La empatía disminuye cuando aumenta la complejidad de los contextos clínicos de prácticas.
El
nivel de empatía de los estudiantes de Enfermería es superior
al resto de ciudadanos pero se
va erosionando conforme pasa años en la facultad. Ese es el resultado de un estudio elaborado por la profesora asociada de la
Facultad de Enfermería de la Universidad de Castilla-La Mancha, María José Día Valentín, y
publicado en la revista investigadora Nure.
En base a los datos públicos a los que ha tenido acceso Redacción Médica, los estudiantes de los cuidados tienen una puntuación media de empatía de 118,09 por ciento,
con datos ligeramente superiores en las mujeres. Mucho más alto que la media nacional aunque, según este mismo estudio, “a medida que aumenta
la experiencia clínica en contextos reales y complejos, se produce un descenso de la empatía”.
En cuanto a las diferencias considerando los factores estructurales de la escala de empatía, los hombres puntuaron de forma más empática en
‘Toma de Perspectiva’ (65,33 por ciento frente a 64,78 en mujeres)
mientras que las mujeres lo hicieron en ‘Cuidado Compasivo’ (37,22 por ciento frente a 36,90 en hombres). Respecto a la empatía a la hora de
ponerse en el lugar del paciente (16,10 por ciento al 15,22 por ciento en hombres).
Respecto al desencanto según pasan las horas en planta, el estudio argumenta que “ se produce
un cambio del idealismo al realismo, como respuesta de adaptación a las nuevas responsabilidades y una carga de trabajo cada vez mayor”.
La explicación científica del desencanto
En el estudio se asegura que los estudiantes son
más empáticos en los primeros años debido al área. Asegura que ya que los primeros contactos son en contextos clínicos con pacientes de menor complejidad,
les permite desarrollar “una relación más cercana con el paciente y mayores competencias empáticas”.
"Los estudiantes se obsesionan con las tencologías en detrimento del paciente"
|
Sin embargo, en el último curso de formación académica aumenta la
complejidad de los contextos clínicos de prácticas (unidades de cuidados críticos, quirúrgicas, unidades de oncología, urgencias, etc.) y la empatía “tiende a disminuir (13,17 por ciento).
“Probamente ello sea debido al aumento de las exigencias de destreza tecnológica e intervenciones basadas en la evidencia que ponen en riesgos que los estudiantes
se obsesionen con las tareas y la tecnología en detrimento de relacionarse con el paciente”, informa el estudio publicado por Nure.
De esta forma, los profesionales han descubierto que los entornos educativos intimidantes “donde
priman la adquisición de habilidades técnicas sobre las relaciones con los pacientes” no favorecen el desarrollo de comportamientos empáticos.
De esta forma, el estudio finaliza asegurando que la empatía de los enfermeros se erosiona cuando los estudiantes de ciencias de la salud se enfrentan a situaciones clínicas complejas.
“Los comportamientos empáticos pueden ser difíciles de aprender cuando los estudiantes no tienen modelos adecuados o experiencias relacionables. La dimensión emocional de la empatía es menos susceptible de cambio y pueden llevar a las enfermeras a agotamiento emocional y estrés, mientras que la dimensión cognitiva favorece la comprensión y
entendimiento del paciente y puede ser mejorada mediante la educación”, puntualizan.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.