El presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya.
El Consejo General de Enfermería (CGE) ha denunciado que España es
uno de los países europeos con un menor ratio de profesionales por habitante. En concreto, según datos del Instituto de Investigaciones Enfermeras del organismo, hay 6,6 sanitarias por cada 1.000 personas, una cifra muy por debajo de las de los vecinos del continente.
La ratio española palidece frente a las de las regiones de Escandinavia y Europa Central.
Noruega es el que cuenta con un mayor número de enfermeras, con 21,68 por cada 1.000 habitantes. Le siguen de cerca
Austria, con 19,15, e Islandia, con 17,25. En comparación, España contabiliza un 70 % menos de
profesionales que los mencionados países. "Necesitaríamos más de 95.000 para equipararnos a nuestro entorno", ha señalado el presidente del CGE, Florentino Pérez Raya, en un comunicado.
"Necesitaríamos más de 95.000 enfermeras para equiparnos a los países de nuestro entorno", ha destacado Pérez Raya
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Tampoco sale bien parada la estructura sanitaria española si se equiparan sus números a los de países de mayor tamaño del continente.
Alemania -con 12,85- y Países Bajos -con 12,82- duplican en número de enfermeras disponibles a España, mientras que
Reino Unido y
Francia también lo superan en personal, al alcanzar una ratio de 10,34 y 9,27, respectivamente.
El tamaño de la plantilla de profesionales de Enfermería en España es similar al de
Portugal, con 6,79 para 1.000 ciudadanos, e
Italia, que dispone de 6,28 sanitarias.
Tan solo están por debajo Polonia, con una proporción de 5,64; Rumanía, que cuenta con 4,32; Chipre, con 4,04; Eslovenia, con 3,78, y Bulgaria, país que presenta el menor número de
enfermeras al solo ofrecer 3,34, al menos entre los que ha analizado el CGE, que son aquellos que ofertan unos estudios universitarios similares a los que cualquier facultad española.
Verano complicado
La baja disponibilidad de enfermeras preocupa al organismo representante de la profesión, especialmente de cara al
verano, periodo en el determinadas comunidades autónomas cierran camas hospitalarias y centros de Atención Primaria, además de reducir las intervenciones quirúrgicas y limitar las sustituciones del personal sanitario que disfruta de sus vacaciones. Estas circunstancias elevan la carga asistencial que han de soportar las enfermeras, lo que pone "en grave riesgo la seguridad de los pacientes".
“El no disponer de unas plantillas suficientes de enfermeras que puedan ofrecer una atención y cuidados de calidad a los pacientes y al conjunto de la ciudadanía, también durante el verano,
conlleva una mayor probabilidad de riesgos, complicaciones, reingresos, efectos adversos, e incluso, fallecimientos, como constatan numerosos estudios científicos nacionales e internacionales publicados a lo largo de los últimos años”, ha recordado Pérez Raya. El presidente del CGE ha añadido que en ocasiones la inmensa carga asistencial obliga a los centros a anular o aplazar las vacaciones de las enfermeras.
Las malas condiciones del empleo en verano, junto al enlace de contratos precarios -práctica habitual en Enfermería- durante prácticamente todo el año, hace que "miles de enfermeras"
abandonen España hacia otros países. Precisamente,
Noruega, el que cuenta con el mayor ratio, se ha convertido en uno de los principales receptores de profesionales españolas. "La fuga de talento enfermero que ha sido muy bien aprovechada por todos estos países”, ha lamentado Pérez Raya.
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