mañana y luego quedábamos por la tarde para estudiar juntos. Pero todo el día no porque hay que atender a las otras ‘patas de la mesa’”, ha aseverado.
Elegir plaza MIR en pareja
Sobre lo que ocurrirá en el futuro cuando
su pareja consiga plaza MIR todavía no está escrito. Lo que sí tienen claro es que
se tendrán en consideración. “Queremos que al destino al que vaya me guste a mí también y que haya posibilidad de que yo haga la especialidad que quiera. Aunque todavía no sé realmente a lo que me quiero dedicar. Me gusta todo excepto la Cirugía. Así que partimos de una base en la que hay una facilidad, ya que yo me puedo adaptar. Y él también se preocupará de que podamos estar juntos en ese momento”, ha relatado.
En este sentido, ha lamentado que una pareja de médicos, o en su caso futura facultativa, tengan que estar ‘atados’ a un número de orden para poder planificar su vida. “Es un poco rollo vivir con esa incertidumbre”, ha concluido.
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