Medical Aid for Palestinians.
En 2019 se han cometido más de 1.200 ataques y amenazas contra t
rabajadores sanitarios, instalaciones y transportes médicos y de pacientes en 20 países afectados por conflictos armados. Ello ha provocado que al menos 1
50 trabajadores sanitarios hayan perdido la vida, 90 han sido secuestrados y al menos otros 500 han resultado heridos en ataques a la atención sanitaria. Así lo refleja un nuevo informe publicado por la Coalición para preservar la salud en los conflictos, de la que forma parte el
Consejo Internacional de Enfermeras (CIE).
Dicho informe, que representa la evaluación más detallada de los actos de violencia y amenazas contra la atención sanitaria en regiones que están experimentando
conflictos armados y violencia política, revela que estos ataques han continuado en 2019 con total impunidad menoscabando la salud pública y denegando a los civiles el acceso a servicios sanitarios que salvan vidas.
“Los trabajadores sanitarios reciben aplausos y homenajes bien merecidos por su labor salvando vidas en respuesta al Covid-19 y a otras emergencias, pero debe indignarnos a todos el hecho de que muchos
sigan enfrentándose a bombas, violencia política, secuestros y amenazas,” ha declarado Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería de España. “Los trabajadores sanitarios han de estar seguros para salvar vidas. Y garantizar su seguridad también implica actuar para protegerles frente a la violencia durante los conflictos y hacer que los autores rindan cuentas”, ha subrayado.
DOCUMENTO | Acceda aquí al informe sobre los conflictos armados y la sanidad
Se han producido más de 400 ataques a la atención sanitaria en la RDC, la mayoría de ellos en relación con la respuesta al brote de ébola
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Los datos de 2019 reflejan un incremento alarmante en el número de denuncias de actos violentos en comparación con 2018, año en que la Coalición para preservar la salud en los conflictos denunció 973 actos de este tipo en 23 países objeto de estudio, lo que supone un incremento del 23,6%. Sin embargo,
el alcance real de la violencia contra la atención sanitaria en los conflictos podría ser muy superior puesto que se denuncian muchos menos casos de los que se producen. Estas agresiones han tenido lugar en los meses previos a la pandemia de COVID-19 en la cual la fortaleza de los sistemas de salud y la protección del personal sanitario es más esencial que nunca en todos los países del mundo.
2019 se ha caracterizado por el
bombardeo aéreo de hospitales en Libia, Siria y Yemen, así como por los disparos efectuados a médicos mientras atendían a manifestantes heridos en Irak, el territorio ocupado de Palestina y Sudán, y por el secuestro de trabajadores sanitarios en
Burkina Faso, la República Democrática del Congo (RDC) y otros lugares.
Siria y Afganistán, centro de los ataques a sanitarios
En Afganistán y Siria hace muchos años que continúan los ataques a la atención sanitaria a niveles muy elevados. 2019 no ha sido una excepción con
más de 100 actos de violencia denunciados en cada uno de ellos.
Estos actos violentos han menoscabado gravemente los esfuerzos para responder a grandes amenazas de salud pública en 2019.
Se han producido más de 400 ataques a la atención sanitaria en la RDC, la mayoría de ellos en relación con la respuesta al brote de ébola. En Pakistán, donde la polio sigue siendo una enfermedad endémica, la violencia infligida a los equipos de vacunación ha provocado la suspensión de las campañas de inmunización dejando sin vacunar a 1,8 millones de niños.
Se han producido 265 ataques durante la pandemia del coronavirus
CIE: "Las comunidades sufren cada vez que se resta una enfermera del personal de salud por violencia contra la atención sanitaria"
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El informe anual de la Coalición para preservar la salud en los conflictos cubre el año civil 2019, pero la violencia contra la atención sanitaria también ha dificultado la
respuesta a la pandemia de Covid-19 en países tanto en situación de conflicto como de paz. Insecurity Insight, miembro de esta Coalición, ha denunciado 265 actos de ataque y amenaza contra la atención sanitaria desde enero hasta mayo de 2020 en 61 países como respuesta a las medidas de salud adoptadas contra el
Covid-19 como, por ejemplo, respuestas violentas a la realización de test y a las medidas de cuarentena, así como ataques a los trabajadores sanitarios por miedo a que pudieran propagar la infección.
“Nuestros alarmantes descubrimientos revelan una vez más que los compromisos para poner
fin a la violencia contra la atención sanitaria siguen siendo débiles, más retórica que acción,” ha afirmado Leonard Rubenstein, fundador y presidente de la Coalición para preservar la salud en conflictos y profesor en la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins y el Centro para la Salud Humanitaria. “Hace cuatro años que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas logró el compromiso de la
Comunidad Internacional para dar pasos concretos en materia de prevención y rendición de cuentas, pero los trabajadores sanitarios y los pacientes a los que atienden siguen esperando”.
Las enfermeras representan la mayoría del personal sanitario
Como reconocimiento del Año Internacional de la Enfermera y la Matrona 2020, la Coalición para preservar la salud en los conflictos dedica su informe anual a las
enfermeras y las matronas que trabajan cada día en las primeras líneas en entornos de conflicto para promover la salud y salvar vidas.
“Las enfermeras representan la mayoría del personal sanitario a nivel mundial y a menudo son el primer y único punto de prestación de cuidados en muchas comunidades en todo el mundo,” ha afirmado
Erica Burton, asesora sénior de políticas de enfermería y salud en el Consejo Internacional de Enfermeras que ha escrito un ensayo para el informe centrado en las enfermeras. “Las comunidades sufren cada vez que se resta una enfermera del personal de salud por violencia contra la atención sanitaria”.
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