Considera que sería la herramienta adecuada para unificar los criterios de actuación entre todas las CCAA

Enfermería pide mamparas y botones del pánico en el protocolo de agresiones
Francisco Corpas, responsable del Área Jurídica del Consejo General de Enfermería


12 jul. 2017 16:10H
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Los responsables de Enfermería mantienen su indignación ante lo que consideran una "exclusión de la profesión enfermera" en la elaboración y presentación del protocolo de agresiones del Ministerio de Interior que entregó la pasada semana a la ministra de Sanidad. Cargan contra la forma en que se ha desarrollado el proceso, pero estiman que esta instrucción puede ser una buena herramienta. Aún así, consideran que hay que ir más allá y llegar a acuerdos para incluir medidas físicas en los centros sanitarios que prevengan o den una respuesta rápida a las agresiones. 

No obstante, según explica Francisco Corpas, responsable del Área Jurídica del Consejo General de Enfermería, este protocolo es solo una de las patas para luchar contra las agresiones a sanitarios. En su opinión, deberían desarrollarse medidas a escala estatal, aunque "el Ministerio de Sanidad solo puede proponer cuestiones de carácter muy general".

En su opinión, tienen que ser las comunidades autónomas las que desarrollen las medidas organizativas que permitan dotar a los centros sanitarios de más seguridad y dotar a las administraciones de las herramientas para prevenir y atajar las agresiones. Por eso, plantea que "el Consejo Interterritorial debería trabajar en las distintas propuestas de las autonomías para armonizar las distintas propuestas y que se puedan aplicar en todo el Estado".

Algunas de las medidas que plantea Corpas pasan por instalar equipos físicos en los propios centros como mamparas protectoras que disuadan al paciente o botones del pánico en las consultas para que los sanitarios avisen de las situaciones de riesgo a los profesionales de la seguridad.

Búsqueda de consenso

Especialmente preocupante le parece la falta de protección de los sanitarios de atención domiciliaria. "Es especialmente peligrosa porque el profesional está desprotegido", indica, aunque considera que llevar a un policía al lado sería contraproducente: "Hay que mejorar las medidas de comunicación y de alerta de estos profesionales".

Por último, Corpas alude a la necesidad de implicar a todos los profesionales en la creación de los protocolos: "El tema de las agresiones no es propio de nadie". Además, puntualiza que los profesionales de Enfermería son "quienes tienen un contacto más directo con los pacientes y quienes sufren más agresiones".

Precisamente sobre la polémica por cómo se había desarrollado el protocolo contra las agresiones se ha pronunciado Serafín Romero, presidente de la OMC en el acto de presentación del proyecto para declarar la relación médico-paciente como Patrimonio de la Unesco.

El presidente de los médicos ha señalado que no existe ningún afán de protagonismo de los médicos, y que lo cierto es que el protocolo de aquella jornada fue un poco precipitado, con convocatoria para rueda de prensa con 48 horas de antelación que a los consejeros autonómicos les llegó con apenas 24 horas.

"Fruto del protocolo se me permitió tomar la palabra, pero en ningún momento teníamos información de cómo habían hecho el protocolo, vi que Enfermería estaba representada allí y no tengo más que decir del problema protocolario. Estamos en un entorno de buscar una salida a lo poco en lo que estamos en desacuerdo y vamos a seguir trabajando unidos en la relación que tenemos", ha defendido Romero. 

Para alcanzar este consenso y no olvidarse de ningún colectivo, Corpas recuerda el consenso y el trabajo realizado del Grupo de Trabajo de Agresiones a Profesionales del Sistema Nacional de Salud, que incluía a representantes del Ministerio de Sanidad, comunidades autónomas, organizaciones colegiales y sindicatos. Su trabajo concluyó con una serie de recomendaciones, como la creación de la instrucción que ha presentado Interior o considerar al sanitario como autoridad pública para cargar más las penas a quienes les agredan.

Entre las cuestiones que faltan por desarrollarse son la de la creación de observatorio de agresiones así como el desarrollo de campañas de comunicación a la población en general o el desarrollo de procesos de formación a los profesionales. 
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